Quilmes busca refrendar sus últimos progresos cuando reciba desde las 21 a Pergamino Básquet por una nueva fecha de la Liga Argentina.

El equipo marplatense viene en racha con tres victorias consecutivas, dos muy estrechas ante Tomás de Rocamora y Parque Sur y una clara ante Racing de Chivilcoy en el mejor partido de la temporada.

Quilmes quiere ratificar sus progresos. La mejoría defensiva es innegable a partir del crecimiento de la rotación por el aporte de los chicos y el regreso de Francisco González.

Pero en el segundo tiempo del último partido, además, atacó mejor colectivamente, se pasó más la pelota y repartió mejor los protagonismos. Preocupó con varios jugadores a la vez, no solamente con Alex Negrete. Y así sacó buenos réditos.

La mejoría “tricolor” permite ver con mejores perspectivas lo que queda de temporada. Ya no tiene chances de finalizar entre los cuatro primeros y así acceder directamente a los cuartos de final de Conferencia.

Pero del quinto al décimo ingresan en la Reclasificación y ahí apunta todos los cañones el equipo de Manuel Gelpi. Aunque todavía está lejos, mantiene el sueño de alcanzar el octavo lugar y así jugar el cruce con ventaja deportiva.

De todos modos, no alcanzar este objetivo no significa el final de la temporada. Los últimos cuatro de la tabla de la Conferencia jugarán un Play-In para meter a dos de ellos en la Reclasificación con los seis equipos que aguardaban turno.

De modo que la aspiración es seguir creciendo para ponerse fuerte para esa recta final.

Este examen ante Pergamino Básquet es muy atractivo para los “tricolores” por dos motivos. Por un lado, los visitantes representan una buena medida porque vienen en racha de seis victorias consecutivas y ostentan el segundo mejor récord de la Conferencia en esta segunda fase.

Por otro lado, Quilmes sufrió hace menos de un mes en Pergamino una derrota dura y exagerada. Ingresó al frente por un punto al cuarto final y terminó perdiendo por diecisiete por jugarse a suerte y verdad a las decisiones ofensivas rápidas cuando el cotejo comenzaba a inclinarse hacia el lado local. Ahora, en casa, quiere demostrar que las diferencias reales son mucho menores.