Vitivinicultura: menor producción, precios más altos y exportaciones condicionadas a la guerra
Martín Hinojosa destacó la mejora para las pymes del sector que significó la quita o reducción de retenciones y el incremento de los reintegros de exportación.
Martín Hinojosa, presidente del Instituto Nacional de Vitivinicultura.
Por Carlos Joseph
El sector vitivinícola argentino afronta un nuevo año con una menor producción, precios más altos y exportaciones en alza, en un contexto en el que las ventas al exterior están en parte condicionadas a la resolución de la situación de crisis internacional provocada por la invasión de Rusia a Ucrania, explicó el presidente del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), Martín Hinojosa.
En una entrevista con Télam, Hinojosa destacó además la mejora para las pymes del sector que significó la quita o reducción de retenciones y el incremento de los reintegros de exportación, y la obtención de un crédito del BID por parte del Estado nacional por US$ 40 millones para enfrentar la crisis hídrica y los problemas de comercialización de los pequeños productores.
– Volvió la Fiesta de la Vendimia en formato presencial. ¿Qué balance hacen?
– Salió todo muy bien, pero quiero destacar un evento muy importante, la entrega de los premios a la trayectoria vitivinícola a más de 30 protagonistas de todas las provincias, productores y bodegueros, que ya se instaló en la agenda de la Vendimia.
– ¿Cómo impacta en el sector la caída en la producción de uva estimada para esta cosecha?
– Hemos estimado una caída de 13% en la producción, con relación a la cosecha anterior, que ya había sido de normal para baja; y respecto de una cosecha normal, la baja sería de casi 17%; con muy buena calidad, eso sí; pero menos cantidad; y una cosecha menor genera una presión en los precios, un recalentamiento.
– ¿La suba de precios alcanza a todo el sector de igual manera?
– Los precios son muy diversos, dependen de la uva y la zona, pero las uvas con destino a vino están teniendo una actualización importante en los precios dada la escasez.
– ¿A ello se suma que en la actualidad no hay grandes stocks como otros años, no?
– Los stocks están equilibrados; en un contexto de cosecha menor, hay que ver cómo evoluciona la venta.
– En relación al consumo, que en 2021 bajó un poco respecto de 2020, ¿Qué esperan para 2022?
– Es difícil hacer futurología, las oscilaciones en los volúmenes las genera la venta de vino a granel, un mercado un poco infiel, que se mueve por el precio, como un commodity; con bajo precio se vende muchísimo, y con precio normal cuesta un poco más vender; por suerte, de cada cuatro botellas que se venden, tres son en el mercado interno; la Argentina es uno de los pocos países que tienen un mercado interno tan fuerte, una ventaja porque permite que emprendimientos pequeños puedan ingresar al mercado, vender ubicar pequeñas producciones; en cambio, la exportación es mucho más compleja, esta ventaja te permite diversidad, algo que no es menor…
– A propósito del mercado externo, el 2021 pasado fue un buen año, en líneas generales…
– Sí, aumentamos en volumen y en valor todo lo que es vino fraccionado, el producto con mayor valor agregado, por la botella, la cápsula, la etiqueta y la mano de obra, pero sobre todo por la marca; ingresar a un mercado con marca es más difícil, pero también lo es salir; por eso es bueno haber aumentado no sólo 9% en volumen sino también 16% en valor; estamos vendiendo más y más caro.
– ¿Esto se podrá sostener en 2022?
– Es difícil, todo el sector aspira a que sí pero hay países muy agresivos comercialmente, no competís con bodegas de todo el mundo; y si se tienen que bajar de precio lo hacen fuertemente…
– ¿Cómo afectará al sector la situación internacional por la invasión rusa a Ucrania?
– Lo que exportamos a Rusia no es significativo a nivel de volumen, alrededor de 2 o 3%; pero la situación es más compleja, hay que ver cuánto le exportan otros países vitivinícolas, como España, Italia o Grecia, y a dónde va a ir a parar ese vino; hay que ver qué pasa, si termina rápido o sigue; y a partir de ahí evaluarlo; también hay que tener en cuenta el aumento del petróleo, que encarece los fletes, si el conflicto se prolonga en el tiempo van a haber consecuencias; si no, van a ser menores.
– Problemas de logística como los de 2020, que se sumaron a la escasez de botellas…
– Sí, vivimos una crisis logística muy importante; y a eso se sumó el problema de las botellas, que fue a nivel mundial, agravada en lo local por un siniestro; desde el INV planteamos que rápidamente las dos cristaleras pudieran estar rápidamente trabajando; una de ellas, Cattorini, puso en funcionamiento un horno nuevo que procesa 14 millones de botellas mensuales; y con la normalización de Verallia se debería equilibrar el abastecimiento del sector.
– Desde el sector en los últimos días se plantearon reclamos de baja de retenciones y mayor financiamiento…
– Después de muchísimos años el Gobierno nacional tomó la decisión de quitarle las retenciones a las pymes y duplicarles los reintegros de exportación, algo histórico; está bien que el sector pida esfuerzos al Estado nacional, pero tiene que reconocer que los ha hecho; gran parte de los exportadores dejó de pagar o paga la mitad; la vitivinicultura no sólo es la única de las economías regionales a la que se le mejoró el reintegro sino también a la que se le otorga un préstamo gestionado por el Estado nacional por US$ 40 millones; eso habla muy bien de cómo trabajan en conjunto el sector público y el sector privado; la mayoría de los objetivos que se plantean se terminan concretando; por eso creo en el vínculo entre lo público y lo privado…
– ¿Uno de los ejes más importantes del crédito del Proviar II es el tema de lo hídrico?
– Sí, uno de ellos es ese eje; la crisis hídrica es una realidad, es una necesidad a abordar, como la comercialización, el otro eje fuerte; entendemos que la pandemia nos dio también la razón de que cuando se vende y exporta más, los stocks se equilibran, la cadena empieza a funcionar un poco mejor y en forma más justa; y es esencial ser innovador, con nuevos productos y estilos de vino; y para eso es necesario tener un programa que incentive al sector privado a realizar los cambios necesarios para adaptarse a los cambios de consumo.
– ¿Entre los nuevos productos está el vino sin alcohol o bajo alcohol?
– Hay una tendencia a consumir vinos con menor graduación alcohólica en todo el mundo, algo que no va en contra de los vinos tradicionales; consumidores que quieren probar otros estilos de vinos y la industria tiene que acompañarla…
– Otro tema que se planteó en las últimas semanas fue la defensa de la marca Patagonia…
– Se está trabajando en conjunto con Coviar, Bodegas de Argentina y el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, para proteger la marca y la IG (Indicación Geográfica); creo que va a prosperar porque la bodega que está utilizando esta marca va a entender que está todo el sector reclamando que no lo haga…
– Cuál es el análisis que hacen sobre el proyecto de ley de alcohol cero?
– Todos en el sector promovemos un consumo responsable, nadie pretende lo contrario; después se discutirá cuánto es la tolerancia; es un debate que se tiene que dar en forma responsable, las posiciones extremistas no son buenas, hay que llegar a un consenso sobre qué es bueno para la salud y la seguridad.
Télam.