Por Sebastián Plaza

BALCARCE (Corresponsal).- José “Pepe” Rodríguez nació en Balcarce el 24 de octubre de 1922 y con el paso del tiempo se transformó en uno de los vecinos más representativos de la ciudad. “Pepe” se ganó el reconocimiento de la comunidad por nunca bajar los brazos. Es que a sus casi cien años todavía se lo encuentra trabajando en su carpintería de calle 23 casi 24. Su fortaleza hizo que pudiera atravesar sin problemas el Covid: se contagió en febrero del año pasado y enero de este año.

Al ingresar a la carpintería encontramos a Pepe junto a la máquina lijadora donde está terminando unas patas de una silla que se encuentra reparando. “Hago cosas menores porque la fuerza no es la misma pero vengo de lunes a domingo”, aclaró sobre su presente laboral.

“Pepe” contó detalles de su vida con datos puntuales que llaman la atención. “Me acuerdo casi todo lo que hice desde los cinco años hasta la fecha. Por supuesto, no me voy a acordar qué día me clavé una espina”, bromeó.

El carpintero cumplió hace tiempo seis décadas en la profesión. En el medio se casó y tuvo dos hijos. Hace pocos días, el intendente Esteban Reino visitó la carpintería y le hizo entrega de una placa que lo declara “vecino ejemplar”.

“Pepe” contó cómo es su día. A la mañana toma café o una sopita, mira un poco de televisión y a las 8 llega a la carpintería. Se queda hasta la 13 que va a almorzar A las 15 vuelve y se queda hasta las 20. “Jamás tuve la oportunidad de aprender a dormir la siesta. Es que en los trabajos, en ese horario, era central para cosechar o trabajar la tierra. Ahora puede que esté mirando televisión y se me cierran un poco los ojos”, se ríe.

Su vida

José contó al detalle cómo fueron los diferentes pasos que dio en su vida. “A los 6 años estaba en el campo juntando papa a canasto porque mi papá tenía 32 sacadores de papa. Llenaba los canastitos y un hombre los llevaba al montón. A la tarde venía y regaba la quinta”, inició su relato.

Y recordó que en el campo “aré con caballo, apolqué, escardillé, junté yuyos en la papa”.

A los 15 años lo llevaron a Chacabuco a trabajar en el maíz rastreando la tierra. Luego de un tiempo viajó a Buenos Aires llamado por un hermano y empezó a trabajar en una verdulería. Luego fue a hacer el servicio militar en Palermo.

Y entre risas contó que al salir quiso casarse con su novia de Avellaneda pero su hermano se lo impidió porque consideró que era muy joven y lo envió de vuelta a Balcarce. “Finalmente me casé a los 41, al doble de edad”, apuntó.

Luego comenzó a trabajar en una fábrica por más de ocho años pero notó que algunos de los gases que allí se generaban le hacían mal a la salud.

Fue en ese momento que su amigo Zitaroza, carpintero, le propuso que cambiara de rubro y en el segundo ofrecimiento se hicieron socios y así surgió la puesta en marcha de la actual carpintería pero hace alrededor de 60 años. En los comienzos seguía trabajando en el campo porque ganaba mucha plata. Ya en 1956 se dedicó exclusivamente a la carpintería donde hizo una muy buena clientela.

“Con 99 pirulos sigo trabajando pero a veces cuesta aunque me va bien.  Lo hago de lunes a domingo. Trabaja mi hijo, mi sobrino y un amigo”, concluyó.

Fórmula

Pepe dijo que no sabe si existe una fórmula para vivir tanto pero, sin embargo, fue mencionando una serie de tips que bien vale la pena repasar.

Lo que más remarcó es que nunca bebió alcohol en su vida y que sólo fumó durante tres años hasta que nació su hija y le daba cosa que la bebé tuviera olor a tabaco por sus besos. Además de los retos que recibía por eso.

Respecto a la forma de manejarse sí dejó algunas cosas en claro: “Lo principal es tener respeto por todos y no pelearse con nadie. Si me dicen mirá que lindo esto que es colorado y vos lo ves que es verde entonces le digo sí lindo el colorado. Entonces no entrás en polémicas, cortás y seguís en otra cosa”.

En tanto, también reconoció que “a veces duele porque uno puede tener razón pero no importa. Por nada hay que pelearse y menos por chucherías. Creo que conversando, como ser humano, no tendría que haber rencores. A mi hubo gente que me hizo mal pero no les tengo rencor. Ellos lo saben y yo también. Como dice el paisano: a veces hay que tragársela. Hay que tratar de pasarla lo mejor posible”.

En ese marco, también consideró importante mantenerse ocupado: “Uno tiene que hacer algo todos los días: tiene que ser estar entretenido. Yo vengo todos los días a la carpintería”, aseguró.

Otro detalle no menor en su vida es que nunca tomó medicamentos. Solamente su cuerpo conoció las vacunas preventivas. Por caso en los últimos tiempos se aplicó las de la gripe y actualmente cuenta con tres dosis contra el Covid.

Actualmente no come pollo, carne de vaca ni pescado. Alterna chorizo, morcilla, panceta, guisos, estofados, papas fritas o tortillas y verduras.

El dato

También se le consultó por los momentos más doloroso que le tocó atravesar en sus 99 años y tienen que ver con las ausencias. “Lo más doloroso es la muerte de mi madre y de mi padre. Después también sufrí la pérdida de mi socio y cuando un amigo te abandona. Somos humanos y uno sufre con las pérdidas”, concluyó.