“Anchoas”, “Langostino”, “Merluza Blanca” y los otros operativos antidroga más importantes que hubo en Mar del Plata
Por su puerto y sus numerosas empresas pesqueras, la ciudad ha sido siempre un escenario de investigación del narcotráfico. En esta nota, un repaso por los procedimientos más importantes de su historia.
El entonces secretario de Seguridad de la Nación, y actual ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, fotografiado por LA CAPITAL al dar a conocer el "Operativo Abecedario".
Cuando prácticamente se discute acerca de la lucha contra el narcotráfico en toda la Argentina, a raíz de la muerte de al menos 20 consumidores de cocaína adulterada y la internación de más de 50 intoxicados en el conurbano bonaerense, muchos marplatenses comenzaron a opinar sobre los operativos antidroga en la ciudad a través de los foros de los medios digitales y también en los programas de radio y los noticieros.
En un breve repaso, LA CAPITAL se propuso recordar entonces los procedimientos policiales más importantes de la historia de la ciudad y sus vínculos con el crimen organizado para el contrabando de estupefacientes a nivel internacional.
Los primeros y más importantes casos de tráfico de droga en los que estuvo vinculada Mar del Plata se registraron en 1987 y 1988, respectivamente. Sus denominaciones, por la elocuencia que los caracteriza, permanecen en el imaginario colectivo: “Operación Anchoas” y “Operación Langostino”.
Las fechas no son casualidad: la primavera democrática había traído, después de los años oscuros, muchos beneficios a la sociedad, pero también nuevas problemáticas. Como ya ocurría en Europa desde los ’60 y ’70, la utilización masiva de drogas duras se había popularizado en el país en la segunda mitad de la década siguiente.
Fue entonces cuando se inició, oficialmente desde el Estado, la “lucha contra el narcotráfico”. Claro que por aquellos días el enfoque sobre el asunto era absolutamente distinto al de hoy: el adicto era visto de la misma forma que el delincuente que se dedicaba a vender los narcóticos. Es decir, se perseguía con la policía tanto al consumidor como al criminal.
En junio de 2020, LA CAPITAL publicó una nota sobre las sucesivas detenciones del mejor boxeador que dio la ciudad, “Uby” Sacco, quien en esa época tuvo sucesivos problemas con la ley debido a su padecimiento y su carrera se desplomó. El ex campeón mundial wélter es un ejemplo de las políticas de entonces: la policía solía interceptarlo y meterlo preso por poseer escasas cantidades de cocaína, que hoy serían consideradas directamente para consumo personal y ni siquiera le valdrían una condena judicial.
Primeras mega investigaciones
La “Operación Anchoas” se realizó en ese contexto. Según la investigación, en 20 meses se habían traficado hasta 1.367 kilos de cocaína en latas de anchoas desde el puerto de Mar del Plata hacia Filadelfia, en Pensilvania, Estados Unidos.
Las fuentes consultadas revelaron entonces que el accionar para ingresar cocaína en territorio estadounidense utilizando el camuflaje de latas de anchoas congeladas tuvo tres etapas. La primera se cumplió con éxito y tuvo como objetivo el estudio de los riesgos. Fue en julio de 1987 y participaron Carmelo Alberto Capone-Mazzeo, Carlos Alberto Díaz Gómez, Daniel Fernando Pena López y Roberto Alcaino Baez.
En esa ocasión, fue organizado el envío de un cargamento de 50 kilogramos de cocaína escondidos en latas que contenían supuestas anchoas y que tenían como puerto de salida Mar del Plata. Luego a principios de 1988 se subió la apuesta a 200 kilogramos de cocaína que también desembarcaron sin problemas en Filadelfia. Pero el 7 de septiembre del mismo año con 1.117 kilogramos de cocaína, la maniobra quedó al descubierto y la tonelada y algo más de droga fue incautada en el puerto local.
El barco en que se cargaba la droga se llamaba “Democracy” y pertenecía a la firma “Andes Trading Company”, de Gómez y Alcaino. Gómez fue detenido por autoridades argentinas mientras que Alcaino cayó atrapado por la DEA en Nueva York poco tiempo después. Este último narcotraficante fue acusado en los Estados Unidos el 6 de octubre de 1998, por importar ilegalmente cocaína.
En 1988 el fiscal asistente de los Estados Unidos, Ewald Zittlau, viajó a Buenos Aires, junto con el agente especial de la DEA Frank Marrero y el agente especial de Aduanas Julio Vélez para obtener pruebas del origen de la droga en Mar del Plata. La acusación de la Justicia norteamericana contra Carlos Gómez llegó el 31 de agosto de 1989 y el 26 de noviembre de 1995 fue dejado en libertad. Capone-Mazzeo, en cambio, recién fue atrapado en 2011 en Palma de Mallorca, España.
La industria pesquera marplatense, pujante en aquellos tiempos, hizo posible, junto a la aparición de muchas empresas “fantasmas”, que se conocieran en esa época distintas maniobras para transportar la droga en mercadería congelada. La eficacia del camuflaje de cocaína en pescado congelado es muy alta, ya que se neutraliza el olor y es prácticamente indetectable.
El 12 de julio de 1988 -dos meses antes de que se destapara la “Operación Anchoas”- se llevó a cabo la “Operación Langostino”, considerada la primera gran causa de narcotráfico en la Argentina. Se secuestraron 587 kilogramos de cocaína de alta pureza que iba a ser embarcada a Estados Unidos escondida en cajas de langostinos y mariscos.
Eran los años de fama de los cárteles colombianos, hoy de moda por las series de ficción que se montaron, en su mayoría, en torno a la figura de Pablo Emilio Escobar Gaviria. De hecho, uno de sus compatriotas, John Arroyave Arias, fue condenado en Argentina por esa causa y, mucho tiempo después, en 2017, se reveló que había sido una figura clave en la llegada de la familia del capo al país, en 1993.
La DEA lo señaló, entonces, como el enviado de Escobar para controlar el embarque de esos 587 kilos de cocaína, imputación por la que terminó condenado a 13 años de prisión en la cárcel de Villa Devoto. Luego, hace un lustro, su nombre apareció mencionado en un fallo del juez federal de Morón, Néstor Barral, quien procesó al ex futbolista de Boca, Mauricio “Chicho” Serna, y a la viuda y el hijo de Escobar Gaviria.
Por último, también fue resonante en Mar del Plata la “Operación Merluza Blanca”, a través de la cual en marzo de 2006 se logró impedir el contrabando de 533 kilos de cocaína. Por aquel tiempo, el juez marplatense Alejandro Castellanos ordenó el allanamiento y apertura de 18 contenedores en la terminal portuaria de Buenos Aires llamada Puerto Nuevo. De allí se secuestraron 330 kilos de cocaína.
En febrero, los detectives habían descubierto también en el marco del mismo operativo 203 kilos de clorhidrato de cocaína, listos para ser despachados al puerto español de Valencia, los cuales estaban escondidos en los depósitos fiscales Capitán Cortés, en el barrio porteño de Villa Lugano.
Durante los días en que se descubrió el contrabando fueron detenidos los cabecillas Juan Gea, Eduardo Escudero y Manuel Kleiman, acusados de montar dos empresas “fantasm”as, una exportadora desde Argentina, Atlantic Sea SA y otra importadora, Korbler SRL, encargada de recibir los containers en España.
Kleiman fue aprehendido en la metrópoli y los dos restantes en la autovía, a la altura de Dolores, cuando huían hacia Mar del Plata.
Antes. en junio de 2005, en el puerto de Amberes, Bélgica, la policía de ese país había secuestrado 520 kilos de cocaína por un valor de 25 millones de euros. Esa droga había sido despachada desde el puerto de Mar del Plata y fueron mencionadas dos firmas que habían “facilitado” el permiso necesario para exportar. Lo cierto es que las investigaciones para dar con la procedencia de la droga se hicieron en Mar del Plata y por el caso fueron incriminadas varias personas.
Otros procedimientos
“Estrella Blanca”, “Poseidón”, “Abecedario”, “Marea Verde”, “Milonguita” y “Poseidón” (nombre repetido) son algunos de los otros operativos que fueron famosos por sus vinculaciones con Mar del Plata, o porque directamente tuvieron como escenario la ciudad.
El primero se llevó a cabo en Santa Clara del Mar en 2010 y acabó con el secuestro de 120 kilos de cocaína que iban a ser traficados a Europa. El supuesto cabecilla de la organización, un hombre de origen español de 37 años, así como a su pareja paraguaya de 36 y una “mula” marplatense de 38, fueron detenidos en el aeropuerto de Ezeiza. En la vecina localidad fueron apresados el marido de esta mujer, de 32 -encargado de cuidar el laboratorio de fraccionamiento y fabricación de cápsulas- y el cuidador (de 66 años y tío de la pareja del líder).
El segundo se descubrió a mediados de 2013, en Puerto Madryn, a cuyo puerto arribaron 110 kilos de cocaína procedentes de un barco que había zarpado de Mar del Plata. Por el hecho fueron imputados y condenados a prisión Omar “Cura” Segundo, Nicolás Seoane, Juan Burgos y el español Alfredo Aranda Barberá. La droga se encontraba oculta en cajas de langostinos, preparadas también para su exportación a Europa, donde se calcula que el kilogramo de sustancia pura se paga hasta un millón de euros.
Ese mismo año se registraron dos hallazgos de múltiples cantidades de marihuana en la ciudad. En febrero, Juan Manuel Mariscal (60) fue detenido por intentar ingresar en la entrada de la ruta 2 unos 160 kilos de dicha sustancia (viajaba desde Salta). Y, más tarde, en julio, se desarrolló el “Operativo Margarita Verde”, con 200 kilos de cannabis incautados: fueron detenidos Luis Agustín Hermosa y su hijo José Luis Hermosa Gómez, por transportar el cargamento desde Wilde a Mar del Plata, y la pareja compuesta por Fernando Ariel Negrete y Lucrecia Melina Schimpp, quienes fraccionaban y vendían los estupefacientes en los barrios “2 de Abril” y “Las Margaritas”.
El operativo “Abecedario” se registró en mayo de 2015. Con la presencia del entonces secretario de Seguridad de la Nación y hoy ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, en mayo de ese año se exhibían a la prensa en la sede local de la Prefectura Naval los 16 kilos de cocaína incautados en diferentes puntos del país a una banda integrada por siete personas que clasificaban la droga que enviaban a la ciudad con distintas letras, según su grado de pureza.
En agosto de ese mismo año, se conoció la “Operación Marea Verde”, en la que la Policía Federal Argentina (PFA) incautó tres toneladas de marihuana escondidas en un camión en Misiones que tenía como destino Mar del Plata. Paralelamente, hubo diez allanamientos en la ciudad, uno en Coronel Vidal y ocho hombres fueron detenidos.
En diciembre de 2015, se llevó a cabo la operación “Milonguita”, que posibilitó entonces descubrir un entramado de tres bandas independientes pero interconectadas que actuaban en todo el territorio marplatense. En verdad, en el comienzo de la investigación fueron cuatro las bandas, pero uno de los grupos fue sobreseído. Hubo 13 detenidos condenados y el nombre del caso surgió del modo encubierto con el que los imputados nombraban a los narcóticos en las comunicaciones telefónicas: se secuestraron entonces vehículos, dinero en efectivo, más de un kilo y medio de cocaína y otros elementos de prueba relevantes.
Patricia Bullrich, cuando era ministra de Seguridad de la Nación, durante uno de los operativos llevados a cabo en Mar del Plata.
El segundo operativo “Poseidón” fue realizado en marzo de 2019, cuando ocho integrantes de un clan familiar fueron detenidos por venta de droga y lavado de dinero. Durante los 26 allanamientos que tuvieron lugar en Mar del Plata, Tigre y Posadas, la PFA secuestró una pistola calibre 9 milímetros, una pistola calibre 6,35, una escopeta doble caño calibre 16.70, 27 teléfonos celulares, un millón de pesos y 10.400 dólares. También 30 automóviles, 15 cuatriciclos, una moto de agua, computadoras y unas cantidad no relevante de marihuana. La entonces ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, relacionó a esta banda con el “Operativo Quijote” de 2016, en el marco del cual fue detenido Gustavo Sancho, empresario de la construcción y vinculado al mundo del automovilismo.
Los últimos casos resonantes se produjeron el 18 diciembre de 2021, día en que un hombre fue detenido en la ruta 2 con 100 kilos de marihuana que transportaba a la ciudad, y el 21 de enero pasado, cuando un DJ y un cambista quedaron aprehendidos acusados de comercializar drogas sintéticas en fiestas de música electrónica. En poder del primero, la policía se incautó de más de 250 pastillas de éxtasis.
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