Por Sebastián Arana

Peñarol vivió una noche que hacía tiempo no tenía. Su público lo acompañó como hace rato no lo hacía y el equipo, aunque durante esta temporada pintó mejores cuadros, estuvo a la altura del marco. Atenas lo complicó, con la facilidad para anotar de Mosley, pero el espíritu colectivo de los de Ramella se mantuvo a flote. Y, cuando las respuestas parecían agotarse, la chispa de Sansimoni encendió a Monacchi y el marplatense equipo se terminó imponiendo 86-79 por una nueva fecha de la Liga Nacional de Básquetbol.

El décimo triunfo consecutivo le permitió a los “milrayitas” recuperar el segundo lugar en la tabla de posiciones. El próximo miércoles recibirán a San Lorenzo y sus hinchas ya hacen planes para retornar como en los viejos buenos tiempos.

Peñarol tuvo que trabajar mucho ante un rival cuya posición en la tabla es engañosa. Atenas, sin grandes nombres, pero con cuatro extranjeros, sorprendió con su poder anotador. Latreius Mosley fue incontenible para Monacchi en los primeros escarceos, anotó tres triples y los “griegos” obtuvieron una rápida luz (16-9) en medio cuarto.

Peñarol, como muchas veces ocurre, mejoró su defensa con el correr de los minutos. ¿El secreto? Evitar los puntos fáciles de los jugadores de rol. Así, y con una explosiva ráfaga de Buemo, equilibró y pasó al frente antes del final del cuarto inicial.

Hacia el comienzo del segundo cuarto, Peñarol ya comenzaba a insinuarse superior. A Atenas lo sostenían el puertorriqueño Pacheco y Mosley. Al equipo marplatense le costó despegar porque falló tiros que habitualmente anota. Sin embargo, hacia el final del período, la jerarquía de Thornton le permitió obtener un pequeño despegue: 43-38.

Mosley siguió anotando en el tercer cuarto y Peñarol no pudo frenarlo. Pero mantuvo relativamente controlados a todos sus compañeros. Y su superior caudal de juego, más la capacidad para repartir el gol y no depender de individualidad alguna, le permitieron seguir incrementando las ventajas. Esta vez fueron Buemo, anotando desde varias posiciones, y Glass, yendo mucho y acertando desde la línea, los que lideraron la ofensiva. El equipo local llegó a sacar una máxima luz de doce puntos (60-48) y entró al último parcial 67-57 arriba.

Todo parecía muy cómodo. Sin embargo, en el arranque del cuarto final, la defensa “milrayitas” se relajó.

Y empezaron a lastimarla jugadores que no debían: el base Alonso con sus rompimientos y el ex Quilmes Cantón con sus posteos. Ese negro pasaje defensivo, como si fuera poco, coincidió con uno muy flojo en ataque. En menos de cuatro minutos, Atenas aplicó un parcial de 11-2 y se puso a un solo punto (68-69).

Ahí la pelota multiplicó su peso. Nervioso, Peñarol perdió su claridad habitual. Del otro lado, Atenas penó por su inseguridad desde la línea de libres.

El partido pasó a ser una moneda al aire. Faltaba un héroe que saltara a quedarse con ella. Amagó ser Mosley, pero se desinfló al final. Y, gracias a las asistencias de Sansimoni, terminó siendo Monacchi, quien con siete puntos consecutivos y un robo clave a falta de 40” sacó a Peñarol del pantano.

La síntesis

Peñarol 86
B. Sansimoni 10, C. Buemo 18, T. Monacchi 16, T. Glass 17 y P. Lockett 4 (FI); J. Valinotti 7, A. Thornton 12, N. Franco 2, L. Gorosterrazu 0, J. Cabrera 0, T. Framiñan 0 e I. Bednarek 0. DT: Leandro Ramella.

Atenas 79
A. Alonso 8, J. Pacheco Ortiz 11, L. Mosley 27, G. Córdoba 6 y D. Mcclenton 7 (FI); J. Mc Pherson 3, O. Cantón 10, D. Hure 2, M. Araujo 5 e I. Segura 0. DT: Claudio Arrigoni.

Estadio: Polideportivo “Islas Malvinas”.
Árbitros: Fabricio Vito-Oscar Britez-José Luis Lugli.
Parciales: 22-21, 43-38 y 67-57.