Identificar los árboles y los pájaros que los habitan, disfrutar de los sonidos de la naturaleza de un sector histórico de la ciudad y poder compartirlo con los vecinos forma parte del proyecto “Mapas para escuchar”, ideado por la arquitecta y artista visual y sonora Liliana Gelman. Así, distintas especies arbóreas del barrio La Perla cuentan con carteles identificatorios: “Escuche. Aquí cantan los pájaros”, dicen y figuran en un mapa físico, que está disponible en distintos lugares de Mar del Plata.

“Empecé con el proyecto a fines de 2019 y lo tuve que interrumpir por la pandemia, fue un año y medio de trabajo después de explorar todo el barrio de La Perla, donde vivo desde hace 8 años”, cuenta la artista a LA CAPITAL.

El objetivo central de la iniciativa apunta a “revelar las relaciones de lo que escuchás donde vivís”. “Y también cuando escuchás se crean relaciones afectivas y de pertenencia con el lugar”, describe Gelman.

Desde que se instaló en La Perla, la arquitecta lo “caminó mucho”. “Tomé muchas fotos y tengo registros sonoros de las distintas especies de pájaros. También tengo un registro estacional, porque empecé a percibir en qué momento del año florecen los tilos o cuándo llegan las golondrinas al paredón de la playa”, explica la arquitecta.

Además de las “horas mujer”, Gelman pudo financiar el proyecto con la beca que le otorgó el Fondo Nacional de las Artes. “Todo fue realizado con mucha información sensorial y empírica, ya que reuní todo eso para compartirlo con los vecinos del barrio y así proponer otra manera de relacionarse con el barrio”, dice. Cada cartel, además de identificar la especie arbórea, advierte “Escucha. Aquí cantan los pájaros”.

Experiencia

Así fue que Gelman comenzó a caminar, recorrer y reconocer cada rincón del barrio que habita y en esas caminatas pudo “ver y escuchar que había determinados árboles donde se concentran los pájaros”. “Entonces dibujé un mapa, que no es científico ni exacto, y pude marcar que determinadas especies se instalan en algunas esquinas o árboles que año tras año convocan más y más”, cuenta.

Justamente, esa densidad creciente de animales en determinados árboles se debe a varias razones. “Ya sea porque ahí se concentra la mayor cantidad de comida o porque los árboles son más frondosos y por eso brindan más abrigos. Todo eso lo pude verificar gracias al especialista José Luis Ianiro”, reseña.

La población de pájaros también varía “de acuerdo a la estación, ya que en invierno hay solo gorriones” y por eso se los pudo identificar. Asimismo, también los grabó para nombrar cada uno de los sonidos, a la vez que dibujó a mano alzada el mapa del barrio e identificó 40 árboles -que prevalecen los tilos- con sus pájaros habitantes. Además, en 30 de esos árboles colgó un cartel para identificarlos y eso también quedó reflejado en el mapa. Toda esa tarea la pudo concretar con la ayuda de Manuel Manzoni (especialistas en árboles), Federico Lenz (edición de audio), Andrés Gergich y Alfredo Stambuk (diseñadores gráficos).

“La idea era armar un mapa físico, que se pueda tocar y que sea una experiencia, no una pantallita”, asegura y cuenta que su idea es terminar el proyecto “al final del verano”. “Ya que me faltan colgar solo 10 carteles que indican los nombres de los árboles y avisar que allí cantan los pájaros”, dice. La zona geográfica donde faltan colocar los carteles se centra en las inmediaciones del instituto Unzué.

De los 2.000 mapas impresos, ya entregó 1.200. “Quiero regalarlos todos, porque ilustran todo el proyecto”, dice Gelman y planea organizar un recorrido por el barrio hacia fines del verano, leyendo el mapa con un objetivo: “Aprender a escuchar y respetar el lugar donde vivimos”.

Los croquis también se pueden conseguir en la muestra “Mar de Cartas”, de Mateo Niro en el Torreón del Monje, y en librerías como “El Gran Pez” y “Occursus”. Más información www.lilianagelman.com.