CERRAR

La Capital - Logo

× El País El Mundo La Zona Cultura Tecnología Gastronomía Salud Interés General La Ciudad Deportes Arte y Espectáculos Policiales Cartelera Fotos de Familia Clasificados Fúnebres
Arte y Espectáculos 17 de enero de 2022

“El arte viene a ponernos enfrente lo que, como sociedad, decidimos esquivar”

"El sueño de Nahuel" llega este martes al Teatro Colón. La obra escrita, dirigida y producida por el marplatense Matías Cancemi aborda de forma directa las problemáticas que enfrentan las personas con discapacidad y sus familias.

“El sueño de Nahuel”, la obra escrita, dirigida y producida por el marplatense Matías Cancemi subirá a escena este martes, a las 21, en el Teatro Colón.

Con doce actores y bailarines en escena, relata la historia de Laura y su hijo Nahuel, un joven de 25 años con retraso madurativo y psicomotriz, que intentará ser rehabilitado socialmente por Paula, una Acompañante Terapéutica recién recibida que tendrá que enfrentarse a una estructura familiar consolidada en el marco de un Estado ausente y con un trasfondo político-social corrupto.

La obra, que se presentó también en Tandil, está basada en la historia real de Ayelén, hermana del autor. A raíz de experimentar la burocracia desmedida a la hora de tramitar su certificado de discapacidad Cancemi empezó a escribir una carta de descargo, “una expresión de bronca para cuestionarnos por qué tanto manoseo, por qué tanta falta de sentido común”.

“Escribí esas líneas críticas a la sociedad en su totalidad y me pregunté por qué no darle una forma más teatral”, expresó el autor. De esta forma la obra busca “sanar, convertir la angustia en algo que pueda servir para cambiar el paradigma”. Porque “El arte viene a ponernos enfrente lo que, como sociedad, decidimos esquivar”, le dijo el autor a LA CAPITAL.

El estreno, en 2015, contó con el apoyo del Inadi. Acompañan a Cancemi Soledad Ravazzoli en Dirección Coreográfica, Maximiliano Spoltore en Composición, Carlos Álvarez como Director de Actores, Nahuel Casini Soto como Asistente de Coreografías y Wilfrida Zarza en vestuario.

Los actores son Mariela Bonilla (Laura), Mariano Carabajal (Nahuel), Micaela Zaikoski (Paula), Rocío Alamos (Patricia Márquez), Eduardo Pizzini (Marcos) y el ensamble lo conforman Rocío Alamos, Fernando Benítez Ortiz, Nahuel Casini Soto, Mora Díaz, Nahuel Guzmán, Mariel Muñoz, Emilia Ramos y Antonio Vlasic.

– ¿Cuál es el valor del arte para transmitir este tipo de mensajes?

– El arte en mi caso fue, es y será sanador. Esta obra surgió producto del dolor y la desilusión, desde la rabia misma de querer llegar a tu casa y no entender por qué tantas vueltas, por qué tanto manoseo. Hay un golpe oculto que tanto las personas con discapacidad como los familiares o amigos sufrimos que es la discriminación diaria en la calle, a veces involuntaria; tampoco es cuestión de victimizarse, pero yo he ido de la mano con Ayu y una nena de no más de 7 años se quedó mirándola como si pasara un monstruo al lado suyo, y esa nena no tiene la culpa; empezando por sus padres la culpa es de la sociedad toda, que en el año 2000 seguimos mirando a la persona con discapacidad como algo “raro”. Yo mismo lo hago, desde el otro lado, desde el aspecto hiperinclusivo, queriendo demostrar lo opuesto termino haciendo lo mismo que tanto me duele. Y ahí me doy cuenta que sigue arraigado en nosotros, que es un trabajo de años y años que todos tenemos que hacer para poder terminar con esa mirada distinta, el arte viene a ponernos enfrente lo que como sociedad muchas veces decidimos por elección esquivar; acá no tenés escapatoria, te sentaste, arrancó la obra y tenes dos opciones: pones el escudo y no dejás que entre nada, o te dejás seducir por el encanto de la música que hizo Maximiliano Spoltore y de las coreografías que armó Soledad Ravazzoli para ponerte de lleno a reflexionar sobre lo que queremos decir. Mirá si tendrá valor el arte!

– ¿Algo cambió en el sistema, desde que se estrenó en el 2015?

– Lo cierto es que cambios se produjeron a nivel social, la obra fue escrita a inicios del 2013, hoy entraríamos casi en los 10 años; y si bien como individuos hemos avanzado, creo que a nivel sistema estamos igual que aquellos tiempos. El certificado de discapacidad sigue siendo una serie de papeles y burocracia que no se modifica con el paso del tiempo; la junta evaluadora por la que uno tiene que pasar para demostrar su discapacidad es antigua, es limitante, ir un día a X lado, otro día a otro, después juntar todo e ir a hacer la parte de entrega de papeles, luego esperar que una Junta Evaluadora apruebe y que no haya ningún inconveniente; que faltan sellos, que no pusieron el diagnóstico exacto sin una coma de más o con una coma de menos, etc. Ni hablemos si la persona con discapacidad no puede firmar por si misma, el trámite de la curatela en paralelo con un juez, otro caos; y así podríamos seguir enumerando pequeños palos en la rueda que aparecen una y otra vez. Mi hermana tiene obesidad mórbida, cada consulta, cada ir y venir, cada traslado era una situación completamente angustiante; por eso digo, no está preparado el sistema para facilitar las cosas sino para complicarlas, queda muchísimo camino por recorrer en este aspecto. Pero para modificarlo hay que verlo y para verlo hay que hablar; yo no me olvido más cuando empecé a escribir la obra justo salió una modificación de un artículo que iba contra las prestaciones de transporte para las personas con discapacidad; intenté junto a Claudia Baez (una madre incansable que trabaja por la inclusión de personas con condición del espectro autista) hacer una marcha o juntarnos para reclamar. ¿Sabés cuantos fuimos? 4. Ella, dos madres más y yo con el cartel, nos hicieron una nota de la televisión local y cuando la vi no lo podía creer; 4 personas en toda Mar del Plata queriendo evitar lo que un estado entero quería hacer. Mirá si no tuve motivos para escribir esta obra.

– ¿Cuál es la importancia de llevar la obra por diferentes escenarios?

– Creo que una de las principales premisas que tenemos como elenco y equipo de trabajo, la que nos mantiene queriendo hacer la obra una y otra vez es justamente llegar a la mayor cantidad de lados posibles. Esta obra, a diferencia de otras que he dirigido o actuado, no se basa en que la gente salga y me diga: “Que linda salió, te felicito”, sino que afuera pueda recibir una palabra de reflexión, de cambio; hemos tenido muchas devoluciones y creeme que más allá de la felicitación de un fin de función, la más hermosa es la que viene de alguna persona que pudo reflexionar sobre discapacidad, que pudo ampliar o modificar su plano de visión; que se sintió identificada con cualquiera de las escenas, que rió o lloró pero porque tocamos esa fibra que buscamos tocar. Por eso siempre queremos más y nunca nos cansamos de seguir haciéndola, porque creemos que no llegamos ni al cuarto de público o lugares que queremos llegar.



Lo más visto hoy