Cuatro amigas. Cuatro historias. Cuatro maneras de vivir la maternidad. Cuatro colores, cada uno representativo de la personalidad de Nina, Dany, Barby y Maru. Esta es la propuesta de “Madres”, la obra que sube a escena en el Teatro Provincial todos los viernes, sábados y domingos de la temporada.

Se trata de una comedia musical en la que no falta el humor ni la reflexión sobre una condición de la vida de las mujeres: la maternidad en el siglo XXI, una maternidad que está lejos del imperativo categórico, porque ahora se puede elegir.

El trabajo, las separaciones, las tristezas, las esperanzas, los miedos, los tabúes, el idilio y la realidad se mezclan en estos cuatro personajes, quienes eligieron el camino de la maternidad.

Con dirección de Josefina Pieres, la pieza que se estrenó con gran éxito en una sala de Buenos Aires, cuenta con las actuaciones de Viviana Puerta, Sabrina Garciarena, Luly Drozdek y Flor Otero. Este cuarteto de actrices también desarrolla su faceta musical sobre el escenario, una marca del teatro musical contemporáneo.

Conocedoras del terreno que transitan en la ficción -son madres en la vida real-, las actrices contaron cómo emergió cada personaje en la obra, analizaron qué es lo mejor de esta historia y recordaron anécdotas de la gran tarea de cuidar, criar, amar y maternar a sus respectivas hijas y a sus respectivos hijos.

Viviana Puerta: “Me gustaría tener la máquina del tiempo”

Viviana Puerta interpreta a Barby, una madre de cinco hijos, muy experimentada en la tarea. “Es la madre que está de vuelta, la que recorrió el camino, por eso con ironía les tira la posta a sus amigas, sin romance, sin tanta cosa romántica, tiene los pies en la tierra”, contó.

“Madres es una obra hermosa que habla no solo de la maternidad. Pincela cuatro mujeres en sus roles maternales y las experiencias de cada una, como personas diferentes y únicas. Hablamos de la amistad, la tribu de contención, la empatía y el hecho de decirnos las verdades con amor, humor y mucha ironía”, dijo y reconoció que esta producción teatral “reafirma que cada madre es la madre que puede ser, que siempre es válido equivocarse, porque hay tantas formas de maternar como madres en el mundo”.

¿Una anécdota de ser madre? “Hay tantas, tan cotidianas y hermosas que me gustaría tener la máquina del tiempo y volver atrás una y mil veces. Antojos de pochoclo y salame, por ejemplo. Un viaje a Mar Azul en el que le di un dedo a mi hijo durante todo el viaje, llegué contracturada pero nunca le solté el dedo. El me decía ‘dedo, dedo’. Se sentía seguro. Se lo di todas las noches para que se durmiera”.

Y siguió recordando: “Luego llegó la niña y todo se llenó de muñecas flores y color rosa. Una noche leyéndole en su cuarto para que se durmiera, ella observa las paredes y me dice: ‘Mamá, ¿por qué mi mundo es todo rosa?’ Ahí me di cuenta de que había que cambiar la paleta”.

Sabrina Garciarena: “Soy una mamá canguro”

Sabrina Garciarena le pone el cuerpo a Dany, una mujer embarazada de su primer hijo. “Es a la que más le costó quedar embarazada, tuvo que hacer un tratamiento y es primeriza. Tiene mucha ansiedad, no sabe lo que se le viene, está en la época de sacarse fotos, decora el cuarto… no tiene ni idea de lo que va a venir”, contó la actriz sobre su personaje.

“Lo mejor de la obra es el mensaje final: la necesidad de valorar lo que hemos vivido, lo que vivimos en el presente. Porque siempre añoramos el pasado y hay que disfrutar todo. Y disfrutar a los hijos en todas las etapas. Generalmente por cansancio o lo que sea uno se queja, pero después eso mismo se extraña”, reflexionó.

¿Una anécdota? “Mi hijo Beltrán me pregunta muy seguido si yo lo amaba a él antes de que naciera, antes de que lo conociera. Le digo que siempre soñé con un hijo así y que así lo imaginaba y que lo amo con todo el corazón. El insiste una y otra vez con esto de si lo amaba antes de existir. Entonces le explico que amo mucho a su papá. Y que él es el fruto de ese amor. Pero nada lo convence”, compartió.

Madre de tres hijos, se definió como “una mamá canguro”. “Esta obra me llega en un momento muy particular porque tengo tres hijos muy chiquititos y soy una mama canguro, los llevo para todos lados, me gusta estar presente”, contó.

Luly Drozdek: “Que se genere una charla post-obra”

Luly Drozdek interpreta en la ficción de esta comedia musical a Maru, “una madre hiperquinética”, atravesada por el trabajo y una vida social intensa.

“La comedia está escrita desde un lado muy interesante, cualquier tema que se afronta desde un lugar de humor es inteligente”, opinó. Y dijo que aparecen retratados aspectos “super tabúes” que se tocan con humor.

“La maternidad viene acompañada por muchos temas y hay veces que esos temas no se hablan. Lo mejor es que se genere una charla post-obra” entre quienes asistan a verla, deseó.

¿Una anécdota? “Estuvimos un año buscando a Delfi (su hija). Empezás a pensar por qué no se da, me hice estudios, estaba todo bien. Después de un año de buscarla, mientras hacía Milenials, la serie para Netflix, teatro y una película mi cabeza se desconectó un poco de la búsqueda y ahí quedé embarazada”, recordó.

Lo sorpresivo es que buscó tener un parto natural, acuático y sin anestesia. Pero al final del embarazo, la bebé estaba “de cola” y los médicos decidieron practicar una cesárea.

“La moraleja es que a partir de que uno decide tener un hijo piensa que tiene el control y yo desde el minuto cero no lo tuve, quedé embarazada tiempo después de buscarla, no fue el parto como yo pensaba… Uno no pueda tener control sobre algo que pensás que es tuyo, porque si bien es mi hija es una persona individual”.

Flor Otero: “Toca temas que todavía son necesarios compartir”

Flor Otero es Nina en la obra “Madres”. “Soy una mamá que está recientemente separada y no le está pegando muy bien, está sufriendo, pero encuentra en sus amigas un cable a tierra. Está inestable emocionalmente”, contó.

“Esta obra es necesaria, es actual, toca temas que todavía son necesarios compartir, hablar y naturalizar”, opinó. Y para ello, nada mejor que el arte, observó.

“El arte es un reflejo y un espejo de la sociedad”, dijo. En ese sentido, entendió que “Madres” contribuye a hablar sobre aspectos que suelen pasarse por alto, a veces lo hace “de forma más poética, en forma de música o de pintura”.

“El humor que tiene la obra es fantástico, ayuda a que los temas se plasmen de modo más lúdico y que la gente los pueda recibir de una forma más divertida”.

A la hora de las anécdotas, rememoró su parto, que fue “asombroso, súper emotivo, dulce y caótico”. “Esperaba un parto natural y a último momento mi hija se dio vuelta, se sentó, entonces programamos una cesárea”.

“Cuando me muestran a la bebé, le dije a Germán (Tripel) ‘mirala, mirala para que no se roben a mi bebé’. Tenía terror, no sé por qué, quizá de haber visto muchas películas. Entones me quedé sola en el quirófano, mientras me cosían sonaba un tema de Maná de fondo, que no había pedido, por cierto”.