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La Ciudad 17 de diciembre de 2021

Dejadez y riesgo inminente: cables, postes y carteles que afean la ciudad

El enjambre de cables de electricidad, telefonía e internet cuelga frente a casas y edificios, en los barrios y la zona céntrica. Postes inclinados, con óxido y madera curtida recrudecen el abandono y el peligro. De muchas columnas penden carteles publicitarios en mal estado, corroídos y destrozados por el efecto del tiempo y el clima.

Enredados, enmarañados, descolgados, suspendidos, atravesados, amontonados. El cableado que lleva electricidad, líneas de teléfono e internet a los hogares de los marplatenses ensucia la fachada de edificios y cuelga en muchos barrios como si fueran lianas urbanas de poste en poste, con una maraña de cables que además de afear la ciudad a contramano de los avances en infraestructura del siglo XXI conlleva un peligro inminente para los vecinos en varias zonas.

Desde la puerta de miles de casas y edificios el cielo está totalmente enrejado por un enjambre de cables grises y negros, en muchos casos olvidados, en desuso, superpuestos o flojos que penden sobre veredas y trotadoras, en ocasiones tan bajos que son rozados por los camiones que recolectan la basura o que transportan mercaderías.

De un poste a otro, con las maderas curtidas y tensores oxidados por el tiempo y los efectos climáticos, queda expuesta la maraña de cables que suministran servicios esenciales, como la electricidad, la telefonía e internet. Luego de cada temporal, el tendido eléctrico sufre fuertes daños: los más graves son reparados horas después para restituir el suministro, mientras que los más leves arrastran el problema para el próximo fenómeno meteorológico y allí quedan, sobre las casas, en decenas de barrios, con plena fealdad a la vista y al alcance de todos, al límite de desprenderse.

Cables 04

Del discutido y legislado soterramiento del cableado, solo la idea quedó enterrada. La telaraña de cables afea al centro y a muchos barrios, con postes en evidente mal estado, torcidos o al borde de caerse, de los cuales -en algunos puntos- pasan hasta 50 cables o más, formando un enjambre indescifrable.

En distintas zonas, los mismos cables atraviesan a los árboles y terminan atrapados en el follaje como extensiones de las ramas, otro peligro inminente en cada jornada atravesada por el viento y la lluvia, con frecuencias complicaciones que en general derivan en el corte del cableado y, por ende, del servicio que abastece.

En los puntos que hacen a la postal turística de Mar del Plata, la dejadez y la maraña de cables no se detiene, se potencia. El tendido que conecta a la red eléctrica con domicilios, edificios y comercios pende sobre las veredas, entre los semáforos, por encima de los carteles publicitarios y las columbras de alumbrado, muchas de las cuales también exponen un avanzado estado de deterioro.

Publicidad en postes de luz

La publicidad en la vía pública sumó en los últimos años una importante cantidad de carteles amarrados a los postes del alumbrado público, debajo del embrollo de cables.

Con tensores oxidados y la corrosión a la vista de todos, hay en General Pueyrredon unas 1.200 columnas explotadas comercialmente, en la costa y en las principales avenidas, como Colón, Félix U. Camet, Luro, Juan B. Justo, el boulevard Patricio Peralta Ramos, Constitución, Independencia y la calle Alem, entre otras.

Mientras que algunos carteles son periódicamente renovados y reciben mantenimiento, muchos otros presentan banners destrozados, parcialmente arrancados o directamente desprendidos de las columnas por el efecto de los vientos.

Baner02

En la zona del macrocentro hay carteles decolorados por las precipitaciones y el paso del tiempo con hasta 15 años de antigüedad que exponen viejas publicidades comerciales o de eventos que formaron parte de la historia de la ciudad hace más de una década, como congresos o incluso la Cumbre de las Américas, realizada en noviembre de 2005. Allí siguen, desdibujados y en mal estado, sin mantenimiento y prácticamente ilegibles.

A su vez, con motivos de las últimas elecciones, tanto las de este año como las del 2019, diferentes espacios políticos utilizaron esta modalidad publicitaria para promocionar sus campañas. Pasado el tiempo, los carteles siguen colgando de las columnas de alumbrado público, exhibiendo mensajes políticos y candidaturas que caducaron.
Sobre la costa, también, muchos de los banners dejan en evidencia su dejadez y deterioro natural al estar visiblemente percutidos por la salitre del mar, las precipitaciones y los fuertes vientos, en varios casos a medio desprender. En algunas columnas los carteles ya ni siquiera están y solo quedan los soportes oxidados.



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