Por Sebastian Arana

Quilmes, con otra sólida defensa y ráfagas de buen juego, anoche superó a Boca por 81 a 69 y alcanzó su segundo éxito en la Liga Nacional de Básquetbol. Sin Enzo Ruiz, con Vildoza apenas terrenal y Famutimi en un nivel inferior al de su gran juego ante Hispano Americano, surgieron otras respuestas individuales positivas para sostener al conjunto. Como la de Ivan Basualdo, figura del cotejo con 21 puntos y 13 rebotes.

Quilmes no dependió especialmente de jugador alguno. Sacó ventajas de movida buscando liberar en el perímetro a Ivory Clark para que tire de tres puntos. Y pasándole la pelota mucho a Basualdo. Vildoza, una vez más, jugó enfocando en conducir al equipo antes que en buscar sus propios lanzamientos.

No obstante, tuvo un rato de confusión y debilidad defensiva en el primer cuarto y Boca le emparejó la línea. Corriendo el contraataque y con un buen pasaje ofensivo del griego Lampropoulos. Del 10-4 que tuvo de movida la luz a favor de Quilmes se redujo a apenas un 20-18 a la hora del descanso corto.

El inicio del segundo cuarto, sin embargo, despejó dudas. El elenco de Javier Bianchelli, con la rotación en cancha, jugó un rato muy parecido al inicio del cuarto final con Hispano Americano. Defendiendo bien, pero moviendo el balón con generosidad en ataque. Así apareció Eslava con su velocidad para anotar seguido en el poste bajo. Diego Cavaco con sus tiros a pie firme. Y cuando Famutimi se sumó a la fiesta con una ráfaga positiva la diferencia se estabilizó en el orden de los 15 puntos y así llegaron al descanso: 47-32.

Menos sólido defensivamente que en el segundo parcial, con problemas para contener a Lucas Pérez (ocho puntos en el cuarto) y a Lampropoulos, Quilmes mantuvo el partido en zona de confort alimentando repetidamente a Basualdo en el tercer cuarto. Boca recortó la diferencia a nueve (62-53) a la hora del ultimo descanso corto, pero su reacción no parecía preocupar.

La alarma apareció con el parcial 5-0 que Boca metió en el arranque del último cuarto. Pero en ese punto el equipo encadenó una serie de buenas defensas y Luca Vildoza se hizo cargo y anotó siete puntos consecutivos para llevar la luz a un tranquilizador 69-58.

Ese fue el golpe de gracia. Boca, tan flaco de juego como de ánimo, ya no pudo regresar al partido. Tras ponerse a cuatro puntos, estuvo más de cinco minutos para anotar. Quilmes, de este modo, arribó a un triunfo indiscutible.