Por Marcelo Solari

Y llegó el día, nomás. O la noche. Ese momento de este viernes en el cual numerosos objetos que Guillermo Vilas guardó durante muchos años en un depósito, finalmente están exhibidos como debe ser. Para que puedan lucirse como corresponde y para que toda la gente puede admirarlos y, también, conocer más sobre quién fue y todo lo que logró como deportista el zurdo marplatense.

Se dio todo de manera casi perfecta, aunque no resultó sencillo, ni una cuestión de un día para el otro. Al contrario. Fueron casi dos años de intenso hasta la concreción que en definitiva vio la luz ayer, exclusivamente para invitados especiales. Y por supuesto que el esfuerzo, el tiempo y el presupuesto invertidos, merecen la pena.

Es como si todos esos elementos que alguna vez utilizó Guillermo Vilas, esos premios, esas fotos, hubieran estado allí, como escondidas pero a la vista, esperando su oportunidad para ser ubicados donde correspondía. Esa, ni más ni menos, es la sensación al recorrer cada centímetro de ese Espacio único en el mundo. Porque aunque se expusieran en cualquier lugar del planeta elementos usados por el mejor tenista argentino de la historia, en ningún otro lado estará presente la esencia de Vilas tal como en el Club Náutico, donde todo comenzó.

Por cierto que hubo muchos involucrados para que esto sucediera. Y quienes no conocían del todo bien la historia, pudieron enterarse este viernes, durante la ceremonia realizada en el SUM Escribano José Roque Vilas.

El titular de la subcomisión de tenis, Hernán Febbro, el presidente del club, Juan Agra, y el propio Eduardo Puppo, el periodista e investigador, depositario de los tesoros deportivos de Vilas, se encargaron de reflejarlo en palabras. Entre ellos, también, se expresó el intendente municipal, Guillermo Montenegro, quien recordó una visita de Vilas al Instituto Peralta Ramos, cuando el jefe comunal cursaba sexto grado. “Me quedó grabada la palabra esfuerzo, que él usaba constantemente. Y también creíamos, al verlo jugar, que el tenis era fácil, cosa que es absolutamente lo contrario”, rememoró.

Febbro resaltó una y otra vez el empuje del profesor Daniel Larreina (el autor intelectual de la idea), de la colaboración de la subcomisión de tenis, el apoyo de la comisión directiva y, por supuesto, la predisposición de Puppo.

A su vez, Agra enumeró la presencia marcada de Vilas en el club. Con su nombre se bautizó al court central, también hay una estatua suya y el SUM lleva el nombre de su padre. Pero nunca se habia concretado un homenaje tan merecido como éste.

Puppo, en tanto, puso énfasis en los agradecimientos a la familia Vilas, al club, a la comisión directiva, a la subcomisión de tenis, a los socios y muchos otros de índole personal. Explicó, además, algunas cuestiones relacionadas con los objetos exhibidos y mostró las réplicas que se le otorgan a los campeones de los grandes torneos, como el Masters, Roland Garros, el Abierto de los Estados Unidos o el Abierto de Australia, además del que certifica el ingreso de Vilas al Salón de la Fama.

Para el cierre citó palabras textuales del hombre que inspiró a varias generaciones y la ovación fue incontenible antes del corte de cintas, en el que participaron Montenegro, Agra, Puppo y Marcela Vilas, la hermana de Guillermo.

Mientras tanto, la cruzada encabezada por Puppo continúa, y el tenis y el deporte argentino todo esperan una merecida y necesaria reparación histórica: reconocer a Guillermo Vilas como número uno del mundo en la década del ’70.

El Espacio Vilas se abrirá este sábado a todos los socios del Náutico, y el fin de semana próximo, para toda la comunidad, con entrada libre y gratuita.