Peñarol jugará otra vez como local, en su cuarto partido consecutivo en casa. Este lunes, desde las 21, recibirá a Regatas Corrientes, en el Polideportivo “Islas Malvinas”, por una nueva jornada de la Liga Nacional de Básquetbol.

Será una nueva versión de un clásico entre dos equipos campeones de la Liga, que supieron protagonizar una final entre ambos y que, lógicamente, atraviesan una actualidad que está bastante lejos de aquellos tiempos de gloria. Pero aún pueden reunir argumentos como para convocar a un público ávido de ver buenos espectáculos y figuras que, en el actual contexto, no abundan.

Al margen de sus 42 años, Paolo Quinteros es uno de esos jugadores que la gente siempre quiere admirar dentro de la cancha. Además, el marplatense Facundo Piñero se reincorporó a la Liga en las filas de los correntinos, luego de su positiva experiencia en México (jugó en Aguacateros de Michoacán y en Fuerza Regia), intercalado con excelentes actuaciones en Instituto de Córdoba y San Lorenzo. También habrá que prestar atención al dominicano nacionalizado argentino, Xavier Carreras, y al centro estadounidense Gary McGhee (2,11 metros).

Los dirigidos por Gabriel Piccato -de poco feliz paso por Peñarol, al menos en cuanto a resultados- suman 2 triunfos y 5 derrotas, con el agregado que acumula tres caídas en fila (Obras Básket, San Lorenzo y Ferro).

Peñarol está un escalón por encima, con 3 victorias y 4 traspiés. Había hilvanado dos éxitos consecutivos en casa, pero viene de perder, también en el Polideportivo, ante Ferro.

El “milrayitas”, se sabe, tiene suficientes recursos ofensivos, pero no puede hacerlos valer en toda su dimensión en tanto y en cuanto no consiga limitar a sus oponentes con mejores prestaciones defensivas.
Salvo contra Atenas, en una noche fabulosa en ataque, Peñarol ganó sus partidos cuando sus oponentes anotaron menos de 80 puntos. Le cuesta mucho conseguirlo.

Adelante es otra historia. El alero Federico Marín es imprescindible, Al Thornton y Tevin Glass tienen recursos, aunque el segundo es más irregular, Phillip Lockett colabora y Bruno Sansimoni, sin anotar tanto como en el Súper 20, distribuye el juego con criterio.