Buscan profundizar el trabajo para lograr un cine con miradas diversas
Se realizó el cuarto foro de cine y Perspectiva de Género. Con María Galindo, Kekena Corvarán y Jazmín Stuart como expositoras principales, se debatió sobre los avances y las necesidades en la búsqueda de la igualdad en una industria que reconocieron como históricamente machista.
Lograr miradas e historias diversas en el cine fue uno de los objetivos en los que se coincidió durante la cuarta edición del Foro de Cine y Perspectiva de Género que se realiza desde hace cuatro años en el marco del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata.
Kekena Corvalán (investigadora, docente, escritora y curadora, Argentina), María Galindo (psicóloga, activista y cofundadora del colectivo Mujeres Creando, Bolivia) y Jazmín Stuart (actriz, guionista y directora, Argentina), fueron las expositoras principales del encuentro de este año que moderó la licenciada Analía Barrionuevo (coordinadora de la Unidad Central de Políticas de Género del Rectorado de la Universidad Nacional de Córdoba) y que contó con la presentación de la directora artística del Festival, Cecilia Barrionuevo, quién planteó al foro como un espacio para profundizar el debate de cómo se piensa y cómo se hace un cine con perspectiva de género y el rol del festival en la reescritura de las mujeres del cine que han sido invisibilizadas y su historia.
En tres ejes fundamentales y con una reflexión final, las expositoras plantearon sus miradas y concluyeron en la necesidad de que el foro sea un espacio permanente, activo, que se encuentre en la calle -y las luchas feministas que se dan en ese ámbito- y cada vez más plural, con participación de todas las colectivas invisibilizadas.
“Falta que estén las compañeras trans, migrantes, indígenas porque no debemos hablar por nadie. Tienen que estar en esta mesa” reconoció Corvalán, quién también apuntó que “el cine de mujeres sigue siendo elitista, filmar sigue siendo un privilegio de clase, de mujer blanca, académica”.
Stuart, en tanto marcó que en el día a día del oficio y desde la mirada de la participación e inclusión en el set “es difícil acceder a espacios de trabajo. Cupo es una palabra que genera pánico en la industria, siguen siendo muchos varones los que hacen cine y no quieren que les impongan una conformación diversa de equipos. Parece forzado pero es la única manera que diversidades puedan entrar en set. ¿Cómo ganás experiencia si no te dejan entrar al set? Se tiene que cambiar a traves de políticas” apuntó.
En cuanto a la narrativa del cine apuntó que “somos los cuentos que nos contamos, los usos y costumbres devienen de las narrativas que consumimos y siguen siendo del patriarcado que las está construyendo. Hay que cambiar la mirada, contenidos, personajes, vínculos, para mostrar otras realidades silenciadas, sacarlas de la sombra y volcarlas a la pantalla. El cine es político, pero la ficción no es panfleto. Hay que afinar la mirada para encontrar algo más genuino y diverso”.
Galindo, por su parte, indicó que “el sujeto patriarcal capitalista sigue siendo el dueño de cine y mujeres y maricas y otras diversidades no pueden conformarse con habitar como inquilinas ciertos espacios que en la práctica no modifiquen las construcción del relato cinematográfico”, por lo que entendió que “deberíamos hablar de foro de cine feminista, no solo con perspectiva de género”.
“El campo es mucho más complejo que cuántas mujeres entran al mercado y está marcado por relaciones de poder que requieren políticas más profundas” apuntó.
Corvalan coincidió que no se trata “del pink washing, torta washing y black washing -el fenómeno por el que grandes industrias se apropian de discursos de diversidades, los moldean y frivolizan-, sino de darles posibilidad de construir sus relatos”.
Stuart, a su turno, advirtió sobre la “contraofensiva y el amedrentamiento” de sectores conservadores ante “lo que tenemos para decir”.
Una vez más, la activista Boliviana fue al hueso, señalando la necesidad de “trabajar en la patalla del sur para el sur. El angloeuropeocentrismo esta muy presente, hay que romperlo con tijera, serrucho, martillo o dinamita. Es escaso el cine argentino que se esta mirando a si mismo y en Bolivia el cine Boliviano no existe”.
Y también señaló que “hay dilemas filosóficos, metodológicos y artísticos que tratar: quién toma la palabra, qué se dice, porque el probrlam no es hacer una película sobre lesbianas, sino una película lésbica que definitivamente no es lo mismo. Una película que pueda romper moldes y ese debate, esa conciencia, la veo muy escasa”.
En ese sentido contó que su trabajo se proyecta en ferias o en la calle porque “no tengo pantalla”. “Que nos den horas en la tv pública, que es una pantalla que pagamos todes. Esa pantalla la cuidan mucho políticamente. Hay mucha censura, no solo en Bolsonaro, también en la Bolivia de Evo Morales. Creo que nos dejamos sacar el tapabocas para ponernos un bozal y to no quiero eso”.
Galindo sostuvo que “nuestras agendas de luchas tienen que ser revoltosas, novedosas. Los fondos -para las miradas diversas del cine- necesitan ser públicos y concursables. Basta del fundamentaslismo que si no estás con Evo o con Cristina sos de la derecha”.
Además, la activista advirtió sobre la hegemonía de “las pantallas imperialistas sobre la reproducción de imágenes”.
“No son redes sociales, son empresas que definen qué imágenes y cómo se muestran” dejando fuera las que no se ajustan a sus cánones. “Yo estoy dispuesta a ir hasta a la pantalla más miserable que haya pero no puedo estar en Youtube o en Facebook porque en mi trabajo hay un tratamiento de los cuerpos de las mujeres que no es aceptado por ese discurso hegemónico. Deberíamos dejar de lado la corrección, porque son tiempos muy duros” advirtió.
Corvalán coincidió con la necesidad de recuperar espacios de calle “sobre todo en la agenda cultural” y reconoció que el estado debe estar presente en ese ejercicio de escucha y apoyo.
Por su parte Stuart apuntó a comprometerse a “convocar a esas miradas que faltan, abramos esas puertas, vayamos a lo concreto. Podemos teorizar, pero lo que queremos es filmar y para eso hay que dar pasos concretos y cotidianos”.
El Foro, que se realizó de manera virtual, con traducción simultánea en Lengua de Señas Argentina e inglés, concluyó con un pañuelazo virtual, con el objetivo de mantener la lucha por la real aplicación, en todo el país de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo y por la aplicación efectiva de la ley de Educación Sexual Integral (ESI).
Mirá acá el debate completo:
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