A los 78 años, falleció en las últimas horas del viernes último la poeta y escritora Silvia Loustau, quien tenía una amplia trayectoria en el mundo literario marplatense. Loustau era autora de “Textos oníricos” (2012), “Mariposas rojas, mariposas negras” (2010), novela que publicó la editorial chilena Escaparate, “De mar y madres” (2007) dedicado a las Madres de Plaza de Mayo, “Espejo de los días” (2007) publicado en Israel, “Metabolismo de la lágrima” (2003) y “Mandala” (2003).

Además, escribió una novela por entregas, “Punta fémina” sobre la historia de una mujer light que subió a la red social Facebook.

“Si me preguntás si volvería a vivir lo que viví, te diría que sí, porque aprendí mucho”

---

 

Cursó el taller de poesía “Paco Urondo” con el poeta Juan Gelman a través de la Universidad de Lomas de Zamora. Y en esta ciudad brindó varios talleres de poesía.

Silvia había nacido en Mar del Plata, pero tras la separación de sus padres transcurrió sus primeros años de vida en Córdoba. Luego, la juventud la tomó en La Plata, donde estudió Traductorado de Inglés y dejó trunca la carrera de Letras. Estuvo en Chile para realizar trabajos sociales en zonas vulnerables y ya de adulta decidió regresar a su ciudad natal.

“Para mí la poesía es generar en el otro, despertar en el otro sentimiento, como abrirle el alma, yo no creo en Dios, pero es abrir esa casita de los sentimientos, y que pueda ver el mundo con más luz, verlo mejor, que haya algo que se sacuda adentro de él, como cuando te enamorás, que sientas que vale la pena la vida, la poesía es que la vida tenga sentido, soy consciente de que a través de ningún arte yo voy a cambiar el mundo y no creo en el arte panfletario, pero sí en el rol del artista, que en cualquier parte es mejorar el mundo”, había dicho la escritora a LA CAPITAL, en una larga entrevista realizada en 2012 en la que contaba su vida.

La militancia en el peronismo de los años ’70, las desapariciones de personas muy allegadas, el encierro y las persecuciones sufridas en carne propia marcaron el carácter y la obra literaria de Silvia. Gran parte de esa historia de vida quedó plasmada en “Textos oníricos”.

“Yo digo que la vida es como una trama y pienso siempre que un loco agarró mi trama y la cortó con un vidrio. Esa es mi imagen. Esa trama quedó manchada de sangre, pero con el tiempo me he ido reencontrando con compañeros. Si me preguntás si volvería a vivir lo que viví, te diría que sí, porque aprendí mucho, aunque casi me cuesta la vida”, agregó en aquella entrevista.

La vida, por Silvia Loustau

Me levantaba a mirar el fuego e iba a ver si el hombre dormía y me quedaba mirando sus manos, la boca entreabierta.Si se depertaba preguntaría si no me habia movido y volvería a gritar.

-Hablá, hablá- se pasearía a mi alrededor- Hablá, como habló hoy Mara-

Y yo callaba, sentía miedo. Yo callaba y él se movia y el aire arrastraba un extraño olor a barro colorado. A verano ausente, para siempre.

Y con aquel olor venía una voz delgada que me contaba cuentos, y murmuraba: aún no saben lo que es la vida.

Y tomé un hilo,había caido a mi lado, y lo fui enrollando en mi dedo, era como si fuese haciendo la vida , el tiempo.

El hombre cerró la puerta. Se desató la tormeta y miraba correr las gotas por el trozo de un vidrio sucio, pero yo soñaba que era una clepsidra.

Texto extraído del blog http://silvialoustau.blogspot.com/