Cuando el patrullero se colocó a un lado de su camioneta, el hombre ni siquiera lo observó. Después, cuando se le acercaron los policías para hablarle, la situación le pareció extraña pero de ahí a sospechar que luego sería obligado a dirigirse a su propia casa y luego asaltado había un trecho de imaginación enorme.

El caso, insólito y escandaloso, ocurrió en la mañana del 30 de octubre  en Mar del Plata, aunque recién trascendió en las últimas cuando llegó a LA CAPITAL el dato de que uno de los efectivos acusados en el marco de la investigación que lleva adelante el fiscal Mariano Moyano había decidido entregarse en la comisaría decimosexta.

Según la reconstrucción del hecho, todo comenzó a las 8 de la mañana del pasado sábado 30 de octubre, cuando la víctima, un hombre que se dedica a la compra y venta de vehículos, se dirigió a una estación de servicios, en las inmediaciones de la rotonda de El Gaucho, donde había dejado estacionada su camioneta Ford Ranger. Fue entonces cuando dos hombres con uniforme policial se le acercaron y tras identificarse le dijeron que en su vivienda se iba a desarrollar un allanamiento. Para reforzar la credibilidad de todo aquello, a escasos metros estaba apostado un patrullero perteneciente a la División de Custodia y Traslado de Detenidos, en cuyo interior aguardaba el oficial inspector Maximiliano Bentancor, que se entregó este jueves.

El sorprendido hombre preguntó el motivo del allanamiento y pidió que se presentara ante él un fiscal para explicarle qué era lo que ocurría. Sin embargo, la respuesta fue que “el fiscal ya está al tanto y está yendo para la casa”. De inmediato fue obligado a subir a su vehículo. Dos de los hombres se subieron con él. La camioneta Toyota Hilux de la División de Traslado de Detenidos salió adelante en la “caravana”, en el medio fue la víctima y por detrás un vehículo con el cuarto delincuente.  Así partieron hacia el domicilio del hombre.

Todo lo expuesto resultó ser un engaño pero no se trató de falsos policías, como en otras oportunidades, sino de verdaderos. Al llegar a la vivienda, redujeron al hombre y a su esposa, quien posee un par de locales comerciales. Las dos víctimas fueron esposadas.

El asalto se extendió por alrededor de 40 minutos hasta que los “poliladrones” se hicieron de una suma de dinero en efectivo muy importante que las víctimas guardaban en distintos lugares de la casa. Una primera versión sostiene que ese dinero estaba destinado a costear un tratamiento oncológico al que debe ser sometido un hijo del matrimonio. Si bien no trascendió exactamente la cifra en forma oficial, LA CAPITAL pudo saber que se trataba de casi 2 millones de pesos.

A la vivienda habían ingresado uno de los policías (con campera policial, chaleco y placa) y dos hombres vestidos con ropas similares a las de la policía, mientras que el restante efectivo permaneció a bordo del patrullero “de campana” en la calle. Al consumarse el robo, que también incluyó los teléfonos celulares de las víctimas, los cuatro delincuentes escaparon a toda velocidad en el automóvil de la fuerza.

El hecho fue denunciado ante el fiscal Mariano Moyano, quien inició una investigación (la propia policía a través del Grupo de Respuesta Inmediata Departamental y de la DDI Mar del Plata se encargó de hacerlo) y solicitó analizar videos tomados por cámaras de seguridad de la zona. Así, se pudo establecer de qué móvil policial se trataba y de quién era su chofer. Debido a que ese móvil no tenía rastreo de gps los investigadores pidieron el informe sobre el “handy” de ese efectivo policial y entonces no quedaron dudas sobre los lugares en dónde había estado mientras las cámaras no lo captaban: en la estación de servicios y en la casa de las víctimas, o sus inmediaciones.

En ese contexto, uno de los miembros del servicio de traslado de presos de la policía fue identificado y, al tomar conocimiento de ello, decidió entregarse ayer en la comisaría decimosexta -que tiene jurisdicción en la zona donde se produjo el asalto-, junto a su abogado particular Martín Bernat.

En la jornada del viernes el juez de garantías Gabriel Bombini autorizó el allanamiento de la casa del capitán Fabio Melgar, perteneciente a la sub Delegación de Drogas Ilícitas de Chascomús en  pero que vive en Mar del Plata. Se sabía que existían posibilidades de no hallarlo porque el dato lo ubicaba en el sur del país, de vacaciones. Hubo secuestro de algunos elementos de prueba que ahora el fiscal Moyano deberá analizar. En el caso de que no se presente este policía en las próximas horas se solicitará su captura nacional.

Por otra parte los investigadores sospechan que los asaltantes tenían información sobre el dinero y por eso creen que no se trató de un hecho “al voleo”. En ese sentido, continuará la pesquisa para determinar si existen más personas incriminadas. No obstante, la Justicia declaró el secreto de sumario de modo hasta el lunes, de modo que no se conocerán más detalles de esta causa hasta entonces.