Representantes de diferentes medios de comunicación de la ciudad también celebraron este último sábado el cumpleaños del más grande.

Tarde o temprano, el 30 de octubre seguramente será designado como el día del fútbol en Argentina. O algo parecido. Claro, ese día nació Diego Armando Maradona. Un futbolista sin par. Pero también, mito, leyenda, emblema e ídolo. Puede decirse que nadie ha despertado las emociones ni el magnetismo que el “Pelusa” de Villa Fiorito ha sido capaz de despertar.

En ese contexto, los responsables del magnífico complejo AZTK Arena (San Martín 5521) recientemente inaugurado, convocaron a unos cuarenta periodistas de la ciudad (hombres y mujeres) para un festejo especial del cumpleaños del “10”.

Los propietarios, Santiago, Gastón, Martín y Pablo, y todo el personal del lugar transformaron la invitación en una verdadera experiencia para recordar.

El complejo posee tres canchas techadas de césped sintético, una para fútbol 5 y dos para fútbol 7. Cada una de ellas lleva el nombre de los autores de los tres goles de Argentina en la final de México ’86 ante Alemania: José Luis Brown, Jorge Alberto Francisco Valdano y Jorge Luis Burruchaga.

Además, existen espectaculares murales con la imagen de Maradona y otros detalles distintivos. Como que los jugadores aficionados que concurren a jugar allí se sienten casi profesionales desde el ingreso, porque para acceder a las canchas, ubicadas en el nivel superior, se asciende por una rampa que bien podría ser la de cualquier estadio del primer mundo.

Vestuarios de primer nivel y una perlita para ese día: como fondo, en forma constante, todos los temas más conocidos que se le han dedicado a Diego: “La Mano de Dios” (Rodrigo Bueno); “Marado” (Los Piojos); “La Vida es una Tómbola” (Manu Chao), “Maradona” (Andrés Calamaro); “Para Siempre Diego” (Los Ratones Paranoicos) y, por supuesto, “Live is Life” (Opus), que no fue compuesta para él pero se inmortalizó en la entrada en calor más espectacular que algún futbolista haya realizado.

Los periodistas intentaron, con poco éxito, por cierto, emular al “10” en la entrada en calor. Pero al menos le pusieron onda. Claro, después había que salir a la cancha para jugar. Al sedentarismo de la profesión se agregaba la inactividad prolongada por la pandemia. El panorama no era muy halagüeño. Algunos demostraron que todavía quieren seguir dando batalla; otros, directamente no dieron la talla (suena similar pero su significado es bien diferente); y también algunos con cierto talento pudieron demostrar… que ya no son los de antes.

Eso sí, la gran figura, elegida en forma unánime, paradójicamente no jugó: Mauro Bianchi organizó todo con precisión y eficiencia para que todos pudieran disfrutar de un mediodía de sábado fabuloso.

Hubo cuatro equipos masculinos que incluyeron a periodistas e integrantes de la Iglesia Maradoniana. El equipo “1” fue claramente el mejor, con una dupla de zagueros impasable, un arquero sólido y el acompañamiento del resto. Ganó 8-2 y 5-0 sus dos partidos y se adjudicó el cuadrangular.

El equipo “3” fue el ejemplo cabal de lo que significa la irregularidad. Fue arrollado 8-2 por el equipo “1”, pero después se acomodó y goleó 7-2 al equipo “4”, que a su vez había empatado con el equipo “2”, 2 a 2. Las chicas también jugaron su partido en la cancha de 5 vs. 5 y, para cerrar, se armó un fútbol mixto que salió muy entretenido.

Además del cansancio, el recuento arrojó un saldo esperable: algún esguince de tobillo, cierto tirón muscular con pinta de desgarro y, por supuesto, el cansancio generalizado, no exento de una felicidad sincera y genuina.

Por supuesto que hubo cientos de fotos y videos y, como cierre, un exquisito almuerzo, bebidas, la canción de cumpleaños feliz para Diego, los típicos cánticos de cancha en honor al “10” y el momento culminante: cuando se soplaron las velitas y se cortó la torta. Un festejo inolvidable para alguien que se convirtió en inolvidable a fuerza de regalarle múltiples alegrías a la gente.