Los policías que mataron a Avalos dicen que actuaron para defenderse
Dieron su versión de los hechos ocurridos el sábado en la casa del barrio Regional. La autopsia revela que la víctima recibió un disparo, aunque investigan otra herida que presentaba el cuerpo y las marcas de las balas de goma.
Los policías que mataron a Roberto Avalos (27) declararon ayer que actuaron para defenderse de los ataques que el joven les propinaba con dos cuchillos mientras sufría un brote psicótico en su casa del barrio Regional.
Los uniformados, que permanecen en libertad pese a haber sido notificados de su imputación en una causa por homicidio, se presentaron en horas del mediodía de ayer ante el fiscal Alejandro Pellegrinelli en Tribunales.
Acompañados de los letrados de la Asesoría Legal de la Policía Bonaerense, dieron su versión de los hechos ocurridos el sábado por la noche en la vivienda de San Lorenzo al 7100.
Según pudo saber LA CAPITAL, los policías declararon en simultáneo y en oficinas separadas. “Contaron todo con lujo de detalles, fueron muy espontáneos”, confió una fuente en diálogo con este medio.
De acuerdo a los datos que se desprenden de la causa, sumados a las versiones de los uniformados, primero intentaron contener los ataques de Avalos disparando balas de goma. Dicha situación fue corroborada por el secuestro de cuatro proyectiles.
Al parecer, dos de las postas fueron en dirección al piso para intentar que el joven depusiera su actitud. Sin embargo, al notar que esto no ocurría uno de los dos uniformados efectuó otros dos tiros que hirieron a Avalos.
Ese detalle también se corresponde con los resultados del informe parcial de autopsia al cadáver, que también se conoció ayer. Según los forenses, el cuerpo presenta una herida de bala mortal, otra lesión que podría ser de un segundo disparo -que no fue confirmado aún- y varias marcas correspondientes al impacto de las postas (que habrían rebotado dentro del inmueble y lastimado a Avalos en distintos sectores de su humanidad).
Secuencia
La secuencia narrada por ambos uniformados es idéntica: cerca de las 22 del sábado pasado, y tras recibir llamados de auxilio al 911 realizados por los propios familiares de Avalos, arribaron en un patrullero a San Lorenzo al 7100. El joven, que padecía trastornos psiquiátricos, había sufrido una crisis nerviosa y amenazaba con matar a su padre y a su hermana con dos cuchillos en sus manos.
Como la situación era grave, solicitaron refuerzos y más tarde arribó otro móvil del CPC y uno más de la Policía Científica. Sin embargo, quienes permanecían en el interior del inmueble eran ellos dos.
Conforme declararon, no bien llegó uno de ellos fue atacado por Avalos, que portaba dos armas blancas. Esa agresión le provocó un corte en el dedo de su mano izquierda. De inmediato, tomó una pala que había en la casa para mantener al joven a distancia, pero fue entonces cuando éste salió corriendo hacia el patio trasero de la propiedad, donde hay una habitación pequeña a la que ingresó.
El policía lo siguió hasta ese lugar, mientras su compañero le cubría la retaguardia. De acuerdo a los relatos de ambos, fue entonces que dispararon dos postas de goma al piso con una escopeta. Sin embargo, Avalos seguía amenazándolos, por lo efectuaron dos tiros más hacia adentro de la habitación.
El uniformado que tenía en su poder el arma especial explicó ante el fiscal Pellegrinelli que en ese momento se le habían acabado las balas de goma y esto fue advertido por Avalos, quien rápidamente salió de la habitación con los cuchilllos en la mano. “Uno era más grande que el otro, que parecía una faca”, reconocieron en su declaración.
En ese instante, y al ver que el joven iba a atacar a su compañero, el policía que permanecía retrasado extrajo su arma reglamentaria y disparó al piso. Y allí fue que, de acuerdo a esta versión del caso, Avalos cambió de dirección y se le abalanzó con las armas blancas, provocándole cortes en el rostro, en el antebrazo y en su chaleco.
Ante el ataque, el uniformado baleó al joven. “Fue todo retroceso, como una pelea tumbera… Yo no llegué ni a estirar el brazo para tirar”, declaró ante el fiscal Pellegrinelli, aludiendo además que Avalos tenía una contextura física grande y “era muy difícil pararlo”. Cabe destacar que su peso oscilaba entre los 95 y los 100 kilos.
Y agregó: “Yo pensé que mataba a mi compañero“. De acuerdo a su relato, Avalos “tenía los dientes apretados y los ojos como idos”.
El tiro fue mortal: según la autopsia, la bala ingresó por el hombro izquierdo, perforó el pulmón izquierdo y el intestino de la víctima, y salió por la ingle. En tanto, los forenses hallaron en el cuerpo de Avalos otra herida en las nalgas que no están en condiciones, todavía, de determinar si fue causada por un disparo de arma de fuego o por una posta de goma. Eso se sabrá recién cuando esté escrito el informe final de la operación, en las próximas horas.
Por último, los médicos encontraron también restos de plomo en otro sector del cuerpo, que se corresponderían con un ataque sufrido por el joven años atrás. Ese material fue extraído por los profesionales.
La causa
Una vez finalizadas las declaraciones, los policías se retiraron de Tribunales como habían llegado: en libertad. Para el fiscal Pellegrinelli, en la causa existen indicios de que actuaron en “legítima defensa”, aunque todavía no retirará las imputaciones por el delito de “homicidio” que sobre ellos pesa.
En el marco de la investigación, al expediente se sumarán en los días venideros el resultado final de la autopsia al cadáver de Avalos (que ya fue devuelto a la familia para la realización del velatorio) y el resto de los informes periciales, incluído el balístico. Eso determinará con exactitud cómo fueron los disparos efectuados en el interior de la casa de la víctima.
Entre otras diligencias, el fiscal Pellegrinelli pidió y analizó los audios de las llamadas que la familia de Avalos hizo al 911 para pedir ayuda ante el ataque del joven. En ellos se nota el temor que tenían los llamantes y la exigencia a los uniformados para que arribaran al lugar con premura.
El investigador también solicitó esta semana los legajos de los policías imputados, para examinar el desempeño que tuvieron dentro de la fuerza provincial. Se trata de dos efectivos de más de 30 años, de lo que se desprende que no se trata de novatos.
De hecho, y según trascendió, el uniformado que disparó habría participado hace un par de meses de un tiroteo en el barrio Centenario. Al parecer, en ese enfrentamiento con delincuentes estuvo al borde de ser herido pero logró salvar su vida.
De acuerdo a los datos que pudo obtener este matutino, si la causa continúa en esta dirección, los policías serían sobreseídos próximamente.
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