Pinceladas de la ciudad (Mar del Plata desde adentro): Miguelito, el diario andante
Por Pablo Garcilazo
Es un diariero móvil, andante, nómade. De los de antes. Esos primeros diarieros, que todo lo vociferaban. Mantiene la tradición de contar y promocionar su venta anunciando a viva voz los titulares. El es su puesto de referencia. De bien temprano va a las distribuidoras a buscar los diarios y las revistas. Camina y camina. Patea la ciudad hace décadas: ¡Verán que rápido! Casi que tenés que hablarle corriendo. A veces solo oye y da la sensación de que no te escucha, pero si hay algún tema que le interesa se detiene y empieza a dialogar fervientemente.
Su voz es popular en Mar del Plata, siempre soltando al aire apreciaciones y titulares como: ¡Se murió Mirtha Legrand! ¡Se accidentó Susana Giménez! ¡Qué va a hacer el mundo fue y será una porquería ya lo sé! o ¡Esto no tiene arreglo, se viene todo a pique! ¡Se murió la mujer de Contesi! ¡Mira qué lindo mi país paisano, si vos lo vieras como yo lo vi! o ¡Esto no va más, se va todo a la mierda!
Todos sabemos cuándo viene Miguelito, con su andar veloz y mirando para abajo. Gorra en la cabeza, delantal hecho de jean, bolsas bien grandes de nylon con manija, zapatillas negras y un tono fuerte de tonada italiana. Es un personaje que se resiste al paso del tiempo. Como el bar, el billar de barrio, el fiado, el pedirle unos limones al vecino o sacar la silla al frente de la casa a tomar sol o jugar a la escondida. Es un cachito de la tradición gráfica de Mar del Plata. Esa del diario y revistas en papel que nos pone en contacto con la piel y aún perdura en medio de las selvas digitales.
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Mirar como si fuera la primera vez lo cotidiano de nuestra ciudad y su gente. Con ese fin nacieron estos escritos, que se desprenden de los micros radiales “Acercando el oeste y Mar del Plata”. Son voces barriales desde la salud, la comunicación y la integración comunitaria.