“Yo les voy a explicar, ella tenía a otro“, dijo Jorge “Chino” Villalba mientras era esposado por la policía en su departamento de Balcarce, que tenía el aire viciado por el gas que salía del horno y que había provocado que su expareja e hijo se desmayaran al borde la muerte, con visibles marcas de haber sido brutalmente golpeados en los tres días que los mantuvo encerrados contra su voluntad.

Villalba se encuentra detenido desde el 10 de julio, imputado por “doble homicidio agravado en grado de tentativa” y en un contexto de violencia de género. Luego de una minuciosa investigación, el fiscal Rodolfo Moure solicitó la prisión preventiva para el hombre, por entender que existe un riesgo real de fuga.

Si bien casi pasó un mes del hecho y pudieron abandonar la terapia intensiva, las víctimas aún permanecen internadas, en salas comunes. La mujer, de 38 años, tenía marcas de haber sido atada, golpes en la cabeza, hematomas en diferentes lugares del cuerpo y, además se había intoxicado con monóxido de carbono. El nene de 8 años, por su parte, presentaba heridas por fuertes golpes en el cráneo.

“La cantidad de heridas infringidas a ambas víctimas, la mayor parte de ellas en la zona del cráneo, sumado a las amenazas previas de muerte, privación de la libertad, y otro elementos, permiten concluir que el imputado deliberadamente intentó causar la muerte de ambas sin lograr su cometido por razones ajenas a su voluntad”, concluyó el fiscal.

Una relación violenta

Jorge Villalba mantuvo una relación durante 22 años con P.L., con cuatro hijos en común, entre ellos el niño de 8 años que aún permanece internado. Según allegados a la víctima, se trató de una relación violenta: Villalba ejercía violencia física y verbal hacia ella, “lo que permite afirmar que estos aberrantes hechos se enmarcan en un contexto de violencia de género preexistente”, concluye el fiscal.

En febrero la pareja se había terminado y en abril tuvo que intervenir el Juzgado de Paz de Balcarce en el marco de la ley de violencia familiar, pero el hostigamiento de Villalba no cesaba e, incluso, se había recrudecido al enterarse que su expareja había comenzado a verse con un hombre. Según el testimonio de un testigo, Villalba le había dicho a la víctima que se “andaba con alguien la iba a matar”.

Era tal la obsesión de Villalba con su expareja, que incluso había contratado a una tarotista para que le averiguara sobre la vida sentimental de P.L., para que le confirmara si se veía o no con alguien.

Las víctimas no recuerdan, el detenido niega

Tanto la mujer como su hijo permanecen internados por las heridas que les causó Villalba. Fuentes judiciales explicaron que el nene de 8 años aún no pudo declarar, ya que pasó por un momento crítico y todavía está en estado de “shock emocional”. Se espera que en las próximas semanas, cuando le den el alta médica, pueda declarar en Cámara Gesell.

P.L. todavía tiene los recuerdos mezclados y en el hospital brindó su testimonio a los investigadores, en el que explicó que el 7 de julio había ido a la casa de su ex, junto a su hijo. Al ingresar, la mujer explicó que fue agarrada de atrás por los pelos y recibió un fuerte golpe en la cabeza. Desde ese punto las imágenes se confunden: una puerta trabada, gritos de ayuda, un intento de escape y nada más hasta que fue rescatada por la policía.

Por su parte, el imputado de “doble homicidio agravado en grado de tentativa” dio una versión exculpatoria de los hechos y negó haber maltratado a su expareja y al hijo.

El hecho

Los hechos se registraron entre el 7 y 10 de julio, en un departamento de Balcarce ubicado en calle 21 entre 4 y 6, donde Villalba privó de su libertad a su expareja y a su hijo, a quienes golpeó en reiteradas oportunidades en diferentes partes del cuerpo.

El 10 de julio, un llamado al 911 de un vecino alertó la situación y personal de la Estación de Policía Comunal fue hasta el lugar. Al ingresar, los policías sintieron que el aire del departamento estaba “enrarecido” por el gas que salía del horno e inmediatamente fueron tras el hombre, lo redujeron y detuvieron.

“Yo les voy a explicar, ella tenía a otro“, dijo Villalba a la policía mientras lo detenían.

La mujer y el nene fueron rescatados por los efectivos. Se encontraban desmayados, intoxicados y muy golpeados. La mujer fue trasladada al Hospital Fossati, con un edema pulmonar a raíz de un golpe recibido en el tórax, por lo que  debió ser intubada. Por su parte el nene había recibido un fuerte golpe en la cabeza, por lo que lo trasladaron al Hospital Materno Infantil, donde lo tuvieron que mantener el coma farmacológico para que descomprimiera su cerebro.

El horno de la vivienda se hallaba con la puerta abierta y encendido, al igual que las hornallas. La escena, para los investigadores, era clara: Villalba había intentado matar a su expareja, al nene y después suicidarse. Esta conclusión se sustenta además con la pericia química realizada al “Chino”, que presentaba en su sangre una alta concentración de monóxido de carbono, por haber aspirado el gas que él mismo había liberado.