La policía de investigación, a través de la DDI, y la de Seguridad, por medio de la comisaría decimosegunda, buscan por estas horas a los dos delincuentes que robaron en una casa del barrio La Herradura y en la huida mataron de un tiro en la cabeza al menor Lautaro Gómez (16).

El relato de los miembros de la familia asaltada, entre quienes se encuentra la novia de Gómez, el entorno de la víctima y principalmente su hermano, Sebastián, aportó algunos datos relevantes para poder reunir prueba que la fiscalia N°1 analiza por estas horas.

A Gómez lo asesinaron de un solo disparo en la cabeza que ingresó por la región lateral izquierda y en un primer momento, por la naturaleza de la herida, pareció que el arma empleada podía haber sido un pistolón. Sin embargo, la labor forense de experto en escena del crimen de la Policía Federal posibilitó el hallazgo de una vaina. De este modo se sabe que a Gómez lo mataron con un disparo de pistola.

La secuencia que derivó en la muerte aún está algo confusa ya que las declaraciones que se sumaron al expediente tienen algunas divergencias. Lo que si está claro es que cerca de la 1.10 de la madrugada un hombre de 54 años dormía en su casa de Diagonal Del Solar casi avenida Colón, en pleno barrio La Herradura. También en ese domicilio se hallaban dos hijas de 19 años, de nombre Mónica, y otra de 13.

Lautaro Gómez.

Los ruidos provenientes de otro sector de la casa lo hicieron despertar y cuando el hombre se levantó vio a tres ladrones. De forma repentina, y en lugar de escapar, los delincuentes comenzaron a exigir la entrega de cualquier elemento de valor. Uno de los asaltantes tenía un arma y en principio pidió dinero pero para intimidar aún más al hombre lo golpeó de un culatazo en la cabeza.

Mientras ocurría el robo, la joven de 19 años logró llamar por teléfono a su novio, Lautaro Gómez (16), quien se hallaba con su hermano Sebastián, mayor de edad, quienes viven a menos de 50 metros. La chica contó lo que estaba sucediendo en ese mismo instante y ambos hermanos corrieron.

En medio del trayecto entre una casa y otra, los hermanos Gómez se cruzaron con dos de los tres asaltantes, quienes emprendían la huida con un magro botín: una garrafa usada y un balde con cables para extraer el cobre. Acaso desconociendo que uno de ellos llevaba un arma, los hermanos los confrontaron pero los ladrones quisieron desorientarlos al decirles que no eran ellos a quienes buscaban. Cuando los hermanos se alejaron un par de pasos, el asesino ejecutó de un disparo a Lautaro Gómez. El certero disparo realizado por uno de los ladrones en fuga, casi a modo de fusilamiento, acabó en el instante con la vida del adolescente.

Al ver a su hermano caer, Sebastián Gómez peleó con los dos hombres pero fue dominado a golpes.

A la 1.19 el 911 recibió el primer llamado en el que se pedía urgente presencia policial y una ambulancia, aunque ya no había demasiado por hacer respecto a Lautaro Gómez. El cuerpo yacía sobre la calle de tierra y esa zona del barrio La Herradura se convulsionó.

Las primeras tareas de los investigadores, ya con la presencia de la fiscal Daniela Ledesma en el lugar, fue la de recoger la mayor cantidad de testimonios posibles. Los más relevantes fueron los del hermano de la víctima pero cierto estado de alteración -manifestado incluso en agresividad hacia la labor policial- lo impidió. Por eso horas después fue llevado a la comisaría donde pudo dar algún otro detalle.

También fue importante lo que dijo el hombre asaltado y su hija, novia de Lautaro Gómez. Otros vecinos del barrio, a partir de las caraterísticas que trascendieron de los asaltantes, señalaron a algunos jóvenes conflictivos del barrio, datos que ahora son evaluados por los investigadores.

En ese sentido y dada la naturaleza del robo se cree que los asaltantes, entre ellos el asesino de Lautaro Gómez, sean de una zona no muy distante del barrio La Herradura.