Viviana Rivero: “Intenté contar una historia de amor y, al mismo tiempo, el choque de culturas”
En "Una luz fuerte y brillante", la autora sitúa la acción en la Guerra de Siria y cuenta las vicisitudes que deben atravesar los ciudadanos de ese origen que llegan como refugiados a la Argentina.
Viviana Rivero.
Por Eva Marabotto
Haciendo caso omiso al tópico del “locus amoenus” de la literatura clásica desde el Renacimiento, según el cual los romances se desarrollan en lugares paradisíacos, “Una luz fuerte y brillante”, la nueva novela romántica de la escritora Viviana Rivero, cuenta una historia de amor en plena guerra de Siria, un contexto que le permitió “describir sentimientos y situaciones emocionales de quien está al borde de la muerte a cada instante” y al mismo tiempo explorar la relación que nace entre dos personas de distinta cultura.
A la violencia del conflicto armado que enfrenta al Gobierno sirio con grupos rebeldes y se hace patente en las calles, se suman como obstáculo en la relación entre una joven musulmana y un fotógrafo argentino que trabaja en Barcelona los tabúes que surgen en la sociedad regida por los preceptos del Islam para las uniones interreligiosas y los impedimentos que encuentran las mujeres para realizar actividades como estudiar, comerciar e incluso casarse sin el consentimiento de sus padres.
Para documentar la historia que constituye su novela número 12 -la misma que por estos días encabeza los rankings de libros más vendidos- Rivero recurrió a diversas entrevistas con representantes del Centro Islámico en la Argentina y fundamentalmente al testimonio de una pareja de refugiados sirios que llegaron al país, uno de los primeros en ofrecer esa posibilidad a los ciudadanos que vivían en los territorios en conflicto.
El libro, que podría ser declarado “de interés legislativo” por su aporte a la promoción de la cultura y la defensa de los derechos humanos si prospera un proyecto presentado por el diputado riojano Julio Enriqu Sahad, cabalga entre las escenas típicas del amor romántico y el relato de la crisis humanitaria de un país atravesado por una larga contienda.
Sobre la decisión de situar su historia en un país azotado por la guerra y elegir una pareja protagonista proveniente de muy diversos mundos conversó la autora con Télam. A continuación los principales tramos de la entrevista.
– ¿Por qué una historia romántica en medio de la Guerra de Siria? ¿Qué te llevó a transportar al género a ese espacio de muerte y dolor?
– Siempre me gusta darle un contexto histórico fuerte. Ya lo he hecho en otras oportunidades. Un guerra es un momento en el cual las personas viven cada día como si fuera el último. Para un escritor resulta muy interesante poder describir sentimientos y situaciones emocionales en alguien que está al borde de la muerte a cada instante. En ese sentido, la de Siria es una guerra muy larga, muy fuerte y me pareció que me permitía escribir la relación que nace entre dos personas de distinta cultura.
– Para ambientar la historia en el conflicto sirio tuviste que documentarte cuidadosamente no solo sobre la guerra en sí sino sobre las características de la sociedad de Damasco y, específicamente, sobre las familias musulmanas.
– Sí, “Una luz…” tiene mucha investigación histórica, social, de la guerra y de la cultura árabe. Para hacerlo estuve en contacto con refugiados sirios que me contaron cómo fue su experiencia de tramitar su llegada a la Argentina y eso es lo que narro en el libro.
Sucede que Argentina fue uno de los primeros países que abrió sus puertas para los refugiados de la Guerra en Siria mediante una ley que lo habilitaba, mientras otras embajadas cerraban sus sedes diplomáticas y no les permitían a los ciudadanos sirios viajar ni siquiera como turistas. A esos refugiados les agradezco en el libro mencionando sus iniciales porque no pude poner sus nombres ya que tienen miedo. Ellos huyeron de un régimen político muy estricto y eso también quedó allá, junto con su familia. Una pareja me contó muchas de sus vivencias y están todas narradas en el libro. También tuve mucho contacto con gente del Centro Islámico de Argentina porque es una cultura tan diferente que necesitaba documentarme. Luego todos ellos leyeron el libro y están muy contentos porque ha quedado reflejado todo lo que me trataron de transmitir.
– Además de contar un romance, la historia pone de manifiesto el sufrimiento que la guerra produjo en la población siria de todas las edades y, a la vez, la postergación que sufren las mujeres en la sociedad.
– Sí. Cuento una historia de amor entre un periodista y una chica universitaria musulmana que quedan atrapados en un edificio en ruinas sin comida, con poca agua, pero con todo el tiempo del mundo para conversar y conocerse. Intenté contar esa historia de amor y al mismo tiempo el choque de culturas.
Pero además el libro tiene otra historia paralela que es la de la estirpe de mujeres en una familia. Desde Nunu que sufrió postergaciones desde niña por ser mujer y debió aceptar una serie de sometimientos hasta que siendo muy mayor tiene cierto poder. Habrá que ver si ella está dispuesta a usarlo en favor de otras mujeres o ya está envuelta en el sistema y prefiere no hacerlo. Tiene muchos datos que pueden llamar la atención de los lectores sobre el modo de vida en Damasco y que para nosotros son impensables.
– ¿Salma Al Kabani es una protagonista tradicional del género romántico? ¿Cuáles son las características que la acercan y cuáles las que la diferencian?
– Salma Al Kabani es una mujer árabe. No he forzado nada para ningún lado como hago en cada uno de mis libros. Estudié mucho para poder mostrarla verdaderamente como es una chica universitaria musulmana. Más allá de que le permiten estudiar, su vida tiene muchas limitaciones y son criadas de un modo muy diferente al nuestro.
– El protagonista masculino, en cambio, tiene una trayectoria que para los lectores puede resultar muy cercana. Tiene que ver con el exilio económico y la búsqueda de horizontes en el exterior. Él, como muchos argentinos, fue a probar suerte a España…
– Álvaro es un argentino de los muchos que tiene la doble nacionalidad por su padre, porque tiene abuelos la nacionalidad europea. En ese sentido, creo que son muy reales. Una historia como esta que cuento bien podría haber ocurrido.
– ¿Al situar la historia durante un conflicto bélico que sucedió y aún se desarrolla en la actualidad, buscaste ampliar el público del género romántico, apuntar a otros lectores?
– El que transcurra en una guerra nos sirve a todos los que queremos aprender. A veces uno quiere aprender de una guerra, saber sobre algún hecho histórico y en una novela resulta mucho más llevadero adentrarse en el tema. La historia de Salma y Álvaro es también una invitación a entender la guerra en Siria. A comprender por qué quizás en Damasco la vida transcurre normalmente y Duma, una ciudad que está al lado, está destruida. En ese sentido creo que muchos lectores podrían llegar al libro, no tanto por la historia de amor sino atraídos por el tema de la guerra en Siria.
Pero también la historia permite conocer más de la idiosincrasia de estos pueblos árabes, como, por ejemplo, que un hombre puede casarse con varias mujeres sin importar la religión que tengan pero, en cambio, las mujeres se tienen que casar solamente con un hombre musulmán y muchas, o la mayoría de las veces, no pueden elegir con quién porque lo decide la familia.
– La historia tiene algo muy actual en relación con la “sororidad” de las mujeres, esa capacidad de ayudarse y solidarizarse entre ellas.
– Creo que la historia se hace eco del movimiento que se está dando entre las mujeres. Esta necesidad de dar un paso adelante, poder desarrollarse, poder ser más respetadas, más escuchadas. A la mujer de hoy no le interesa mirar solo en su pequeño círculo, sino que va más allá de las fronteras y se preocupa por otras mujeres.
Por primera vez en la historia y debido a la posibilidad que ofrecen las redes sociales, las noticias al instante, nos permitimos mirarnos a nosotras mismas como un género y nos sentimos unidas más allá de que hablemos otro idioma o vivamos en distintos países. Esta idea también llegó a la literatura y está en mi libro.
Télam.