La emotiva historia detrás de la bandera que hoy flamea en la sede de la policía
Una familia marplatense con vocación por la fuerza policial que tuvo que atravesar un hecho que los modificó para siempre.
Las hermanas Larocca, de espalda, observan el momento de la colocación de la bandera que segundos después izarán.
En la madrugada previa a la Nochebuena de 1988 el entonces oficial de la comisaría cuarta, Guillermo Larocca, caminaba con un amigo por el puerto de la ciudad cuando tres jóvenes los intentaron asaltar. En medio de la oscuridad, acechado por los delincuentes, Larocca se identificó como policía pero fue gravemente herido de un disparo en la columna. Su vida cambió por completo y, privado de la posibilidad de volver caminar, murió en 2014.
Pasó mucho tiempo y en la mañana de este lunes, en un emotivo acto, el jefe Departamental, comisario mayor José Luis Segovia, recibió de manos de la familia de Larocca la bandera y la gorra de protocolo que la Policía Bonaerense entrega a los miembros que son heridos en cumplimiento del servicio. Durante 24 horas la bandera estará izada en el mástil de la Jefatura Departamental.
“Es un pequeño gesto pero que reconoce al compromiso de este policía”, dijo brevemente Segovia en el marco del acto llevado a cabo en la sede de Entre Ríos y Gascón.
La historia que acaba con el izamiento de la bandera tiene varios aspectos peculiares que marcan el vínculo de toda una familia con la Policía, pero que comienza en aquella fatídica madrugada del 24 de diciembre de 1988. El entonces oficial Guillermo Larocca, de solo 25 años y que revestía en la comisaría cuarta, caminaba por la zona de 12 de octubre y Juramento con un amigo de 29. Eran cerca de las 5.30 y de manera repentina se les acercaron tres chicos, muy jóvenes. Larocca estaba de franco de servicio pero se identificó como policía y le respondieron a los tiros. Un proyectil le impactó en la columna y otro dio en el antebrazo de su amigo.
Mientras los dos heridos eran llevados al Hospital, los ladrones ya estaban inhallables. Nunca hubo condenados a pesar de que en las horas siguientes, tras una intensa búsqueda ordenada por el entonces Jefe policial Rubén Bruno, fueron detenidos un joven de 18 años y otro menor de 17 apodado “Alpiste”.
Larocca vio afectada su vida de un modo radical. La bala hizo un daño tal en su columna que no pudo volver a caminar. En 2014, a la edad de 51 años falleció.
Las gemelas Claudia y Silvia Larocca, hermanas de Guillermo, también se volcaron a la vocación policial heredada de su padre y atesoraron en los años siguientes la bandera argentina y la gorra entregada por protocolo de heridos en servicio. Silvia, con rango de capitana y que cumple funciones en la Jefatura Departamental, y Claudia, personal contratado para servicios sociales de la policía, propusieron en los últimos días regalar ambos objetos de hondo significado en recuerdo a su hermano Guillermo, algo que fue de inmediato aceptado.
Esta mañana, en un sencillo acto, las hermanas Larocca izaron la bandera en la Jefatura Departamental.
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