CERRAR

La Capital - Logo

× El País El Mundo La Zona Cultura Tecnología Gastronomía Salud Interés General La Ciudad Deportes Arte y Espectáculos Policiales Cartelera Fotos de Familia Clasificados Fúnebres
La Ciudad 25 de febrero de 2016

La “mano derecha” del intendente deja vacante un cargo atractivo para muchos

Ahora se vendrán decisiones obligadas para recomponer el mando de un área tan sensible como es el EMVIAL.

Dentro del gabinete municipal no hubo demasiadas señales de duelo por la intempestiva salida de quien hasta ayer fuera el presidente del Ente Municipal de Vialidad y Alumbrado.
Para la mayoría de los funcionarios, así como para varios de los concejales con cierta trayectoria en la vida pública, Miguel Angel Guzmán era un “ignoto y desconocido” del que sólo se sabía que era ingeniero y que tenía una íntima y larga relación con el intendente Carlos Arroyo.
Hubo quienes observaron con sorna la forma en la que se fueron desencadenando los hechos desde las primeras horas del día, cuando a partir de un artículo publicado por LA CAPITAL, se supo que el funcionario había pretendido ocultar el vuelco de la camioneta en la que viajaba junto a su hija, en la provincia de San Luis.
Para muchos dirigentes que acompañan al oficialismo, la designación de Guzmán al frente del Emvial resultó una sorpresa. Durante la campaña solían escuchar a Arroyo deshacerse en elogios hacia un hombre al que definía como su amigo. “Tengo un ingeniero trabajando conmigo, mi mano derecha, que se llama Guzmán, que es un muchacho joven, un ingeniero con muchísimos conocimientos”, aseguró el jefe comunal antes de ser electo, en una entrevista radial con María Delia Sebastiani en LU6.
Poco a poco, quienes hoy componen la alianza de gobierno fueron conociendo al personaje y entablando vínculos con él. “Tiene un trato amable, parece buena persona, tiene ganas de trabajar”, le contó a este medio una dirigente de la UCR semanas atrás, tratando de hacer justicia con el novel funcionario.
No obstante, para muchos siempre estuvo claro que la principal razón por la que Guzmán llegó a presidir el ente fue ser “la mano derecha” del intendente.
Los que pretendían ocupar ese mismo cargo, que reporta un sueldo superior a los 73 mil pesos por mes y desde el cual este año se manejará un presupuesto de 530 millones de pesos, cedieron ante la lógica decisión del jefe comunal de ubicar allí a alguien de su “máxima confianza”.
Por eso ayer probablemente el más contrariado con la situación haya sido el propio Arroyo.
La confianza con su estrecho colaborador fue construida a lo largo de varios años, durante los cuales Guzmán ejerció tareas como docente en la Escuela Media Nº2, mientras fue dirigida por el ahora jefe comunal.
Durante su paso por ese establecimiento el ingeniero daba clases, conducía actos escolares, y leía discursos para celebrar las fechas patrias y colaboraba con entusiasmo con la actividad política del director.
Tenía también un trato cercano con la actual pareja del intendente, la profesora Susana Rivero -actual subsecretaria de Educación- quien lo presentaba ante su allegados como su “docente predilecto”.
A cierta distancia del despacho del intendente ayer hubo quienes no vivieron como un “sacrificio” la expulsión de Guzmán.
Por el contrario se apresuraron a adjetivar con dureza su conducta, a echar culpas y a posicionarse para ocupar la apetitosa vacante que acaba de dejar la mano derecha del intendente.

También perdió su
cargo en una escuela

La situación de Miguel Angel Guzmán en materia laboral también está complicada en el área educativa. Antes de asumir el cargo de funcionario municipal, el ingeniero se desempeñaba como secretario transitorio en la Escuela Secundaria 66, puesto que también perdió debido a la incompatibilidad con la labor como funcionario municipal. Así se lo notificaron esta semana las autoridades educativas, tras aguardar sin resultados la presentación de su renuncia debido a la superposición de funciones. En este sentido vale decir que por el artículo 75 inciso 13.3.2 del Estatuto del Docente (Ley 10579), no se puede conservar un cargo jerárquico en una escuela al ser funcionario político, si hubiese sido cargo electivo, lo podía mantener. La legislación también establece que hay un período de 30 días para que se concrete la renuncia y, como en este caso no sucedió, directamente se dio de baja el cargo del secretario.
Guzmán juró en el cargo al frente del Emvial el 10 de diciembre, y la designación oficial es del 14 de enero, una vez que el Concejo Deliberante lo avaló en el cargo. De esto se desprende que el 14 de febrero tendría que haber renunciado al cargo de secretario en el escuela, pero no lo hizo. Esto motivó que las mismas autoridades debieran cesarlo.



Lo más visto hoy