Ecuador ’93: la última Copa
Argentina buscará quebrar una racha de 28 años sin títulos.
Los 28 años que pasaron desde la última vez que Argentina levantó un trofeo con su selección mayor tuvieron una sucesión de frustrantes finales perdidas, inclusive una mundialista en 2014, por lo que aquella Copa América de Ecuador 1993 acrecienta ese cada vez más lejano último festejo, hasta transformarlo en un hito histórico para el fútbol nacional.
Claro que nada de eso se había tomado así aquel 4 de julio de 1993 en el estadio Monumental, de Guayaquil, donde Argentina, dirigida por Alfio Basile, venció por 2 a 1 a México en la final, con los dos tantos convertidos por Gabriel Batistuta, el máximo goleador argentino de ese torneo que hasta ese cotejo solamente había anotado una vez.
Es que Argentina venía de consagrarse campeón también en la edición de dos años antes en Chile 1991, después de finalizar como subcampeón del mundo en 1990 (defendía el título de México 1986), por lo que codearse con finales era habitual, y ganarlas a nivel sudamericano era frecuente, ya que de hecho era por entonces el que más títulos ostentaba.
Nadie en el fútbol argentino imaginaba por entonces que como buen país tanguero las conquistas de su seleccionado iban a transitar distintas letras de su inmaculado repertorio hasta la actualidad, haciendo honor a su espíritu nostálgico.
“Los años de la infancia, pasaron, pasaron”, dice en el comienzo de su tercera estrofa el vals Pedacito de Cielo, de Homero Expósito, y hoy en día esa espera de una nueva alegría ya hace rato que también cumplió la mayoría de edad, se está acercando a las tres décadas y seguramente el autor de esa letra nunca imaginó que tendría una reválida futbolera.
No hubo más historias con finales felices para los argentinos después de aquel logro, que pese a no tener el brillo futbolístico del alcanzado dos años antes, hasta el punto que el arquero Sergio Goycochea fue considerado el mejor jugador del certamen, con la vuelta de Diego Maradona, sumada a las de Claudio Caniggia y Abel Balbo, tendría 12 meses después un verdadero “equipazo” en el Mundial de los Estados Unidos.
Sergio Goycochea, Luis Islas y Norberto Scoponi fueron los arqueros; Ricardo Altamirano, Fabián Basualdo, Jorge Borelli, Fernando Cáceres, Néstor Craviotto, Oscar Ruggeri y Sergio Vázquez los defensores; José Basualdo, Darío Franco, Alejandro Mancuso, Fernando Redondo, Leonardo Rodriguez, Diego Simeone, Néstor Gorosito y Gustavo Zapata los mediocampístas.
Y como delanteros estuvieron Alberto Acosta, Gabriel Batistuta, Claudio García, Ramón Medina Bello y Julio Zamora.
Sergio Goycochea; Fabián Basualdo, Jorge Borelli, Oscar Ruggeri y Ricardo Altamirano; Diego Simeone, Gustavo Zapata, Redondo y Néstor Gorosito (Fernando Cáceres); Alberto Acosta y Gabriel Batistuta (Leonardo Rodríguez), fueron los protagonistas de aquella final controlada por el árbitro brasileño Marcio Rezende ante 40.000 espectadores, frente a un México que convirtió de penal el empate parcial a través de Benjamín Galindo.
Esa fue la primera vez en la historia que la Copa América tenía dos selecciones invitadas de otras federaciones, y las elegidas de la Concacaf fueron justamente la de México junto a la de los Estados Unidos.
El certamen se desarrolló con una fase de grupos de tres zonas de cuatro equipos cada uno, pasando a los cuartos de final los dos primeros de cada una de ellas más los dos mejores terceros.
Argentina integró el Grupo C y por diferencia de gol finalizó segundo detrás de Colombia, mientras que en la misma zona México (el enfrentamiento entre ambos concluyó 1 a 1) entró como uno de los mejores terceros. El cuarto y eliminado resultó Bolivia.
Y después Argentina transitó el camino hacia la final literalmente de “las manos” de Goycochea, ya que en cuartos empató 1 a 1 con Brasil (gol de Leonardo Rodríguez) y se terminó imponiendo 6 a 5 en definición por tiros penales, en la que el entonces guardavallas de River Plate le contuvo el último remate a Boiadeiro, y por el mismo tanteador en semifinales a Colombia, en ese caso tras igualar sin goles.
La ecuación se repitió calcada ya que “Goyco” le contuvo el último disparo a Víctor Hugo Aristizábal, para abrirle a la Argentina el paso a una final que lo vería victorioso por última vez.
Juan Andrés Caruso compuso en 1927 el tango “La última copa”, con música de Francisco Canaro, que interpretó durante años con su voz inigualable Carlos Gardel. Quizá Argentina pueda escribir ahora otra versión con “su Gardel”, Lionel Messi, para volver a cantar victoria otra vez como hace 28 años.