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Arte y Espectáculos 24 de mayo de 2021

Dylan y Los Beatles: esos dos edificios dorados de la cultura popular

El interés despertado entre ellos generó una influencia mutua que elevó varios escalones a la música pop.

George Harrison y Dylan fueron amigos y llegaron a compartir una banda.

El 28 de agosto de 1964 Bob Dylan y Los Beatles se vieron por primera vez las caras en un encuentro que en el corto plazo iba a provocar que el cantautor estadounidense virara su estilo hacia un sonido rockero eléctrico, y que el cuarteto de Liverpool revisara su manera de escribir letras y dejara de lado las historias superfluas de amores adolescentes para centrarse en cuestiones más profundas relacionadas con el espíritu y las cuestiones sociales.

A pesar de las numerosas anécdotas en torno a lo ocurrido esa noche en el Hotel Delmónico de Nueva York, adonde se dirigió Dylan para conocer al grupo que realizaba una gira por su país, lo contundente es que el interés despertado entre ellos generó una influencia mutua que elevó varios escalones a la música pop, que por entonces ya había sido enriquecida por los aportes individuales de ambos artistas.

Si hasta el momento el músico de Minesota había sido considerada la nueva sensación de la música folk y “la voz de una generación” por su profundo mensaje, el impacto de la música beat a nivel mundial que estaban generando Los Beatles lo llevaron a experimentar con una banda eléctrica, con la que escribió algunas de sus páginas más gloriosas, aunque también le valieron duras críticas de los sectores musicales más conservadores.

Por su parte, Los Beatles, pero en especial John Lennon, sintió una irresistible atracción por el arte de Dylan, al punto que comenzó a componer letras con miradas introspectivas y reflexiones filosóficas, como el caso de “You’ve Got To Hide Your Love Away” o “Girl“, entre otras.

Desde aquella noche en la que se afirma que el cantautor estadounidense inició a Los Beatles en el hábito de consumir marihuana –hasta entonces los de Liverpool solo contaban con un largo historial de alcohol y anfetaminas-, las relaciones entre ambas partes tomaron diferentes rumbos según los protagonistas.

Por ejemplo, Dylan y Lennon se manifestaron a lo largo de sus vidas un respeto mutuo, cada uno mantuvo la atención en lo que hacía el otro y cada uno de sus encuentros fue atravesado por el recelo y la tensión. “No hace falta oír lo que dice Dylan, lo importante es cómo lo dice. Lo veo como un poeta o un competidor. No estoy antes o después que él pero sé apreciar a un artista y si él usa medias verdes, probablemente me ponga medias verdes una temporada”, dijo Lennon en 1971 a la revista Rolling Stone.

Con George Harrison trabó una profunda amistad, tal vez alimentada por el ácido sentido del humor compartido, al punto que Dylan accedió a actuar en el concierto benéfico para Bangladesh de 1971 organizado por el exbeatle, a pesar de que no realizaba shows en vivo desde hacía mucho tiempo; grabó canciones de su autoría y compartieron proyecto en los `80 en The Travelling Wilburys, junto a Roy Orbison, Tom Petty y Jeff Lynne.

También es amistosa la relación con Ringo, en tanto que un poco más distante con Paul McCartney, con quien apenas hubo una vaga manifestación pública de deseos de hacer un disco conjunto hace algunos pocos años atrás, que no prosperó.

“El mensaje de Dylan y de Los Beatles se complementaban perfectamente, pero Los Beatles representaban a Londres y estaban más sujetos a la moda. Dylan era otra cosa”, advirtió a Télam el periodista y poeta Pipo Lernoud.

“Dylan no era Carnaby Street, era más de la calle, de la gente, no seguía modas. Su mensaje era vivir libremente, vestirse como uno quisiera, pensar lo que uno quisiera. También tuvo su momento de vestirse a la moda, pero lo hizo a su manera, sin copiar a nadie”, acotó.

En tanto, el periodista Claudio Kleiman consideró que el catálogo musical de Dylan y de Los Beatles “no tienen rivales dentro de la música popular”, aunque vislumbró mayor mérito en el estadounidense “por tratarse de una sola persona, contra la suma de cuatro talentos”.

“Cuando alguien pregunta si una canción puede cambiar el mundo, yo creo que los ejemplos más cercanos que podés poner para apoyar esa respuesta afirmativa son Dylan y Los Beatles. Son tipos que cambiaron al mundo, cambiaron la mente de generaciones enteras. Si eso no es cambiar el mundo, entonces no sé”, concluyó.



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