El comerciante que el viernes a la noche mató a un delincuente que lo había asaltado en su local del barrio Los Pinares declarará el martes ante el fiscal Fernando Castro en Tribunales.

El hombre salió del Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA) luego de recibir atención médica por la herida que le había causado el balazo recibido en la espalda durante el enfrentamiento con el ladrón, pero después debieron internarlo nuevamente en una clínica privada. Es que aún tiene alojado en el omóplato el proyectil calibre 9 milímetros.

Tras un día en dicho establecimiento sanitario, le dieron el alta nuevamente y la fiscalía interviniente en el caso lo notificó del hecho. En ese marco, fuentes de la investigación le confirmaron a LA CAPITAL que mañana se hará el llamado formal a declarar y la diligencia se produciría el martes.

Hasta el momento el comerciante se encuentra imputado del delito de “homicidio agravado por el uso de arma” pero en libertad, debido a que el fiscal Castro entendió que se trata de un episodio con características singulares en cuanto a sus atenuantes.

Todo indica que su accionar estaría amparado en la legítima defensa, aunque deberá esperarse el informe balístico, la propia declaración del comerciante -si decide hacerlo- y otras conclusiones periciales para corroborarlo.

De todos modos, el hecho de que haya recibido un solo disparo también abona la versión oficial de los hechos que sostiene que el comerciante no se ensañó ni actuó con alevosía sino en su propia defensa.

El caso

La muerte de Claudio Dusinsky (19) se produjo el viernes a la noche en el minimercado de Falkner y Ortega y Gasset, al que había ingresado a robar solo. Se sospecha que el delincuente, que tenía antecedentes penales y que días antes del asalto había estado detenido por otros hechos, llegó al lugar a bordo de un automóvil Volkswagen Bora.

Ya en el interior habría extraído una pistola 9 milímetros y robado la recaudación. En la caja en ese momento había 600 pesos, cantidad que, aunque guardó en uno de sus bolsillos, no lo conformó. Por eso se acercó más aún a la mujer que atendía el local y la encañonó.

Si bien toda la secuencia es sólo hipotética se cree que fue entonces cuando se desató el tiroteo. El esposo de la mujer, un comerciante de 57 años, tomó un arma, otra pistola calibre 9 milímetros, y comenzaron los disparos. En ese intercambio ambos resultaron heridos: el comerciante en la espalda y Dusinsky en el rostro, en ese obvio orden.

La policía secuestró en el lugar ambas pistolas 9 milímetros, una de marca Beretta y otra Browning. Recién el miércoles se conocerán los peritajes que permitirán relacionar las seis vainas halladas en el lugar con las armas. De esa manera se podrá saber cuántos disparos efectuó cada uno aunque las primeras observaciones indican que el delincuente habría accionado más veces el gatillo de su pistola.

Con el paso de las horas, los investigadores realizaron averiguaciones y supieron que, días antes del hecho, Dusinsky había estado detenido en el marco de una causa por “encubrimiento” y “portación de arma de guerra”.