Controversia por un proyecto para impulsar la gastronomía en Alem
Lo promueve la radical Cristina Coria. "Ya están dadas las condiciones para desarrollar una actividad en expansión", señaló. Vecinos de la zona creen que significará el regreso de los bares hasta altas horas de la noche.
El debate sobre los bares de Alem, erradicados durante la gestión de Gustavo Pulti, se reinstaló en las últimas horas a partir de un proyecto de la concejala radical Cristina Coria para impulsar la gastronomía en la zona.
El objetivo de la iniciativa es modificar la ordenanza 20397 de 2011, que regula las actividades nocturnas, y la 21040 de 2012, que estableció rubros excluidos.
Coria recordó que eso se produjo “en un escenario de conflicto entre vecinos y algunos comerciantes y prestadores de servicios, que desarrollaban actividades que desvirtuaban el rubro gastronómico por el que habían sido originalmente habilitados, generando importantes molestias e imposibilitando la natural convivencia que debe darse entre los diversos usos”.
Pero consideró que en la actualidad “los usos y las modalidades tanto gastronómicas como de esparcimiento se han modificado”, al tiempo que destacó que se han generado en distintos puntos de la ciudad “importantes polos gastronómicos” que constituyen “una oferta distintiva tanto para residentes como para turistas”.
Esos corredores –puntualizó Coria entre los argumentos de su proyecto de ordenanza– están localizados en “nuevas arterias comerciales, como Olavarría o la Diagonal Pueyrredon, en otras ya consolidadas, como Güemes o Córdoba, e inclusive en algunas que una o dos décadas atrás sufrieron conflictividad, como Hipólito Yrigoyen”.
La concejala hizo notar que, como consecuencia de la normativa vigente, en la zona de Alem no pueden desarrollarse ese tipo de actividades gastronómicas, y se lamentó porque hay “una capacidad de locales que ya han funcionado bajo dicho rubro o son perfectamente adaptables”.
“Entendemos que ya están dadas las condiciones para permitir el desarrollo de una actividad hoy en expansión que en los últimos tiempos ha enriquecido su oferta gourmet con propuestas que realzan las zonas donde se implantan, sirviendo de ancla para otras actividades comerciales o de servicios”, afirmó Coria.
Según indicó, la modificación de las normas vigentes permitiría “dar nuevas oportunidades a una actividad generadora de genuinos puestos de trabajo”. La flexibilización de las restricciones posibilitaría la instalación de nuevas cafeterías, parrillas, restaurantes, pizzerías o ventas de minutas, que deberían cumplir el requisito de desarrollar actividades en horario diurno y como máximo hasta las 2.
Coria recordó que una propuesta similar impulsada en 2018 recogió “opiniones y dictámenes favorables por parte del Secretaría de Obras y Planeamiento y de Inspección General, las que inclusive planteaban condiciones menos restrictivas para el desarrollo de las actividades planteadas”.
Destacó además que “Alem, el gran paseo a cielo abierto de Playa Grande, mutó su fisonomía con la instalación de nuevos rubros de servicios, indumentaria, decoración, venta de alimentos y también edificios de oficinas y modernos establecimientos bancarios en los últimos tiempos”, lo que “ha traído aparejado un cambio de público, de sus demandas y, por ende, de la oferta gastronómica y sus horarios de funcionamiento”.
“Fruto de ese cambio de perfil –agregó– el denominado ‘Régimen de promoción de actividades diurnas en la Zona Alem’, desarrollado en los artículos 7 a 9 de la Ordenanza 20.397, de escaso impacto al momento de su implementación, cayó en abstracto en la actualidad y entendemos que debería ser eliminado de la normativa”.
Para Coria, ampliar las posibilidades de radicación de estos establecimientos “puede ser una buena señal del municipio” en un momento “difícil” para la economía en su conjunto y para el sector gastronómico en particular.
Rechazo vecinal
Carlos Carricart, referente de los vecinos de la zona, rechazó el proyecto y rememoró que en el pasado los lugares que distorsionaban sus actividades “eran gastronómicos”. “Ya sabemos lo que eso generó”, dijo en diálogo con LU6 Radio Atlántica en referencia a los bares que funcionaban como boliches y generaban trastornos en el barrio.
“Todos los locales que eran problemáticos no eran otra cosa que lugares gastronómicos: así decía su habilitación, eran restaurantes y cafés”, recordó, y admitió su “temor” a que otra vez suceda lo mismo.
“Actualmente la calle Alem tiene una oferta gastronómica muy variada, que funciona: hay cafeterías, heladerías, cuatro supermercados y un montón de servicio nuevos para el barrio que hubiera sido imposible en esa época que se desarrollaran”, indicó Carricart, y destacó que también hay “parrillas y cervecerías”.
Aseguró además que la zona se “saneó y mejoró” con el traslado de los bares. “Se han instalado oficina y hecho edificios –comentó– No es que haga falta oferta gastronómica”.
También puso en duda que, si prospera el proyecto, se mantenga el tope horario de las 2 de la mañana, pese a que la letra lo contempla. “Una vez instalados los locales, pueden exigir que se modifique la ordenanza y pasar de las 2 a las 4, a las 5 o a lo que quieran”, advirtió.
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