Pasó por diversas sedes: empezó en Rivadavia y Jujuy, luego se trasladó a un salón en la calle Rawson hasta que finalmente llegó al domicilio propio y actual: la casa chorizo sobre Jujuy al 2755. A pesar de los altibajos y de la crisis, desde 1996 a la actualidad el Galpón de las Artes nunca dejó de funcionar. Por eso sus gestores celebran sus veinticinco años de actividad ininterrumpida.

Claudia Balinotti, Mariano Tiribelli, Mónica Juárez, Violeta Bairo y otras de las personas involucradas en el Galpón reconocen cuál es el destino de este sitio tan sensible para el arte: “Fundamos la sala, nos trasladamos, refundamos y volvemos a refundar”. Y en cada mudanza, asegura Claudia, se mueven objetos, emociones y hasta historias.

Ahora, en tiempos de pandemia, la sala mantiene sus puertas cerradas pero la actividad está orientada hacia adentro. Ya empezaron los trabajos para remodelar el escenario para que quede ampliado al doble de su capacidad.

Las tareas también incluyen el techo y un rediseño del café, de los camarines, del patio y de otros espacios del teatro, con el fin de que queden aptos para ser usados bajos las actuales condiciones sanitarias: ventilación, distanciamiento social y protocolos.

“Tenemos planificado poder abrir a fines de julio, no sabemos qué pasará con las fases, dependerá de todo el contexto. Pero para esa fecha empezaremos a recibir propuestas, igual ya estamos organizados: hay una grilla de programación esperando para concretarse”, dijo Balinotti a LA CAPITAL.

La pandemia puso en pausa los proyectos escénicos de varios grupos de teatro, danza y clown que ensayaban en el Galpón. Si bien los proyectos avanzaron por otros carriles, la reapertura implicará un regreso presencial a la sala.
Para Claudia, las remodelaciones “son una gran locura que nos salva de la otra locura” y pueden realizarse merced al apoyo del Instituto Nacional del Teatro, que abrió varias convocatorias.

La actriz, dramaturga y directora también recordó que este es el “segundo cumpleaños del teatro en pandemia”. “El trabajo artístico transcurre virtual: se pueden ver o escuchar en nuestra web diferentes materiales, entrevistas, charlas, fragmentos de todos los artistas que se presentaron en la sala. Son intensas horas de filmación, y edición, inversión de tiempo y en equipamientos que nos permiten lograr la mejor calidad en estos contenidos”, comentó.

Además, la sala se encargó, desde sus inicios, de trabar contacto con otras salas del país y de América. El trabajo es en red: con otros teatristas y hasta con el barrio, siempre bajo la impronta de lo colectivo.