Por Juan Miguel Alvarez y Sebastián Arana

Eric Dierckx dejó su nombre grabado en la historia de Independiente de Mar del Plata. Con el gol de este sábado, llegó a noventa oficiales con la camiseta del “rojo”, más que cualquier otro jugador en los cien años del club.

Dierckx superó la línea de Alfredo Vrba (89), un delantero notable que llegó a esa cifra en doce torneos entre 1966 y 1979 (no jugó en 1970 y 1978). Un escalón por debajo, con amplia diferencia en cuanto a cantidad de goles, hay otros notables jugadores que pasaron por la institución: Isidoro Bottá, José Palestini, Roberto Saba (que podía jugar tanto de “centrojás” como de atacante central), Raúl Gutiérrez, Rufino Uranga y Saturnino Martínez.

Dierckx, de 34 años, debutó en Independiente en 2003, a los 16. Jugó el último partido del torneo, el 5 de julio, ante Quilmes (0-2) en cancha cancha de Kimberley: ingresó por Imanol Iriberri, otro gran valor del semillero rojo que hacía sus primeras armas en la máxima categoría.

Independiente no estuvo entre los 16 clasificados para el Clausura (NdR: formato de torneo para el olvido), por lo que no vio acción en el segundo semestre del año. Así, el joven volvió a jugar recién en la segunda fecha del 2004.

Claudio Lanzoni lo puso de titular ante Colegiales/Chapadmalal (4-0) y el delantero tardó 12 minutos en abrir el marcador en cancha de Independiente. “No tengo mucha memoria, pero creo que fue de cabeza“, apuntó el “Tanque” sobre su bautismo en la red. Probablemente haya sido así, porque por esa vía sumó unos cuantos.

Le marcó a Quilmes en la fecha 6 y después sumó otros tres tantos en la Copa Ciudad de Mar del Plata, torneo residual disputado por cuatro equipos que habían quedado al margen de la pelea por el título.

El 2005 fue un torneo de aprendizaje. Alternó partidos desde el inicio, algunos ingresando desde el banco y en otros ni siquiera fue convocado. Hasta que en el tramo final se le abrió el arco. Sumó dos goles, la cifra más baja en un torneo sin tener en cuenta el día/año del debut.

Duelo de titanes con Emiliano González.

Claudio Rodríguez, técnico actual y su “profe” en predécimas, le otorgó la titularidad en 2006. Desde entonces empezó a mostrar las cualidades que lo llevaron a ser uno de los jugadores más destacados de la Liga Marplatense. Durante tres años anotó con cierta regularidad: siete veces en 2006, otras siete en 2007 (Independiente perdió la final del Clausura ante San José) y ocho en 2008.

En 2009, ya con 22 años y cierta experiencia, explotó. El equipo dirigido por Daniel Di Fonso tuvo un buen Apertura y quedó cuarto en la Zona B, por lo que no accedió a las semifinales (cada grupo otorgada dos plazas a play-offs). Y Dierckx anotó la mitad de los goles de su equipo: 14 en 15 partidos. En el Clausura, Independiente fue irregular y se despidió en octavos, pero el delantero sumó otros cinco tantos. Así, cerró la temporada como el máximo artillero del campeonato, con 19 goles en 23 encuentros.

“Si bien el 2009 fue impresionante, me quedo con lo hecho al año siguiente, porque jugué partidos más importantes. Mi mejor rendimiento fue durante esa época“, aseguró el propio Dierckx.

En 2010 la alegría fue completa. Independiente llegó con chances de clasificar a la última fecha del Apertura, pero nuevamente terminó cuarto del grupo y afuera de las semifinales, con ocho tantos del goleador. Sin embargo, el equipo de Di Fonso estaba en alza y tuvo su revancha en el segundo torneo del año. Se consagró campeón del Clausura, en gran parte, por el peso específico de sus atacantes: Federico Pocatino y, sobre todo, Dierckx, quien aportó nueve dianas en once encuentros. “El equipo era sólido. Con un juego simple, no vistoso, pero efectivo“, lo describió “el Tanque”.

Dierckx marcó de zurda el primer gol de la final, que terminó 2-1 ante River en la cancha de San Lorenzo. “Ese fue el partido que más viví y sufrí”, expresó. Después, Independiente definió con Talleres el campeón anual en una definición muy cerrada: fue 0-1 la ida y 1-0 la vuelta. Allí, Dierckx colaboró con su efectividad en la serie de penales (3-1): se hizo cargo del segundo de la tanda y colocó la pelota en el ángulo izquierdo del arco defendido por Gustavo Gatti.

Penal de Dierckx en la definición ante Talleres, en 2010.

Sus actuaciones le permitieron irse a Alvarado para iniciar su experiencia en torneos nacionales. Más allá de las lesiones que lo perjudicaron, allí anotó 17 goles (14 en el Argentino B y 3 en el Argentino A), algunos de ellos muy importantes, ante Once Tigres y El Linqueño, en el torneo del ascenso: Argentino B 2011-12. También jugó en Racing de Trelew y, en 2014, volvió unos meses a Independiente, para el que convirtió tres goles en tres fechas antes de ir en búsqueda de nuevos horizontes.

Tras sus campañas en Sarmiento de Ayacucho, América de Pirán y Sportivo San Cayetano, retornó a la ciudad, obviamente para vestir del “rojo”. “Siempre dije que a Independiente no lo iba a enfrentar nunca. Me di el gusto de haber jugado siempre acá y quiero seguir hasta mi retiro”, confió.

Dierckx marcó 19 goles en 23 partidos en 2009. Fue su mejor registro en una temporada en Independiente.

Su última etapa en el club de la calle San Juan la inició en 2017, ya como un referente. Ese año sumó una decena de goles en el equipo que quedó eliminado en cuartos de final por penales frente a San Isidro. En 2018, acompañado por muchos jóvenes, marcó cinco goles en un Independiente que no fue protagonista principal. Pero “resurgió” en 2019, cuando anotó seguido en la parte más importante del campeonato. “Ese año jugué muy bien, más allá que desde lo estadístico no es comparable con 2009/2010. El equipo estaba para más”, aseguró Dierckx, en referencia a la eliminación con Cadetes en el play-offs previo a cuartos de final: fue 2-2 (con dos goles suyos) y eliminación por penales. Él sumó siete goles más y llegó a 89, cifra con la que alcanzó a Vrba.

Dierckx celebra el título de 2010. Independiente campeón tras 49 años.

Después de un largo tiempo inactivo por el Covid-19 (no se disputó la LMF en 2020), con 34 años y la cinta de capitán en el brazo, Dierckx marcó este sábado ante River y de penal su primer gol del 2021. Fue el noventa con la camiseta del “rojo”, para pasar a ser el máximo anotador histórico. Premio a su esfuerzo, persistencia y, sobre todo, su notable capacidad por mandar la pelota al fondo de la red.

“Estoy desde los 5 años acá,  tengo mi vida en Independiente y quiero continuar un tiempo más. Mientras vea que estoy en condiciones, lo voy a hacer. Ahora incluso tengo a mi hijo (Bautista) en inferiores y soy kinesiólogo de las distintas categorías del club. El entorno va generando este sentido de pertenencia. Ahora trato de hablar con los más chicos para enseñar lo poco o mucho que viví”, concluyó la charla. Sin dudas, es el gran maestro del gol que tiene Independiente.

Goleadores de otros tiempos

Independiente no tuvo una gran cantidad de goleadores que se repitieran por varias temporadas. Por eso, a diferencia de otros clubes, no tiene un referente con más de 100 goles en la LMF. Dierckx se propondrá ser el primero.

Vrba, con 89, fue por muchos años el máximo anotador. El delantero que actualmente reside en Palma de Mallorca hizo 85 en Primera y otros cuatro en la B. Los hizo en una época dorada del fútbol marplatense, cuando los equipos se reforzaban con jugadores de otras ciudades para intentar acceder a los viejos Nacionales. Y el que jugaba muy bien acá podía soñar con saltar directamente al fútbol grande.

Vrba marcó 89 goles en Independiente.

Contemporáneo de Alfredo Vrba, entre 1973 y 1984, Guillermo Sánchez gritó la nada desdeñable cantidad de 47 goles con la casaca “roja”. Lo apodaban “Pinino” y era un gran rematador. Lo prueba este número: de sus 47 conquistas en Independiente, 30 fueron de penal. Un caso curioso.

Isidoro Bottá fue otro gran goleador que se destacó a principios de la década del ’30, cuando la cantidad de partidos disputados por año era menor a la actual. El artillero de la etapa más feliz de Independiente en el fútbol marplatense, la del bicampeonato conseguido en 1931 y 1932.

Junto al peñarolense Segundo Llera fue el goleador del torneo de 1933, con nueve conquistas. Aunque su mejor temporada en Independiente fue la siguiente, en 1934, cuando convirtió en 16 ocasiones en 15 cotejos para terminar segundo en la tabla de goleadores, sólo superado por el quilmeño César “Cañoncito” Di Yorio con el increíble registro de 23 goles en 16 encuentros.

Ese 1934 tuvo un final accidentado para los “rojos”, que terminaron desafiliados y se fueron a jugar dos años a la Liga de Balcarce. Ese gran equipo de principios de los años ’30 se dispersó y Bottá fue a aportar su calidad a Unión. Cuando regresó a Independiente, en 1938, su frecuencia goleadora ya no era la de antes y sumó pocos goles más a los 52 que había marcado entre 1931 y 1934.

Roberto Saba, antes de comenzar su periplo por las más grandes canchas de Sudamérica, mostró sus virtudes goleadoras para Independiente, haciéndolo como centrehalf o más asiduamente como centreforward, las denominaciones de otrora para el “5” y el “9”.

El “Turco” nunca lideró una tabla de goleadores, pero aportaba regularmente. Su mejor temporada fue la de 1948 cuando, con 13 goles, quedó a uno del huracanense Roberto San Martín, máximo realizador de aquel torneo. En 1949 Saba empezó su gran viaje: pasó a Independiente de Avellaneda, más tarde se dio el gusto de ser campeón con Peñarol de Montevideo en 1955, regresó a San Lorenzo de Almagro y paseó su calidad por las canchas colombianas en Cali antes de terminar su carrera en 1961 otra vez en Indepediente, como jugador y técnico.

Rufino Uranga marcó 22 tantos en 18 partidos en el título de 1953, en la B. Ese año también sumó muchos goles José Palestini (17), futbolista que sumó muchos también por su permanencia en el club.

Raúl Gutiérrez brilló en el recordado título de Independiente de 1961 tras una definición apasionante con General Urquiza. El experimentado delantero que había vestido las camisetas de Gimnasia y Esgrima La Plata (fue tapa de El Gráfico) y San Lorenzo de Almagro, marcó 17 tantos en ese torneo.

Raúl Gutiérrez, gran delantero que pasó por el fútbol marplatense.

Roberto Saturnino Martínez y José María Minella, en tanto, fueron los goleadores de los primeros años de Independiente, en la década del ’20. El primero hizo más cantidad por su trayectoria extensa en el club: de 1922 a 1931, período en el que sumó dos títulos oficiales de liga. Y fue junto a Roberto Golfieri, de Peñarol, el máximo anotador del torneo de 1929.

“Pepe” marcó su primer gol en el club con apenas 14 años, en la Copa Competencia 1923 (que se jugó en 1924). Y también fue el goleador de la LMF en 1928, con 18 años.

Tras eso, partió para realizar una brillante carrera en Gimnasia y Esgrima, River Plate y la Selección Argentina (también jugó en las ligas de Uruguay y Chile). De hecho, el estadio Mundialista de Mar del Plata lleva su nombre.

El nombre de Dierckx, desde ahora y sin afán de parangón, se citará también cuando se recuerde a los más destacados de la riquísima historia futbolística de Independiente.