Por Gustavo Crego
Escribano

¿Quién hubiera pensado en otra época que empresarios y sindicalistas finalmente se pondrían de acuerdo? Sin dudas, es acertado y se basa en una lectura clara de la realidad de la ciudad, la solicitud del Secretario General de la Uocra (gremio de la construcción), César Trujillo, publicada por este medio en la semana. Y esto también ha sido consecuente con mensajes, cartas y solicitudes de Colegios de Arquitectos y Cámaras de la construcción.

Los intereses de los empresarios y de los sindicalistas en busca del bienestar y superación del obrero coinciden, y hoy se ve a ambos sectores tirando del mismo carro en una clara muestra del punto de la crisis a la que hemos llegado.

Por eso, también es un llamado o advertencia para la dirigencia política. No existe burocracia, no existen intereses partidarios, no existen egos personales ni puede existir ninguna razón que prive a la gente de solucionarle problemas. Y más en estos inéditos tiempos.

Se está pidiendo el tratamiento por el Concejo Deliberante del plan para reactivar la industria de la construcción. La dilación para tratar estos temas implica, o bien que hay un desinterés o desconocimiento de las necesidades de la gente de la ciudad; o bien que se busca algún rédito que éticamente se opone a los fundamentos de una función pública electiva. El divorcio del funcionario político con los intereses de sus representados.

Sin perjuicio que el proyecto, pueda ser o no bueno, deba ser o no aprobado, modificado, o limitado, no existe razón para no tratarlo. No podemos y no debemos desconocer la situación de la ciudad, su porcentaje de desempleo, de despidos y de cierres de comercios.

Desmenucemos el tema. Si es por desconocimiento es una barbaridad que un funcionario no tenga la lectura de la realidad social, política y económica de la ciudad. No se puede llegar sin saber. Necesitamos que se llegue sabiendo no solo lo que pasa sino lo que hay que hacer. Lo que antes se denominaba plataforma y acción de gobierno.

Si la acción o falta de acción es por intereses partidarios, políticos o de otro tipo, lisa y llanamente no lo debemos permitir. Deben legislar con premura, con dedicación y con la humildad de servir a la gente; más en estos tiempos que además de una crisis económica debemos transitar con menor impacto los efectos que va dejando esta crisis de la pandemia.

Es tiempo de unir voluntades, de plantear con sinceridad que si algo es bueno no importa qué partido, qué bloque, qué concejal, lo haya planteado. Ayudemos a la gente, ayudemos a la ciudad y sin intereses espurios, sin dudas creceremos.

Es nuestro compromiso elevar la voz y con respeto exigir lo que como ciudadanos nos corresponde, más aún en estos tiempos. Necesitamos estar más comprometidos como ciudadanía. Ni de un lado, ni del otro, sino como empresarios, sindicalistas y obreros que hoy tiran del mismo lado para activar economías.