Mariela Kogan: “Me conmueve la figura de la madre” de Piazzolla
La narradora marplatense rescata a la madre del famoso bandoneonista y habla de los sucesos entre fortuitos y deliberados que tuvo la vida de Piazzolla.
Escena de "Una música nueva", espectáculo de narración oral de Mariela Kogan.
La narradora marplatense Mariela Kogan da vida sobre el escenario al unipersonal “Una música nueva“. El espectáculo indaga en la primera mitad de la vida de Astor Piazzolla, músico nacido en Mar del Plata, fallecido en 1992 y de quien se cumplieron cien años de su natalicio el último 11 de marzo.
Kogan aseguró a LA CAPITAL que fueron varios “los sucesos” de la vida de Astor que la sorprendieron durante toda la investigación previa que realizó, para poder llevar a escena este unipersonal de narración oral que volverá a verse el domingo 21 en la sala Cuatro Elementos (Alberti 2746).
Esos sucesos, dijo, la hicieron “pensar sobre el devenir”. Y relató: “Cómo una persona llega a ser quién es, o hacer lo que hace” en base a algunas intervenciones que el músico tuvo en su vida.
Entre los detalles algo extraños, recordó: “Su padre le regaló un bandoneón cuando él esperaba unos patines; su maestra en París lo alentó a volver al tango cuando él quería dedicarse a la música sinfónica; es el primer bandoneonista en tocar de pie y apoya el bandoneón sobre la pierna que en sus tres primeros años de vida le operaron siete veces”.
Kogan concluyó que “todo eso me hace pensar en cuánto hay de fortuito y cuánto de deliberado en el destino”.
– ¿Hubo algún aspecto de su vida que te conmovió por ser mujer?
– Yo no investigué ni tomé para mi obra (que se centra en la primera mitad de su vida) aspectos del vínculo de Piazzolla con las mujeres. Pero lo que te puedo decir es que me conmueve como mujer la figura de su madre (Asunta Manetti). Una mujer que, como tantas, acompañó las decisiones de su marido. Cuando leía sobre la infancia y adolescencia de Astor, siempre encontraba el protagonismo de su padre, Vicente, un hombre muy histriónico y con una gran templanza que fue muy importante en la vida de Piazzolla. Pero yo quería saber más sobre la madre, y poder “verla”. En la narración oral se trabaja mucho con las imágenes, yo necesito poder ver lo que cuento. Y a ella, Asunta, no lograba verla. Miraba fotos, pero la encontraba siempre diferente, rara. Y qué llamativo ¿no? No podía verla, porque como tantas mujeres de la época parecía más la sombra del marido que su propia figura. Sin embargo, ella tenía una fortaleza enorme, y fue sin duda un gran sostén de Astor a lo largo de toda su vida.
– ¿Por qué te parece que Piazzolla es una figura siempre inspiradora?
– Por la convicción, por esa determinación de hacer la música que le nacía, más allá de todas las críticas y prejuicios. Yo escucho Piazzolla y me inspira a ponerme en acción.