Por Juan Miguel Alvarez

Walter Gastón Coyette camina por el predio de Alvarado a paso lento. Se detiene y contempla una imagen panorámica. Parece estar pendiente de algo que va más allá a ese momento. Minutos después, en la charla con LA CAPITAL, sus palabras se condicen con la escena. El DT habla siempre de largo plazo y reitera seis, ocho y hasta diez veces tres términos: trabajo, esfuerzo y tiempo. Considera que son las condiciones necesarias para que el club marplatense pueda consolidarse en la Primera Nacional de fútbol. Y aclara: ““La idea es crecer como institución y afianzar a los jóvenes que promovimos”.

Se muestra comprometido con el proyecto. Fiel a su perfil bajo, no hizo promesas desorbitantes. Habló sobre el mercado de pases, la estructura de la institución, su forma de ver el fútbol y recordó aquel torneo que lo marcó en su etapa como futbolista: el Mundial Sub 20 de Qatar 1995.

– ¿Estás conforme con el mercado de pases y la preparación de Alvarado?
– Sí, estamos conformes con el trabajo que hicimos entre todos. El club está haciendo un esfuerzo muy grande para brindarle cosas a los jugadores. Con la dirigencia estamos llevando a cabo un proceso a largo plazo. Tenemos que tener paciencia. El mercado fue de acuerdo a lo que pudimos disponer dentro de nuestras posibilidades. El objetivo es darle lugar a los chicos del club.

– ¿Es una ventaja tener a casi todos los jugadores que disputaron el torneo reducido pasado?
– Sin duda que ese tiempo que uno ya tuvo de trabajo es muy importante. El equipo logró una identidad, una idea de juego, que hay que seguir mejorando. Ahora llegaron chicos nuevos, en su mayoría jóvenes, que se deben adaptar a esa metodología.

Coyette hizo debutar 6 jóvenes en sus 7 partidos como DT de Alvarado de la Primera Nacional: Valentín Dimare, Mateo Di Molfetta, Sebastián Jaurena, Mauricio Pertierra, Leandro Ramírez y Santiago González.

– ¿El plantel está en el número que pretendías para mejorar la competencia interna y tener variantes?
– Hemos logrado eso. Poder tener una cantidad de jugadores, que más allá que son jóvenes y necesitan el tiempo de adaptación, nos van a dar esa competencia interna para que el equipo no se estanque y siga mejorando. Eso va a hacer que crezca el rendimiento, no solamente individual, sino también colectivo.

– ¿Quedaron en la zona de mayor exigencia?
– Es una zona durísima. En el inicio del torneo tenemos rivales que están preparados y armados para pelear el ascenso, con presupuestos que nosotros no disponemos. Pero el camino de Alvarado va por otro lado: por la dedicación, el esfuerzo, la seriedad, el trabajo. Con eso intentaremos equiparar ese poderío económico. La idea es seguir creciendo como institución y afianzar a los jóvenes que promovimos. Sin olvidarnos que también tenemos que ser competitivos.

– Desde el principio remarcaste la idea del proceso a largo plazo. ¿Para qué está Alvarado en este torneo?
– El objetivo es seguir trabajando con jóvenes del club. Pero no poniendo chicos porque sí. Tenemos que lograr que estén a la altura y se sostengan. Sabiendo que ellos tienen mesetas, altos y bajos, lo que va a repercutir en el rendimiento del equipo. Pero lo tenemos bien claro.

Alvarado debutará en la Primera Nacional el domingo 14 desde las 19 como visitante de San Martín de Tucumán.

– ¿Es una barrera no tener divisiones inferiores en AFA? Hay que capacitar a jóvenes que compiten a nivel local para que puedan estar a la altura de la Primera Nacional…
– Es un desafío muy grande. Hay que ser conscientes que estamos con chicos que les faltó mucho tiempo esa competencia en AFA. Nosotros tenemos trabajar con ellos lo antes posible para lograr esa preparación. Esto no es magia, se precisa tiempo.

– ¿Qué necesita el club para sostenerse en este nivel y en un futuro dar otro paso adelante?
– Lo que tratamos de hacer es lograr una buena base desde lo institucional. El club está haciendo un esfuerzo enorme para trabajar en infraestructura y también para brindarle a los jugadores una buena alimentación y apoyo psicológico. Es fundamental para que ellos puedan soportar la exigencia que les pedimos en el día a día. Para competir en la elite hay que estar preparados en todos estos aspectos. Lo intentamos hacer, con nuestras dificultades, pero vamos alineados en ese objetivo.

– ¿Con qué te encontraste a nivel humano en Alvarado?
– Con gente con muchas ganas de mejorar y crecer. Hay un potencial enorme en el club. También muchas limitaciones, pero los dirigentes saben cuáles son y eso es lo importante. Ellos quieren el progreso del club y nosotros pretendemos ser parte de ese crecimiento. Al principio va a costar porque enfrentamos a clubes con estructuras de Primera División, pero a la larga ese trabajo va a dar resultado.

– Sin público en el estadio te falta algo esencial para conocer al club, que es la conexión con el hincha.
– Sin duda. Y sabiendo encima de la pasión que tiene el hincha de Alvarado. Sería buenísimo que podamos empezar a compartir con ellos todo esto. Pero es lo que nos toca en este momento. Ojalá pronto se pueda jugar con público.

– La tecnología otorga cada vez más herramientas a los entrenadores. ¿Qué importancia le das en tu función?
– Incorporamos lo más que podemos, dentro de nuestro presupuesto. Nos gustaría hacer un montón de cosas. Pero hay que ir por lo más básico que se pueda obtener e ir mejorando. El fútbol va evolucionando, como la vida misma. Ese aporte es bienvenido. Pero no debemos perder de vista la esencia del jugador de fútbol o cuestiones primordiales en las relaciones humanas, como el respeto o la dedicación.

– ¿Cuántas horas por día ves videos del rival o de tu equipo?
– La realidad es que llegamos al predio bien temprano para entrenar. El club le empezó a dar el desayuno y almuerzo a los jugadores, algo fundamental. Tras eso seguimos trabajando hasta las 15 o 16 con ellos. Luego vamos a nuestras casas y surgen cosas o estudiamos a los rivales. En definitiva, estamos todo el día en esto. Pero es un trabajo que nos apasiona y lo hacemos con mucho orgullo y placer. Lógicamente uno también trata de estar con la familia, que cumple un rol muy importante.

Dos triunfos, tres empates y dos derrotas es el saldo de Coyette como DT de Alvarado. Obtuvo el 42,86 % de los puntos. Campaña levemente superior a la de Pumpido, con % 41,27 en 21 presentaciones.

– ¿Quién te despertó esa pasión por la profesión?
– Al principio no pensaba que iba a ser entrenador. Después me fui dando cuenta que me gustaba y en los últimos años como futbolista miraba más detenidamente a los técnicos. Uno va adquiriendo cosas de todos los que tiene y ahora intento volcar lo experimentado y aprendido en los jugadores.

– ¿Con el River de Gallardo y las buenas intenciones de otros equipos se cambió la forma de pensar en el fútbol argentino? Hay propuestas más ambiciosas.
– No sé si es a partir de él. Es el más exitoso y está en uno de los equipos más importantes de Sudamérica. Por eso es el espejo. Pero el fútbol argentino siempre tuvo buenos entrenadores y sacó camadas de grandes futbolistas.

– En la Primera Nacional hasta hace poco había una idea instalada que era que no se podía salir jugando desde atrás o era difícil ver a un equipo que intente atacar los 90 minutos.
– La categoría antes era totalmente diferente. Pero este último tiempo los entrenadores o las mismas instituciones ven las cosas un poco más allá. El fútbol argentino es un negocio y deja rédito. Uno empieza a entrenar jugadores que después pueden irse a la elite. No es lo mismo un central de otra época, que solamente pateaba para arriba, a uno que ahora puede salir en conducción y poner un buen pase. Los arqueros juegan con los pies. Y los delanteros que antes se quedaban arriba, ahora colaboran en defensa. Evolucionó todo: los jugadores, entrenadores y clubes.

Coyette junto a Claudio Graf, su ayudante de campo.

– ¿Tu idea fue siempre afín a esa línea de juego?
– Sí, porque es como siento el fútbol. Quiero tratar de ser protagonista y tener el control del juego. Sabiendo que el rival ahora también busca eso. Y en esa puja entre los equipos hay estrategias y un montón de cosas que hay que ir evaluando. El fútbol argentino es muy competitivo.

Coyette pregona el manejo del balón al ras del piso y el ataque por las bandas. Pretende que su equipo siempre sea el protagonista. El sistema táctico predilecto es el 4-3-3.

– ¿A qué equipos te gusta observar?
– Miro bastante fútbol. Me gusta mucho ver a los equipos de la Premier League, desde el que pelea el campeonato hasta el que lucha por no descender. También sirve para aprender y evolucionar.

– ¿Y de Argentina?
– River hoy por hoy marca una tendencia importante en Sudamérica. Esa es la línea de equipos que uno mira. Pero no solamente se observa a los grandes, porque a veces hay equipos con menor presupuesto que también se animan a algo más. Eso no quiere decir que ganen; a veces pierden, pero la sensación es diferente.

– ¿Qué significa para vos que tu nombre haya quedado tan identificado al Mundial Sub 20 de Qatar 1995?
– Ese torneo me marcó mucho. Porque era joven y estaba José (Pekerman), que era como un segundo padre. Él nos inculcó lo que era ser jugador de Selección y también cómo comportarnos en la vida. Fue una experiencia que me quedó para siempre. El grupo era muy bueno y fue en un lugar lejano, con otras costumbres. Creo que se recuerda porque fue el primer Mundial de Pekerman, quien marcó un antes y un después en la historia de los juveniles del fútbol argentino y en el rol de entrenador y formador. Gracias a Dios tuve una buena participación y mi nombre quedó vinculado con eso.

Coyette (abajo con el número 17) en el  Sub 20 campeón en Qatar.