Un mural para recordar el primer triunfo de Perón
Con la inauguración de un mural de San Martin, Rosas y Perón, se recordó en el PJ local el 75° aniversario del primer triunfo justicialista.
En el marco del 75° aniversario del primer triunfo electoral de Juan Domingo Perón, el 24 de febrero de 1946, el Partido Justicialista de General Pueyrredón inauguró un mural con las figuras de San Martín, Rosas y Perón para dejar plasmada la línea histórica en una de las paredes de la sede.
El acto se desarrolló con formato de jornada extendida, en la cual gran cantidad de compañeras y compañeros se acercaron a lo largo de la tarde.
Del simbólico corte de cinta participaron el presidente del Partido Juan Manuel Rapacioli, el diputado (MC), actual director de Correo Argentino y Congresal Nacional Rodolfo “Manino” Iriart, junto a integrantes del consejo partidario y congresales nacionales y provinciales.
“No quería estar ausente en la inauguración de ésta imagen que marca una línea de pensamiento” expresó Manino Iriart e instó a la unidad sin dejar de dar el debate “que es necesario y es la convicción que nos tiene que llevar adelante”.
Por su parte Rapacioli sostuvo que es anhelo del peronismo marplatense terminar “con la inconclusa revolución justicialista” que pregonaba Peron y mencionó que “esta revolución se hace junto al pueblo y no con minorías iluminadas” e instó a que se respete “la democracia partidaría y la participación de todos los compañeros y compañeras”.
“Sobre nuestras espaldas militantes debemos sostener las mejores banderas del peronismo” afirmó el presidente del PJ e invitó a conservar “la mística de luchar por lo que uno piensa hasta el último momento”.
También compartió las palabras de Alfredo Maneiro (escritor venezolano): “Ciertas estructuras partidistas desarrollan un espíritu de secta tan marcado, sustituyen de tal manera la disciplina por la obediencia, vician a sus afiliados con un juego tan complicado de jerarquías, gradaciones, amiguismos, arbitrariedades, etc, y sobre todo crean tales dificultades a la confrontación libre de opiniones que la lucha interna solo puede expresarse a través de zancadillas, corrillos, pactos ominosos y manejos oscuros, pues estructuras así terminan por producir un militante condicionado, de mediocres aspiraciones y cuya audacia, valor y espíritu crítico se resuelve a menudo en una racionalización forzada de las verdades, valores e intereses del partido.”