El sol y el intenso calor irrumpieron ayer por la mañana de sorpresa en medio del pronóstico de más lluvias y tanto las playas como los centros comerciales y corredores gastronómicos registraron un intenso movimiento de turistas. Tal fue el caso del Puerto, que vive su “mejor fin de semana” de la temporada y donde ayer por momentos hubo que hacer fila para comer, algo que no había sucedido en todo este atípico verano.

Debido al mal tiempo anunciado, parte de los miles de turistas que arribaron a Mar del Plata este fin de semana largo que continuará hasta mañana tenían prevista una recorrida por el Puerto, un paseo obligado y una opción siempre elegida en los días nublados.

Sin embargo la temperatura fue subiendo y entonces tanto en la banquina como en el centro comercial portuario coincidieron los que ya tenían previsto ir a ese punto y los que decidieron a último momento. La ciudad registra un 70% de ocupación hotelera y el público se volcó a las playas, pero también a los paseos abiertos, hasta que la fuerte lluvia echó a todos de la costa por la tarde.

En el centro comercial al mediodía no había lugar para estacionar. El playón interno se llenó antes de las 13 y decenas de vehículos terminaron estacionando afuera, donde pudieron. El tránsito trabado sobre avenida De los Trabajadores para llegar al lugar denotó también el movimiento de turistas.

Dentro de esta medialuna comercial, tanto los salones de los distintos restaurantes como las mesas al aire libre registraron una notable demanda que por momentos obligó a hacer filas en algunos restaurantes, como en Chichilo, que vivió ayer una de las jornadas con más trabajo y demanda de lo que va de la temporada.

“Hoy sí está lleno, no nos dan las manos”, comentó al pasar una camarera con rabas, calamaretis y dos cervezas en la bandeja camino a una de las tantas mesas bajo las sombrillas.

“Creo que es el mejor fin de semana por el ritmo de trabajo que hay”, comentó otro empleado.

Enfrente, en Puerto de Palos, destacaron el movimiento de este fin de semana. “Después de lo flojo que venía, ahora repuntó y vino mucha gente por suerte. Ojalá se mantenga”, indicaron.

Estacionamiento lleno, mesas ocupadas y esperas por orden de llegada para sentarse a comer y degustar algunas de las distintas variedades de pescados y mariscos que se ofrecen en el centro comercial ubicado en el corazón del Puerto marplatense fueron parte de la postal que este sector emblemático de la ciudad registró ayer durante buena parte del día. El escenario cambió drásticamente cerca de las 16, cuando una feroz lluvia obligó a buscar refugio bajo techo.

Un repunte progresivo

Tal como contó días atrás LA CAPITAL, luego de permanecer casi nueve meses cerrado y resistir al impacto económico de la pandemia, el Centro Comercial del Puerto comenzó recién hace pocas semanas a registrar un leve pero notable incremento en sus ventas después de una primera quincena de enero con “flojo” movimiento.

Es prácticamente un paseo obligado para los turistas. Pasar por el centro comercial a almorzar o cenar en estos restaurantes es parte inevitable del itinerario a la hora de disfrutar de unos días de descanso en la ciudad.

“El último tramo de enero había mejorado, sobre todo los fines de semana. Los primeros días de febrero aflojó, pero dentro de todo se trabajó. Y este fin de semana está siendo muy bueno, hay una demanda alta”, comentaron.

La Banquina, llena

El recorrido por el Puerto no estaría completo sin un paso, antes o después de comer, por la Banquina, el sector también comercial que desemboca junto a las tradicionales lanchitas amarillas, entre los lobos marinos que reposan al sol a metros de la gente, las pescaderías y el patio gastronómico.

Ayer al mediodía la Banquina estuvo llena. Más de un local que vende mariscos y pescados registró largas filas. Las rabas son un furor y nadie quiere quedarse sin probarlas.

Algunos puestos ya no tenían lugar donde sentar a la gente, las mesas estaban todas ocupadas. Más de uno tomó su porción de rabas y se fue a degustarlas frente a los barcos, con la postal portuaria de la ciudad por excelencia.

Se ve mucha gente paseando, más que otros días. No sé si fue el calor o el día domingo, pero anda gente, algunos compras y otros solo miran, pero hay movimiento”, señaló el empleado de un local de recuerdos de la zona.