Con una particular ceremonia, se realizó hoy  la celebración por el día de la Virgen de Lourdes, patrona de los enfermos.

En primer lugar, el obispo Gabriel Mestre celebró una misa en la Gruta ubicada en la zona del barrio Puerto y luego se inició una caravana con la imagen de Virgen que recorrió diferentes parroquias.

Una de ellas fue la parroquia de Nuestra Señora de Fátima (Alberti 1364) donde se congregaron varios fieles. Esta vez, la recorrida se realizó en autos y no se pudo realizar la tradicional procesión que reúne a miles de fieles.

En la homilía de la Misa de la gruta de Lourdes el obispo Gabriel Mestre hizo referencia a tres puntos pidiendo la intersección de la Virgen por el fin de la pandemia. Los conceptos que resaltó el obispo fueron: sufrimiento,
intercesión y movimiento.

Respecto al primero, remarcó que la Virgen de Lourdes puso siempre la mirada hacia el enfermo especialmente este año con la pandemia que marca el drama de la enfermedad y el aislamiento. “Tomemos contacto con los sufrimientos de cada uno de nosotros y toda la patria como lo hace una madre con sus hijos”, enfatizó.

Respecto a la intersección, el obispo explicó que comienza a aparecer la luz de la Virgen, “a quien pedimos por el fin de la pandemia, pedimos su intersección como madre de Dios para que cuide, acompañe y consuele a los enfermos”.

“Ante al dolor pidamos la intercesión de la Madre y descubramos que no estamos solos en medio del sufrimiento. Ella nos cuida, nos ama como Madre”, profundizó.

Por último, consideró que “debemos entrar en el movimiento de la Virgen, que sale en la defensa de la vida, va al encuentro de Isabel”.

“Seamos también nosotros personas en movimiento, salgamos como la Virgen al encuentro de los otros, que el miedo no nos paralice, no nos detenga. Respetemos todos los protocolos, nos cuidemos pero que el miedo no se apodere de nuestro corazón. Hagamos como la Virgen, pongámonos en movimiento, muchos esperan nuestro consuelo por la Gracia de Dios y por la intersección de la Virgen”, reflexionó.

Luego de la caravana por las diferentes parroquias, la celebración finalizó en la Catedral donde la Virgen fue recibida por el Obispo para luego regresar a la Gruta.