El gran crítico musical Federico Monjeau murió a los 63 años debido a “complicaciones derivadas de un infarto y una operación cardíaca”, informó el diario Clarín, medio en el que trabajaba hace más de 30 años.

Nacido en Mar del Plata y exiliado en Brasil durante la dictadura militar que mantiene en condición de detenido-desaparecido a su hermano Alejandro, Federico empezó a escribir crítica musical en el diario La Razón en 1984, creó y dirigió la revista Lulú, que tuvo un lugar central en la discusión sobre estética y teoría musical en el campo intelectual local y fue miembro del consejo editor de la revista Punto de Vista.

También se desempeñaba como profesor titular de Estética Musical en la Universidad de Buenos Aires, era asiduo colaborador de publicaciones especializadas nacionales e internacionales y plasmó sus saberes en dos libros: “La invención musical” (2004) y “Un viaje en círculos. Sobre óperas, cuartetos y finales” (2018).

Fue Jurado Premios Konex 1999 y obtuvo el premio Konex en 2017 y 2007.

Otra forma de descubrir al periodista exquisito, filoso y apasionado es a través de sus criticas de música clásica, tango, jazz y folclore que dieron cuenta de la cultura de un tiempo y de un modo de pensar y abordar la creación, sus hallazgos, complejidades y limitaciones.

En junio de 2018 durante una entrevista con Télam a propósito de la publicación de su segundo y ahora póstumo libro, Monjeau dijo: “Empecé a escribir y a hacer crítica de música en un diario. Pienso en un lector no necesariamente instruido en sentido técnico-musical, pero intelectualmente exigente. Trato de ser claro todo el tiempo, tanto en el diario como en el libro. No hay diferencias de estilo o de vocabulario entre ambos formatos”.

Desde el Museo de Arte Contemporáneo de Mar del Plata despidieron al “ensayista, profesor y crítico musical” con sentidas palabras de recuerdo. “La posibilidad de un arte contemporáneo requiere un pensamiento crítico que permita su interrogación, su interpretación. Federico Monjeau fue no sólo uno de nuestros mejores intérpretes, sino que hizo contribuciones imprescindibles para la formación de cientos de estudiantes, generaciones de músicos y públicos diversos, desde sus columnas en la prensa periódica, desde la dirección de la revista Lulú, desde su Cátedra de Estética musical en la Universidad de Buenos Aires.

“Desde el Museo MAR, artistas marplatenses de las más diversas disciplinas lo despedimos con agradecimiento por las lecturas compartidas y las discusiones siempre fértiles, con el compromiso de no abandonar su legado, sus escritos” cerró el centro artístico en un comunicado.