Matías Montín, el joven turista que fue golpeado el martes a la madrugada en un boliche de Playa Grande, fue entrevistado por la fiscal Andrea Gómez en el Hospital Privado de Comunidad donde permanece internado y dijo no recordar nada de la pelea en la que le pegaron con una botella de champagne en la cabeza.

Montín, ante la fiscal Gómez, pudo reconstruir los momentos previos a ser golpeado, como en flashes. Dice que recuerda haber visto a su amigo Santiago en el baño del boliche Ananá con sangre en la cara, por haber sido golpeado por un joven a quien no conocía, y que sería Matías Belloso, el jugador de Arsenal que está imputado en la causa.

Montín le explicó a Gómez que el salió del baño para preguntarle a Belloso por qué le había pegado a su amigo, para aclarar lo que había pasado. Luego sus recuerdos se cortan, se apagan y la luz se enciende minutos después. La próxima escena que se le viene a la mente es la de estar sentado, rodeado por sus amigos y con una enfermera del boliche que le pone un paño en la cabeza. Recuerda sentirse mojado con su propia sangre y que lo llevan al hospital.

Montín le dijo a la fiscal que él no conocía a los agresores y que a Belloso lo identificaba por haberlo visto en los medios.

Terminada la declaración de Montín, la fiscal Gómez se retiró del Hospital Privado de Comunidad, donde Montín permanecerá internado, pero no en terapia intesiva.

En los próximos días se espera que la fiscalía tome testimoniales a los amigos de Montín -que ya se encuentran en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires- y al personal del boliche.

Por su parte, los jóvenes rosarinos Gabriel Galvano, hijo de un importante empresario, y Andrés Bracamonte, hijo del líder de la barra brava de Rosario Central, apodado “Pillín”, continuarán detenidos hasta tanto la Justicia de Garantías resuelva el pedido de excarcelación presentado por su abogado, Sergio Fernández.

Las excarcelaciones se podrían resolver durante el fin de semana, ya que fuentes judiciales confirmaron que Galvano y Bracamonte no cuentan con antecedentes y han presentado domicilios certificados, por lo que no existiría peligro de fugo o riesgo procesal. De todas maneras, trascendió que les podrían pedir una fianza para abandonar la cárcel.

Galvano, Bracamonte y Belloso se encuentran imputados por “lesiones graves”.