“Animarse a hacer cosas nuevas es lo que le pone sal y pimienta a la vida” asegura Dalia Gutmann. Y lo lleva a la práctica, en el nuevo espectáculo que estrena este jueves, 21 de enero, a las 21.15 en el Teatro Radio City de Mar del Plata.

Tras 9 años de satisfacciones con “Cosa de minas”, la comediante, locutora y actriz, explora diferentes facetas en “Tengo cosas para hacer en GutmannDalia”, un show en el que promete cantar y bailar, además de ofrecer su acostumbrado histrionismo y sentido del humor, invitando a relajarse y reír a partir de las cosas cotidianas de la vida.

En suma, Dalia se abre y comparte reflexiones, emociones y experiencias con el objetivo de “reírnos de nosotros mismos, aliviarnos un poco y, al menos por un rato, convertir al mundo en un lugar lleno de delirio y alegría, donde valga la pena estar”.

En esta nueva propuesta, la actriz traslada al escenario la sensación de vorágine permanente que sentimos en la vida, esa que nos hace creer que siempre tenemos más cosas que hacer, esa carrera por no perdernos nada.

Se trata de un show que Dalia fue preparando durante el invierno 2020, en lugar de renovar Cosa de Minas. “Había despedido el show tras 9 años y estaba con ganas de renovarlo, pero pasó lo que pasó y no se pudo. Eso me sirvió para ir trabajando este nuevo show. Todas las semanas dedicaba un momento a este nuevo shoe que es un desafío bastante grande para mí porque tiene mucha música, mucho canto, varias cosas nuevas” contó en una charla con LA CAPITAL, en la que expresó sus ganas de “poder hacer una segunda función en febrero, si todo va bien” y en la que aseguró que “nadie me llamó para participar en Masterchef”, como se rumoreó recientemente.

– En este nuevo show explorás nuevas facetas, ¿Cómo surgió la idea?

– Tenía ganas de animarme a “algo más”. Con el otro unipersonal fui muy feliz pero tenía ganas de cambiar. Y este show, si bien es de humor, de standup, tiene bastante de la comedia musical también, con canciones y bailes, que no es mi terreno y por eso es un desafío.
Meterse en algo nuevo genera mucho estrés, pero a su vez, animarse a hacer cosas nuevas es lo que le pone sal y pimienta a la vida.

– ¿Sos observadora? ¿A todo lo que ves le encontrás el costado humorístico?

– Es raro porque sí, evidentemente la materia prima del comediante o de cualquier persona que escribe es lo que uno va escuchando en la calle, pero a su vez soy bastante de colgarme, entonces cuando estoy atenta… si.
Hay cosas que me fascinan como escuchar una conversación entre dos personas que no saben que las estás escuchando y prestar atención a cositas cotidianas, eso si.

– ¿Y cuánto se encuentran Dalia persona y Dalia personaje en el escenario?

– Estoy acostumbrada a exponerme. Desde muy chica me expuse, me gusta que la gente se ría entonces si me expongo pero causa gracia, me parece que vale la pena, está buenísimo. Pero también cuando estoy arriba del escenario estoy haciendo mi trabajo. Considero que lo que hago es generar contenido. Debajo del escenario soy una persona mucho más tranquila, más angustiada. En el escenario sale la mejor versión de mí.

– Un rasgo del stand up es que se vale de lo lo real, lo cotidiano, aceptarlo, reflexionar, corriéndose del ideal de la perfección…

– Me parece que es genuino. A mi, es lo que más me atrae del género porque, aparte, esa perfección, esa vida maravillosa es insostenible, dura una foto. Por eso es muy alivianador ir a ver comedia, stand up.
Hay gente que subestima al género, a mi me encanta, creo que tiene un poco de reflexión, de reírnos de las cosas que nos tocan y de mostrar todo ese lado del mundo que el mundo en general quiere disimular.
Cuando empecé a hacer standup una de las cosas que me atrajo mucho fue que en mi primer monólogo había hablado de unas vacaciones que habían sido un fracaso para mi. Y viste que a las vacaciones uno le pone mucha tensión, es una obligación pasarlo bien, te tenes que relajar, los momentos tienen que ser buenísimos, tenés que disfrutar y es un gran tema para hacer humor. Yo lo había pasado muy mal en esas vacaciones, hablé sobre eso y me resultaba fascinante que la gente se ría de lo mal que lo había pasado. Fue dar vuelta algo que no estaba bueno en algo que haga reír.

– Y eso genera más identificación.

– Si, la perfección lo único que genera es ansiedad y angustia.