Lullia Ilvanova es la ciudadana rusa que días atrás cayó detenida en una oficina de migraciones de Mar del Plata cuando el sistema informático de Interpol emitió un alerta por tratarse de una persona acusada de tener vínculos con el terrorismo. Desde entonces está encerrada en su vivienda con sus tres pequeños hijos pero la Justicia Federal exigió disponer de más medidas de seguridad para evitar cualquier tipo de incidente.

Ilvanova rechazó la extradición interpuesta por la Federación Rusa cuando estuvo frente a la fiscal Laura Mazzaferri y el juez Santiago Inchausti, quienes, traductor mediante, le hicieron saber el proceso judicial por el que atravesaba. A la vez, la Federación Rusa (o Rusia, nombre más popular) ratificó el interés por extraditar a la mujer a la que acusa de dos hechos por financiación de terrorismo ocurridos en el año 2014.

Si bien en Argentina no hay ninguna conducta delictiva para reprochar y que haga que Ilvanova una persona peligrosa, la Justicia Federal de Mar del Plata dispuso una serie de medidas de seguridad conforme lo dictan el tratado bilateral con Rusia y las convenciones antiterroristas internacionales.

Es por eso que a la fuerte custodia policial que ya se despliega en los alrededores de la casa donde reside Ilvanova con sus hijos se solicitó la instalación de más rejas perimetrales y hasta una cámara de seguridad monitoreada.

Por otra parte, el juez que interviene en la causa extendió un requerimiento para que se provea a la mujer de una tobillera electrónica con rastreo a los fines de mantenerla localizada durante las 24 horas.

Vale decir que Ilvanova, a quien se le atribuyen contactos con el grupo terrorista islámico ISIS, pidió en su audiencia que se inicie el trámite de asilo político aunque no parece ser una instancia que pueda evolucionar.

Ilvanova a mediados de mes se dirigió a la oficina de Migraciones ubicada en San Martín al 3100 para iniciar el proceso de obtención de residencia, pero no pudo superar la prueba de antecedentes. Al confirmarse su identidad se estableció que había un pedido de captura internacional emitido por Interpol Rusia desde comienzos de 2020.

Ilvanova había llegado al país en septiembre del año pasado con dos de sus hijos y embarazada de un niño que finalmente nació en el país. El marido, según lo que refirió, vive en Egipto y no estuvo en Argentina. A causa de ser madre de un lactante y de otros dos menores de edad, la mujer fue detenida en su propia casa. No se trata de un arresto domiciliario sino una detención con custodia externa y extremas medidas de seguridad.

Previo a llegar a Mar del Plata la mujer se domicilio en un departamento de la localidad bonaerense de Ramos Mejías.

Por lo pronto, corren los plazos para que la Federación Rusa presente el pedido formal de extradición tal como figura en el tratado bilateral con Argentina.