Frente a la situación que se vive en gran parte de los domicilios del barrio Alfar y también del Bosque y Jardín de Peralta Ramos, donde no hay agua hace al menos seis días, desde Obras Sanitarias señalaron que se trabaja para revertir el problema y explicaron las cuestiones técnicas que generan la falta del recurso.

En estos barrios del sur los vecinos pasaron Navidad sin agua. En medio de la pandemia, bañarse, cocinar o lavarse las manos, entre otras tareas, se volvió una odisea: de las canillas no sale una gota a ninguna hora del día.

Si bien entre el viernes y el sábado el agua volvió parcialmente a algunos domicilios, el problema persiste. Tras las quejas y reclamos que elevaron los vecinos a Obras Sanitarias por esta situación, LA CAPITAL consultó al presidente de la empresa por las razones que originan el desabastecimiento y los trabajos que se realizan para solucionar el problema.

“Todo nuestro esfuerzo está puesto hoy en resolver el problema de la gente de estos barrios del sur”, aseguró Carlos Katz, presidente de OSSE.

Básicamente, por estas horas se trabaja en dos frentes: una solución paliativa con camiones cisterna que concurren a demanda a los domicilios para recargar los tanques, y otra de orden técnico para ajustar las presiones y garantizar la llegada del recurso a través de la red.

“Estamos tratando de paliar la situación con los camiones cisterna para estar junto al vecino. Esperamos en los próximos poder acomodar el sistema, que son miles de kilómetros de cañería, más la cisterna y el acueducto”, indicó.

Enseguida, Katz legitimó el malestar de los vecinos. “Es lógico que la gente que tiene un servicio esté preocupada y enojada si no lo recibe, sobre todo el agua. Es importante decirles que nuestro esfuerzo está puesto en resolver el problema: todo el personal y los camiones cisterna estuvieron afectados a dar una solución porque nos preocupa mucho que persista esta dificultad”.

Hace solo cinco años Alfar cuenta con red de agua potable. Hasta el 2015, como todavía ocurre en varios barrios del sur, se utilizaba agua de pozo no apta para consumo. Un motor, la bomba, pavas hervidoras, los bidones de agua y el sarro eran moneda corriente de cada hogar y aún lo son en varios domicilios.

Desde que se conectó la red, si bien implicó un gran alivio para los vecinos en términos de la calidad del agua, cada verano el problema de la baja presión o directamente -como ahora- la falta de agua, se repite y se agrava.

Algunos afirman que el problema obedece a la recarga de las piletas en los balnearios. Hoy la red de agua en Mar del Plata llega hasta Alfar. El barrio, está “al límite” del sistema.

El responsable de Obras Sanitarias brindó también una serie de explicaciones técnicas, no a modo de excusa, sino de enmarcar el origen del problema.

Katz recordó primero que en Alfar los vecinos esperaron por décadas la llegada de la red oficial y que antes “se abastecían con pozos individuales y nadie tenía certezas de si el agua era potable o no”.

De hecho hubo estudios que determinaron que el agua de pozo estaba contaminada. El barrio, originalmente, fue construido sobre una suerte de pantano, contaron los vecinos.

“Hace cinco o seis años Obras Sanitarias decidió darles el servicio, aún sabiendo que podían existir estas dificultades propias del verano”, apuntó en relación a lo resuelto en gestiones anteriores.

Alfar, el Bosque Peralta Ramos, Santa Celina, Jardín de Peralta Ramos y otros barrios de la zona sur y sudoeste se encuentran en el último tramo del Acueducto Sur, que viene de la Ruta 88 y “siempre estuvo planeado para dar agua de Mario Bravo hasta Vértiz”, algo logrado gracias a la gestión de varios vecinalistas de la zona sur.

De allí en más, existe “un dilema” que aún hoy persiste a la hora de extender la red de agua. “Es complicado dirimir cuál es la peor situación: si dejar que los domicilios se abastezcan todo el año con agua que no se sabe si es potable o no, o llegar con la red oficial aún sabiendo que en verano puede haber problemas“, analizó Katz y deslizó que suele prevalecer la idea de garantizar agua de calidad, a sabiendas de que el recurso puede escasear cuando se dispara el consumo en la ciudad.

Diciembre, por cierto, ha sido hasta ahora un mes caluroso, quizás más que otros años. “Mar del Plata está registrando unos picos de consumo muy altos, sumado a que hay una sequía muy fuerte hace semanas que afecta a toda la región”, precisó el presidente de Obras Sanitarias y dejó entrever que todo influye.

Carlos Katz, presidente de OSSE.

“Con los primeros calores empiezan a aparecer estos problemas. Por lo que ocurre en el sur se está trabajando para estabilizar algunas presiones. En toda la ciudad hay un mayor consumo por la llegada del verano pero en estos barrios se ha sentido más”, agregó Katz, quien dijo estar “muy preocupado” por la situación y por la posibilidad de que persista.

“Hay unos picos de consumo gigantes. Con la cantidad de agua que produce Mar del Plata, no debería haber estos problemas si todos cuidáramos el recurso un poco más”, indicó el representante de OSSE y enseguida aclaró y remarcó que “la mayor atención de la empresa no está centrada en explicar el problema o poner excusas” sino en “resolver el problema”.

Algunos vecinos de Alfar indicaron que entre el viernes y el sábado, al menos por algunas horas, volvieron a tener agua luego de cinco días. Sin embargo, en la zona el problema persiste y el abastecimiento no es regular desde hace una semana.

“Todo el esfuerzo está centrado en resolver este problema en los barrios del sur y esperamos que en los próximos días se pueda ir acomodando para garantizar la prestación del servicio”, completó el responsable de Obras Sanitarias.