Por Sebastián Plaza

BALCARCE (Corresponsal).- Fernando Andrade es un investigador balcarceño que tiene la sensibilidad de poner los avances que logra en un laboratorio al servicio de la comunidad. Sus contribuciones permiten, por ejemplo, establecer ciertas pautas de producción para no dañar el medioambiente pero, a su vez, con la conciencia de que la demanda de alimentos de una población creciente establece que no se podría llegar a la no aplicación de plaguicidas porque redundaría en bajar muchos los niveles de producción y generaría hambre en la humanidad.

El ingeniero agrónomo recibió días pasados, de manos del presidente Alberto Fernández, el galardón como Investigador de la Nación Argentina, el máximo premio que se entrega a la persona más sobresaliente del sistema científico nacional. Previamente, había recibido el premio Houssay a la trayectoria por su labor en el área de Ciencias de la Salud.

Andrade se desempeña como investigador de Inta Balcarce, es investigador principal de Conicet y profesor titular de Ecofisiología de Cultivos de la Facultad de Ciencias Agrarias.  Todos los profesionales que han compartido trabajos de investigación reconocen que ha sabido poner “el rol de la ciencia y la tecnología a disposición de la innovación en el sector agropecuario”.

El experto se graduó de Ingeniero Agrónomo en 1980 en la UBA con Diploma de Honor. Viajó a EEUU a realizar sus estudios de Postgrado en Fisiología y Manejo de Cultivos en Iowa State University, donde recibió su título de PhD en 1984. A su regreso al país se dedicó a la docencia y a la investigación. Su área de interés es el estudio de las bases ecofisiológicas determinantes del rendimiento de los cultivos.

Durante una entrevista con LA CAPITAL dio a conocer sus sensaciones luego de que se convirtiera en el investigador del año, según un jurado compuesto por investigadores y especialistas de las diferentes ramas.

“Me sentí muy honrado y con mucha gratitud hacia las instituciones que me permitieron crecer y desarrollarme como el Inta, Facultad de Ciencias Agrarias (lo postuló para el premio) y el Conicet . La Unidad Integrada Balcarce es un ámbito ideal para la conjunción de la docencia, la investigación y la extensión”, comentó visiblemente emocionado.

Andrade no dejó pasar la oportunidad para compartir el premio con colegas pero, sobre todo, con sus alumnos. “Multiplicar la producción del conocimiento para mí es un gran entusiasmo como profesor y en cada clase recibo las ganas, las ideas y las inquietudes de muchos jóvenes que son un aporte invalorable. Por eso, quiero compartir este premio con ellos”, enfatizó.

Mejorar

El profesional reconoció que en la Argentina hay que mejorar mucho en materia de investigación. En tal sentido, sostuvo que “en el país tenemos que mejorar mucho la investigación, hay que apoyarla con el tema de los recursos, hay que tratar que los jóvenes investigadores continúen en la senda de la investigación. Los países no investigan porque son ricos sino que son ricos porque investigan. Y tanto o más importante que la investigación es la educación porque sirve tanto para el progreso individual como el colectivo. Lo bueno es que se puedan desarrollar las capacidades individuales pero también que haya diálogo, respecto, colaboración, empatía”.

En cuanto a la investigación, comentó que “tenemos que propender a enfoques interdisciplinarios o multidisciplinarios para aprovechar la sinergia de la interacción. Los problemas que enfrentamos son complejos y necesitamos esas aproximaciones interdisciplinarias”.

Respecto a su trabajo, dio a conocer que el área de interés de mis investigaciones es el estudio de las bases ecofisiológicas determinantes del crecimiento y del rendimiento de los cultivos. “Esta disciplina estudia el rendimiento de los cultivos y su interacción con el ambiente. A través del conocimiento de los procesos más críticos es que surgen prácticas de manejo para adecuar los cultivos a la oferta existente e inclusive al cambio climático”, apuntó.

Andrade tiene claro que hay que satisfacer la demanda de alimentos que tiene el mundo pero también que los sistemas de producción deben ser sostenibles. En su análisis indicó que “la Argentina es uno de los países más aptos para la producción de alimentos y nos brinda una gran oportunidad pero a la vez una gran responsabilidad porque tenemos que hacerlo de manera sostenible: este es el gran desafío que atraviesa la agricultura argentina”.

Y resaltó que “debemos satisfacer futuras demandas, asegurar la rentabilidad del productor pero paralelamente reducir el impacto ambiental. Para eso, tenemos que utilizar tecnologías que nos permitan aumentar la eficiencia de uso de recursos e insumos y a su vez reducir el impacto ambiental”.

Respecto a la producción sostenible, que es una de las aristas que persigue en los sistemas de producción, recomendó “no aumentar la superficie cultivada por los problemas que esto genera sino que hay que intensificar la producción por unidad de superficie basándonos en tecnologías de procesos y de conocimiento”.

Por ello, la base de sus estudios tienen que ver con “el conocimiento del ambiente, el manejo de los cultivos, las pasturas, la biología de las plagas y las complejas interacciones de los componentes del sistema de producción orientan los procesos de producción como el manejo de los cultivos, de los suelos, las rotaciones, el manejo de plagas, etcétera”.

En los últimos 30 años, Andrade ha sido director de 50 estudiantes de postgrado (Magister y Doctorado) y 7 investigadores de Conicet. Algunos de dichos estudiantes son hoy reconocidos referentes en temas de su especialidad. Ha publicado 127 trabajos científicos en revistas con referato, 31 capítulos de libros y 7 libros.