Jorge Olguín, campeón del mundo de 1978, vivió de cerca los primeros días de Diego Maradona en la Selección Argentina. “Yo lo disfruté muchísimo”, expresó el defensor, quien describió al “10” como un “dibujo animado” que hacía cosas increíbles con la pelota.

El dolorense fue titular en la Copa del Mundo 1978 que se perdió Diego al no ser convocado. “No creo que Menotti lo tuviera pensado para el Mundial en ese momento. El estaba con la Sub 19 y, junto a otro grupo de chicos, podía practicar con los que estábamos en el seleccionado mayor. Tuvo alguna posibilidad de mostrarse más que el resto, pero no lo recuerdo concentrado con nosotros en la previa”, deslizó Olguín sobre esa decisión de no incluir al joven de 17 años en el plantel que luego celebró el título.

Cuando finalmente se insertó en la Selección, el crack de Argentinos Juniors pasó a ser el centro de atracción. “Acaparó todo, como siempre. Todos querían conocerlo y verlo jugar. Era llamativo cómo sabía manejarse con la edad que tenía, producto de una personalidad impresionante”, contó Olguín.

“En ese tiempo trataba de acercarse a nosotros, los que veníamos desde antes y teníamos más experiencia. Vivía para el fútbol y demostraba que era muy profesional. Se quedaba después de las prácticas a patear al arco o practicar tiros libres, cosas que en los entrenamientos entonces no se hacían. Eso me gustaba mucho”, recordó sobre aquellas las concentraciones de Villa Marista. A Olguín también le “llamaba la atención” la relación de Diego con sus padres: “lo querían mucho y él también a ellos”.

Olguín en un amistoso. Detrás aparecen Maradona y Menotti.

El campeón con San Lorenzo, Independiente y Argentinos Juniors se convirtió en admirador del “10”, más allá de ser compañero: “Lo disfruté muchísimo. Recuerdo que les agradecí al padre (Don Diego) y a (Jorge) Cyterszpiler, su representante, por cómo lo cuidaban y lo llevaban para llegar a ese nivel. No podía creer las cosas que hacía, porque nunca lo había visto antes. Parecía un dibujo animado que volaba. La pelota le llegaba arriba, él la paraba y, antes que tocara al piso, la pateaba”.

También lo sufrió como rival a nivel clubes. “Lo marqué en algunos partidos y era dificilísimo. En ese momento los árbitros no eran firmes para cobrar, sobre todo cuando las faltas eran contra alguien joven como era él. A Diego lo golpeaban, le tiraban del pelo, le agarraban la camiseta. Pero aprendió a superar todas esas cosas y llegó a ser el mejor del mundo. Creo que se preparó siempre para eso”, sostuvo quien logró con Argentinos la Copa Libertadores 1985.

Olguín y Maradona jugaron juntos en España 1982. Allí Argentina llegó con grandes expectativas, pero quedó en el camino en la segunda fase con derrotas con Italia y Brasil. Diego fue expulsado en el último partido por el famoso planchazo al brasileño Batista. “Había una gran esperanza puesta en él, por lo que había demostrado y por todo lo que se hablaba. Creo que se le dificultó porque todavía en Europa no habían tomado la decisión de cuidar un poco más a los jugadores. Y lo masacraron a patadas, la verdad. La eliminación la tomó muy mal por su personalidad especial y porque era joven todavía. Sintió mucho lo que pasó, como todos nosotros”, confió.

Olguín jugó 60 partidos en la Selección Argentina.

Después, el dolorense ya no siguió en el seleccionado y fue Diego quien levantó la Copa del Mundo en México 1986.
“Cuando se fue a Barcelona, ya no lo vi más. En realidad, apenas nos cruzamos un par de veces. Allí tomó experiencia y después, en Nápoles, llegó a un lugar en el que se sintió respetado y valorado por lo que era, el mejor del mundo. Creo que le faltaba ese roce que tuvo en Italia. En el Mundial yo tenía fe en la Selección por el grupo que había. Y Maradona volvió a mostrar la calidad y forma de jugar que tuvo siempre. Contó con el respaldo, que siempre es fundamental, y en México explotó“, cerró Olguín sobre sus vivencias con el crack del fútbol que falleció el pasado 25 de noviembre.

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