El jubilado de 81 años que el 22 de julio pasado mató a un delincuente que había entrado en su casa del barrio Colinas de Peralta Ramos para asaltarlo fue sobreseído al considerarse que actuó en legítima defensa.

Tal como lo había adelantado LA CAPITAL a fines de septiembre, luego de que el imputado declarara ante el fiscal Fernando Castro, la Justicia de Garantías dictó un fallo exculpatorio tras analizar la investigación y determinar que se trató de un “homicidio en legítima defensa”.

El fiscal Castro había sostenido desde un comienzo del caso que el jubilado disparó su escopeta para evitar que el ladrón lograra entrar desde el patio de su vivienda hacia el baño, a través de un ventiluz y con el objetivo de robarle. Los peritajes realizados y las pruebas recolectadas en la casa de Azopardo al 3300 fueron compatibles con la versión del imputado, quien en todo momento dijo que disparó hacia la ventana al escuchar cómo al menos dos hombres intentaban ingresar al baño y, luego, supo que había matado a uno.

La víctima del homicidio en defensa propia fue Lucas Nahuel Jérez, un ladrón de 27 años y frondoso prontuario que, de hecho, había estado preso hasta algunas semanas antes del asalto en el que terminó muerto. Si bien los instructores judiciales habían colocado una custodia al jubilado por temor a represalias, la propia familia del delincuente manifestó que no guardaba rencor y que el deceso de Jérez había sido consecuencia de sus propias malas decisiones.

Finalmente, con todos los elementos de prueba reunidos en un expediente y analizados por la Justicia de Garantías, se dictó el sobreseimiento del hombre de 81 años, cuyos datos identificatorios no fueron publicados por este medio para resguardar su identidad.

El caso ocurrió el 22 de julio pasado cerca de la medianoche, cuando Jérez y al menos un cómplice intentaron ingresar a la vivienda por el ventiluz del baño. Antes, habían saltado un paredón y se habían introducido en el patio de la propiedad.

El dueño del inmueble se hallaba acostado pero despierto y, al escuchar los ruidos, tomó su escopeta y disparó hacia la abertura. El tiro hirió de muerte a Jérez, quien quedó tendido en el patio mientras que el o los restantes intrusos escaparon.

Cuando Jérez fue identificado se descubrió que tenía frondosos antecedentes y había estado preso en la cárcel de Batán hasta bien entrado el 2020. También se conoció que cuatro años atrás, en 2016, ya había sido baleado en un presunto ajuste de cuentas.

Foto del prontuario de Nahuel Lucas Jerez.

Entre 2011 y 2019, Jérez había estado imputado en causas penales por los delitos de “robo”, “robo agravado”, “portación ilegal de arma”, “hurto”, amenazas”, “infracción a la ley 23.737 de Estupefacientes” y “violación de domicilio”.