“Enfermería le pone el cuerpo a la pandemia por $39.000”. El mensaje volcado sobre una cartulina blanca fue uno de los tantos que decenas de enfermeros y enfermeras alzaron hoy en las calles de Mar del Plata en el marco de una nueva movilización por salarios dignos, recategorización y reconocimiento a su tarea, potenciada y sin descanso desde el inicio de la pandemia.

Con sus tapabocas y mascarillas e intentando resguardar el distanciamiento social, un nutrido grupo de trabajadores de la enfermería se concentró pasado el mediodía en la intersección de las avenidas Luro e Independencia, en sintonía con protestas en otros puntos del país, para marchar hasta el Municipio -por todos los que no pudieron hacerlo- en busca de visibilizar sus reclamos, hasta ahora sin respuesta.

Los trabajadores de la enfermería demandan hace años salarios dignos, recategorizaciones y un mayor reconocimiento a su tarea. Hoy esperan que antes de que termine el 2020 se materialice la esperada reivindicación.

La pandemia de Covid-19 puso en evidencia el arduo trabajo de los profesionales del área que, pese a ser esenciales, en sus recibos de sueldo no figuran como “profesionales” sino como técnicos y los salarios, en algunos casos, son inferiores o equiparan al de un empleado de comercio.

En los últimos meses el personal de enfermería salió a las calles a exponer sus reclamos. Elevaron un petitorio al gobernador Axel Kicillof con demandas laborales que hasta ahora no ha tenido respuestas. Los trabajadores volvieron a manifestarse en busca de su reivindicación.

La protesta, una vez más, fue autoconvocada. Los trabajadores identificados como “Enfermería Unida 2020″, sin representación gremial, se manifestaron para visibilizar la sobrecarga laboral y la “falta de reconocimiento tras ocho meses de pandemia”.

Hace semanas la cantidad de casos de coronavirus se mantiene en baja en Mar del Plata, luego de meses con un sistema sanitario prácticamente desbordado. “Los casos se han reducido, pero el trabajo continúa y las reivindicaciones no llegan”, expresó en diálogo con LA CAPITAL Fernanda Tapia, una de las enfermeras que participó de la movilización en el centro de la ciudad, donde el tránsito permaneció cortado por varios minutos.

Alzaron banderas y carteles. “Enfermería cuida al pobre, al de clase media y al rico los 365 días del año”, “la peor pandemia es la precarización” y “No son héroes, son trabajadores” fueron algunos de los mensajes que sobresalieron en la manifestación pacífica hasta la Municipalidad.

“Queremos que se nos reconozca como profesionales, ya que la Ley 10.430 nos hace figurar como técnicos. Exigimos que se nos recategorice como corresponde y que haya reencasillamientos. Algunos trabajadores dejan de ser enfermeros y en sus lugares no vuelven a nombrar a otros, entonces falta recurso humano”, precisó la enfermera Tapia.

En cuanto a lo salarial, “como personal esencial que dicen que somos, estamos por debajo de la canasta básica”, consignó la enfermera, quien destacó que su actividad está en la primera línea de acción frente al Covid-19, pero más allá de los aplausos, su tarea “no está debidamente reconocida” por el Estado y las autoridades sanitarias que establecen las condiciones de su actividad.

Fruto de esa situación, en el ámbito de la salud y de la enfermería puntualmente existe como un denominador común el pluriempleo: algunos trabajadores requieren desempeñarse en más de un establecimiento para alcanzar un ingreso digno, lo cual potencia el riesgo de contagio, alimenta el estrés y la sobrecarga laboral, pero también les resta tiempo para capacitarse, una necesidad constante de los profesionales.

“Se nos había prometido un bono, que luego se desvirtuó y se pagó en cuotas. Somos conscientes de que la situación está difícil, que la temporada tiene que abrir porque hay mucha gente que depende del trabajo que genera ese movimiento, pero nosotros necesitamos un reconocimiento”, agregó Fernanda Tapia.

“Amo el hospital, soy una apasionada por mi trabajo como tantos de mis compañeros y compañeras. Jamás le dimos la espalda al paciente, nunca apagamos la luz ni dejamos de acompañar y contener a la familia. Necesitamos ser reconocidos y que se respeten nuestros derechos laborales”, completó.