Por Vito Amalfitano
Desde Río de Janeiro, Brasil

A veces no tomamos conciencia de que somos privilegiados de pertenecer a esta familia olímpica, y me refiero a todos, los atletas, nosotros, vos, yo, los oficiales, los periodistas, los voluntarios, y esto es tan hermoso que cuando hay pequeñas quejas o alguna dificultad siempre hay que subsanarla con una sonrisa”, le dice a LA CAPITAL Eduardo Moyano, jefe de prensa del Comité Olímpico Argentino, en el momento de encontrarnos con Laura Martinel, la entrenadora de la medalla de oro de argentina, la judoca Paula Pareto, en la Zona Internacional, en la antesala de la Villa Olímpica de Barra de Tijuca.

Moyano vivió esta experiencia “de los dos lados del mostrador”, por lo cuál conoce la necesidad de los periodistas argentinos y a ellas está abocado con eficiencia. “Sí, como periodista acreditado fui a los Juegos de Sydney y después, gracias al querido y recordado Eduardo Alperín (anterior jefe de prensa del COA, legendario periodista de La Nación) entré en esta función, que vivo con tanta pasión como responsabilidad”, nos dice Moyano.

“Yo no estoy acá para hacer prensa, sino para ayudar a la prensa, para atender sus necesidades, esa es mi obligación”, remarca Moyano, quien tiene una estrecha relación con Mar del Plata también por su reconocida tarea durante varios años a cargo de la prensa de los Juegos Bonaerenses.

Para estos Juegos hay 71 periodistas argentinos acreditados directamente por el COA para medios gráficos; unos 25 de emisoras sin derechos tramitados directamente con el COI pero con respaldo del COA y más de 60 de las emisoras de televisión que tienen los derechos de las transmisiones, es decir las cadenas como Espn y Fox y TyC Sports. “Ahí es más complicado y difuso determinar un número, porque como en el caso de Fox y Espn son cadenas internacionales, acreditan en conjunto a los enviados de distintas nacionalidades”, explica Moyano, quien aquí se desempeña con un pequeño grupo de trabajo que encabeza Eleonora Romeo, también como eficaz integrante del departamento de prensa del COA.

En cuanto al contacto con los deportistas y la conducta de ellos en la Villa, Moyano remarcó que “no hay inconvenientes, es ejemplar”. “También, justamente con el ejemplo de vida que tienen en Paulita (por Pareto), no pueden sino seguir sus pasos. Les puedo asegurar que nadie se merecía más una medalla de oro que La Peque, porque es una chica adorable, muy respetuosa y humilde”.

“Pero ahora le cambió la vida,-se prendió en la charla Laura Martinel, su entrenadora-, el otro día la acompañé al básquetbol y no pudo ver el partido le pidieron miles de fotos y autógrafos”. Aprovechamos y le pedimos por una entrevista con La Peque y que nos diga las claves de su consagración. “De lo primero no me puedo encargar, para eso lo tienen a Eduardo (risas), bastante tuve con entrenarla para llegar al oro”. “La verdad es que sin su conducta y disciplina nada hubiera sido posible, yo cuando me hice cargo de esta preparación, para estos Juegos, le pregunté si estaba dispuesta a trabajar para ser medalla de oro, que yo aceptaba para eso, y desde ahí no tuvimos un mínimo problema, porque la dedicación, el esfuerzo y el plus que le puso para llegar a ese objetivo alcanzó para convertirse en lo que dije ese día, una leyenda del deporte argentino”, remarcó Martinel. “Al final de cuentas, ella tenía la misma meta y la medalla de oro fue la coronación de un deseo muy profundo”.