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El Mundo 10 de noviembre de 2020

El atentado de Viena ensombrece la esperanza de una apertura migratoria

Foto: EFE | Elvira Urquijo A.

por Jorge Dastis

VIENA, Austria.- Todo estaba listo para ayudarlos: el dinero, el alojamiento, los voluntarios. Pero el atentado yihadista de la semana pasada en Viena, que dejó cuatro víctimas mortales, amenaza ahora con dificultar aún más una iniciativa para traer a Austria a 144 refugiados desde los campos de acogida de Lesbos.

Los responsables de “Courage”, como se llama el proyecto, aseguran que lo tienen todo preparado para recibirlos, después de recaudar más de 50.000 euros a través de una web de micromecenazgo, y denuncian que el único obstáculo es la dura postura antiinmigración del Gobierno del conservador Sebastian Kurz.

La iniciativa, que tenía ya antes del ataque pocas opciones de ver la luz, puede quedar ahora definitivamente bloqueada ante el miedo y el impacto en la opinión pública del reciente ataque islamista.

Bloquear una ambulancia

“Courage” nació dos días después del incendio del campo de refugiados de Moria, a comienzos de septiembre, como una oferta al Gobierno: recibir, cuidar y ayudar a integrarse en Austria a 144 de los refugiados que sufren las duras condiciones de los campamentos griegos, la mayoría de ellos de países de mayoría musulmana, como Siria, Irak o Afganistán.

Ese número, el mismo que el del servicio de ambulancias de la ciudad de Viena, sirve a los impulsores del proyecto para acusar a las autoridades de actuar igual que si impidieran el paso a una ambulancia.

La iniciativa recibió apoyo de personalidades de la cultura, la universidad y la política, e incluso del actual socio de coalición de los conservadores, el partido ecologista Los Verdes, muy críticos con la postura antiinmigración del canciller Kurz.

“Es lo que haríamos si tuviéramos mayoría en el Parlamento”, aseguraba a EFE Michel Reimon, diputado de esa formación, antes de que se produjese el ataque yihadista.

“Nosotros apoyamos esta iniciativa, conozco a la mayoría de los que la organizan y estoy de acuerdo con ellos prácticamente en todo”, ahondaba el político.

Sin embargo, después del atentado que conmocionó a la capital hace una semana, en el que un yihadista austríaco de padres macedonios asesinó a cuatro personas e hirió a otras 22 en el centro de Viena, Reimon teme que el objetivo de “Courage” sea aún más difícil que antes.

“Muchos en la política esperan una reacción aún más dura de Kurz, de Nehammer (el ministro del Interior)… Creo que veremos presiones para que haya más restricciones en todas las áreas migratorias”, asegura ahora el diputado.

Un equilibrio delicado

Es la misma tesis que defiende el politólogo Anton Pelinka, quien opina que la posibilidad de que Kurz relaje sus posturas a corto plazo se ha visto “negativamente impactada” por el atentado.

A largo plazo, sin embargo, Pelinka cree que todo dependerá de la opinión pública.

“Siempre que Kurz tenga motivos para creer que una línea dura, no permitir ni siquiera que vengan niños de Moria, está apoyada por el grupo de votantes estratégicamente importantes que Kurz le ha ganado a la extrema derecha, creo que nada cambiará” asegura.

En medio de toda esta estrategia política se encuentra atrapado, en un delicado equilibrio, el actual socio de gobierno de los conservadores, Los Verdes.

Coalición de bloqueos

Reimon afirma que aunque su partido logra suavizar algunas de las posturas más extremas del Gobierno de Kurz, en temas migratorios tienen poco margen de maniobra, ya que las carteras de Interior, Integración y Exteriores están todas en manos conservadoras-.

También dice que es gracias a Los Verdes que Austria subió de 15 a 60 millones el gasto en ayuda humanitaria, “lo que al final ayuda a muchas más personas”.

Las divisiones en política migratoria pasaron a un segundo plano por la urgencia de la pandemia pero, según Reimon, si la coalición se rompe, será principalmente por ese tema.

“Superar los prejuicios”

Para Stefan A. Sengl, uno de los impulsores de “Courage”, el reciente atentado podría llevar a más gente a preocuparse por no alimentar la división, lo que acabaría beneficiando, más que dificultando, la iniciativa.

El propio Sebastian Kurz destacó un día después del ataque que no se trata de un conflicto entre religiones, sino entre “civilización y barbarie”.

“El islamismo extremista no solo quiere causar muerte y dolor, también quiere dividir nuestra sociedad. Y eso no lo permitiremos”, defendió el canciller.

Sengl opina que “un gran número de personas piensa que ahora es más importante que nunca cuidar los unos de los otros y superar los prejuicios”.

Según explica, los impulsores de “Courage” tuvieron una conversación unos días después del ataque, preocupados por el miedo a que una renovada islamofobia los obligara a cancelar el proyecto, pero dice que al final todos estuvieron de acuerdo en seguir.

“Por el momento, parece que la gente intenta superarlo y no dividirse más que antes, incluso los conservadores”, explica Sengl.

EFE.