Antonino Di Leva, un símbolo de la gastronomía y el puerto de Mar del Plata, falleció a los 87 años.

Había nacido en 1929 en Sorrento (Italia) y era hijo de Francesco Di Leva y María Emilia Ferola.

Llegó a la Argentina en el año 1947 a bordo del buque “Campana” y como lo hacían todos los inmigrantes que escapaban de las secuelas de la Segunda Guerra Mundial se dedicó de lleno al trabajo.

Se inició con la venta ambulante de pescado en el barrio de Once, en Capital Federal, para luego instalar su propio puesto en Plaza Miserere.

En sus idas y vueltas a Mar del Plata para comprar mercadería, un día decidió radicarse de manera definitiva en la ciudad, donde a mediados de los ’50 emprendió un nuevo negocio.

Creó una pescadería, a la que bautizó Chichilo, a la que luego transformó en un local gastronómico que en pocos años se convirtió en uno de los comercios más típicos y populares del puerto marplatense.

Arrancó preparando “picadas” de pescados fritos. A partir de ahí constituyó en un auténtico restaurante, por el cual desfilaron figuras de la política, el deporte y el espectáculo y miles de argentinos.

Con el correr de los años toda su familia comenzó a involucrarse en el negocio, que desde hace algunos años empezó a quedar a cargo de sus hijos y de sus nietos, conservando su fama y renombre.

Los restos de Di Leva serán velados desde las 16 de este martes en la cochería Sampietro, ubicada en Hipólito Yrigoyen 2046 y serán trasladados este miércoles,, a las 10.30, al Cementerio Colinas de Paz.