En una sesión tensa y enfrentada el Frente de Todos se llevó puesta la realidad
Por Adrián Freijo
Aprobado el proyecto de los corredores gastronómicos de Marcos Gutierrez (FdT) una réplica de Horacio Taccone (AM) desató un debate que dejó en evidencia la tibieza del oficialismo.
Los gastronómicos esperaban con ansiedad la sesión del HCD en la que seguramente se aprobaría la reapertura de la actividad en la ciudad. En la cabeza de nadie cabía que los concejales hicieran primar sus pequeñas miserias y enfrentamientos y caía de maduro que se intentaría consensuar todas las ideas necesarias para dar la mayor amplitud posible cuando de volver al trabajo se trataba.
Y una vez más esto no ocurrió.
Si bien el proyecto de corredores gastronómicos presentado por el concejal Marcos Gutierrez del Frente de Todos fue aprobado con la sola abstención de su par Cristina Coria (UCR), algunas inconsistencias del mismo son suficientes para presentar dudas sobre los que el intendente podrá resolver -a él le delegaron las facultades- sin que el tema no se convierta en un verdadero acabose.
Además, el Concejo aprobó una ordenanza que permite la colocación de decks fuera de los locales, motorizada por el oficialista Nicolás Lauría, cada vez más cerca del bloque kirchnerista con el que ahora parece tirar en yunta.
Aunque en un principio el proyecto de los corredores mencionaba calles puntuales en los que se iban a crear, el oficialismo y la oposición consensuaron una modificación sustancial para facultar al Ejecutivo a disponerlos en cualquiera donde predominen los establecimientos del rubro. También incorporó, a pedido de Ariel Ciano (FR), ya directamente convertido en el vocero del kirchnerismo para todas aquellas cosas que sus concejales prefieren no plantear, un artículo para permitirles la utilización de terrazas y patios internos.
A partir de esas aprobaciones, y Horacio Taccone (AM) mediante con su reclamo por un compromiso no cumplido de incluir en el paquete una ordenanza de su autoría, la sesión derivó en cuestiones personales, reglamentarias y grandilocuentes que -fogoneadas por el kirchnerismo y acompañadas por la inopia de un oficialismo cada vez más sospechosamente tibio- lograron el objetivo opositor de dejar todo en manos de Montenegro obligándolo a reglamentar una ordenanza con más dudas que certezas. Una jugada política de corto alcance pero muy inteligente si de marchar hacia el poder como único objetivo se trata.
¿Pueden estar contentos los gastronómicos?. Moderadamente: tal vez puedan volver a trabajar parcialmente en los próximos días, aunque hoy no pueda saberse quienes y por cuanto tiempo.
Pero el histórico paso de minué de un cuerpo deliberativo siempre utilizado para manejos políticos y promociones personales una vez más estuvo presente.
¿O usted creía que les pagábamos para otra cosa?…