MIRAMAR (Corresponsal).- En 1998, con el objetivo de brindar una vía de comunicación más directa entre Miramar y Mar del Plata, fue asfaltado el viejo camino Independencia, que de esta manera se sumó a las dos rutas que comunicaban ambas localidades, la interbalnearia 11 y la 88 tras un retome por la 77 desde el cruce “La Ballenera”.

La obra, desde la jurisdicción de General Alvarado, se cristalizó durante el gobierno comunal de Enrique Marcelo Honores luego de celebrarse un convenio entre el Ministerio de Obras Públicas y la Unión de Obreros de la Construcción de la República Argentina (UOCRA) a través de una cooperativa de trabajo.

Eso determinó un paso adelante por el ahorro de algunos kilómetros y sobre todo tiempo para quienes partían de esta ciudad y viceversa, dejando de lado, entre otras cosas, el engorroso paso por la zona portuaria o de balnearios marplatenses del sur, que en este caso generan mucho tránsito especialmente en época veraniega.

Pero el tiempo pasó y esa vía alternativa fue quedando en el olvido, quizá sin tener en cuenta por parte de las autoridades la validez que tiene para la vida social, educativa y comercial de muchas personas de la zona urbana y rural.

Hoy en día, gran parte del también denominado “camino viejo” está en muy malas condiciones de seguridad y se transforma en un peligro constante para la enorme cantidad de automovilistas, motociclistas y hasta quienes se manejan en bicicleta por cuestiones de trabajo en el campo.

Uno de los políticos que vivió en carne propia el peligro de trasladarse por allí fue el actual senador bonaerense, Patricio Hogan quien a principios de noviembre de 2014 protagonizó un accidente. “La ruta estaba con mucha agua, en mal estado y me encontré con un espejo de agua y un camión de frente. Aminoré pero había un bache profundo y terminé dando varios trompos, y volé por encima de la calzada hasta que me empotré en el alambrado de la banquina del carril contrario”, dijo en su momento el ex intendente de General Alvarado.

Paraje Cuatro Tranqueras.

Basural, mugre y riesgo

Producto de las imperfecciones asfálticas, pozos y arreglos de bacheo ordinarios, se produjeron una enorme cantidad de siniestros viales los últimos años, varios de ellos, con víctimas fatales como el último 11 de julio donde tras un choque frontal en inmediaciones del basural marplatense perdió la vida el miramarense Alejandro Álvarez (37).

Ese sector es quizá el de mayor tensión, donde los conductores deben tomar los mayores recaudos por el ingreso y egreso constante del predio por parte de distintos tipos de vehículos motorizados o a tracción a sangre cuyos propietarios se ganan la vida con el reciclaje.

Se observa suciedad por doquier, bolsas de desperdicios que pasan volando y se incrustan sobre los autos o quedan acumuladas en grandes cantidades contra alambrados y banquinas.

Pero a eso hay cuestiones de negligencia y falta de controles municipales más evidentes ya que, al menos hasta los últimos días en territorio de General Pueyrredón, era común ver contenedores de basura inexplicablemente colocados sobre las reducidas banquinas, pegados prácticamente a la ruta muy cerca de donde fallecío el mencionado Álvarez.

Mala señalización

También es prácticamente inexistente la señalización horizontal en todo el recorrido, dejando librado al azar y responsabilidad del conductor las consecuencias que pueden desatarse en determinado paso.

Tampoco en curvas peligrosas la cartelería es contundentemente aclaratoria y por ende siempre generan dudas con aquel que se desplaza por el carril contrario.

Otro de los sectores donde más accidentes de diversa trascendencia se dan, es en el conocido paraje “Cuatro Tranqueras”. Allí murieron varias personas y muchas otras resultaron con heridas de diversa consideración.

La velocidad recomendada para tomar esa pronunciada curva es como máximo 80 kilómetros debido a que sobre todo si el conductor se traslada desde Mar del Plata a Miramar, puede pasarse de carril fácilmente, perder el control del vehículo, despistarse o en el peor de los casos impactar de frente con otro automóvil, como ya pasó en varios casos.

En definitiva, los pocos arreglos, muchos de bacheo con sobrebordes ordinarios aumentan aún más el riesgo y a la vista está que con el paso del tiempo no brindaron demasiadas soluciones.