Comercio cercano y delivery, claves de las librerías en tiempos de pandemia
Foto: Télam | Eliana Obregón.
Si bien el distanciamiento social significó volver al comercio de cercanía y en ese sentido las librerías reforzaron su lazo barrial y su comunidad de lectores, también encontraron en la venta virtual y el envío con delivery una posibilidad para expandirse más allá de su ubicación sumando nuevas clientelas por fuera de su rango geográfico.
Con el trasfondo de la pandemia, las librerías tuvieron que reinventarse, afilar sus perfiles digitales, activar sus redes sociales y desarrollar estrategias para vender sus libros de una forma que la mayoría no habituaba en la antigua normalidad.
Sin tiempo para la planificación, a contrarreloj libreros y libreras tuvieron que redoblar sus esfuerzos y capacidad de trabajo para no dar cierre definitivo a sus espacios.
“La complicidad de los amigos clientes nos permitió en los primeros meses aumentar la venta. La gente compraba en cantidades inusuales, por solidaridad y por tener más tiempo disponible para la lectura”, cuenta Pablo Pazos, de Arcadia Libros, que desde entonces trabaja el doble de tiempo “porque las redes no tienen horarios” y en la librería se hicieron de bicicletas para “salir a repartir libros”.
María Oyhanarte, de Libros del Pasaje, en Palermo, también hace hincapié en el lazo comunitario del barrio: “Somos un negocio del barrio que lo trasciende porque teníamos un montón de actividades, mucha vitalidad, y eso el barrio lo agradece porque nos enriquecemos todos con ese movimiento. Nadie se salva solo y nos necesitamos entre otros para salir adelante”.
Paradoxa Libros, situada alrededor del microcentro de la ciudad de Rosario, encontró en las restricciones de circulación un aspecto positivo porque “hay un vuelco de la gente que no va hasta el centro y vuelve a comprar al comercio del barrio. En eso nos ha beneficiado la situación”, dice Enrique Rey.
Por otro lado, al menos durante este tiempo “cadetería mata ubicación, es decir, el servicio de cadetería nos puso en pie de igualdad con las grandes librerías de cadenas. Si antes la ubicación del centro, que es donde la mayoría de las personas circulan, significaba una ventaja para las grandes librerías, ahora en cambio estando en casa es lo mismo dónde pedir el libro”, argumenta el librero.
Foto: Télam | Sebastián Granata.
Frente a la dificultad del contacto, Laura Forni cada vez que puede hace los envíos personalmente: “Especialmente en este contexto me parece importante el encuentro, no se puede subestimar la parte humana y afectiva relegada en esta pandemia. Y haber sido parte, por ejemplo de muchos ‘libros-regalo’, creo que es otro matiz importante que muchx librerxs descubrimos en este contexto”.
Así como Forni, también Homo Sapiens incluyó el regalo sorpresa como proyección a futuro y para motivar la compra de más de un ejemplar, “no se trataba de descuentos especiales sino que con la compra de determinada cantidad de libros se regalaba uno”, cuenta Pérez.
A diferencia de esas librerías abiertas al público, librería El Plata de Mendoza siempre trabajó online, de modo que “nuestro contacto real ha sido siempre el momento de la entrega y eso no lo hemos modificado por la pandemia”, explica Pedro Río.
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